A medida que se expande la economía mundial, se intensifica la presión sobre los territorios indígenas para extraer minerales, petróleo y gas, lo que representa una gran amenaza para ellos, sus tierras, sus territorios y los recursos de los cuales dependen. El Banco Mundial ha sido un instrumento de tales procesos, apoyando proyectos de minería que han sido condenados incluso por las Naciones Unidas.
Las intervenciones del Grupo Banco Mundial en el sector de industrias extractivas ha tenido impactos negativos sobre los pueblos indígenas en muy diversas formas. El Banco ha tenido como rutina aconsejar a los países la reelaboración de los códigos nacionales de minería para que faciliten la extracción minera en gran escala de las compañías extranjeras. Ha debilitado las protecciones legales de que disponían previamente los pueblos indígenas. Ha apoyado en forma directa proyectos de minería, petróleo y gas sin realizar una evaluación adecuada de sus posibles consecuencias sociales y ambientales y sin tener en cuenta la ausencia de gobernabilidad y de capacidad institucional o regulatoria de las zonas o países donde se ejecutan los proyectos. Sus políticas hacen muy poca mención a los derechos humanos.
Por ejemplo, en el caso de los Bagyeli, un pueblo indígena y habitante del bosque, han sido víctimas de los impactos del Proyecto del oleoducto Chad-Camerún patrocinado por el Banco Mundial. Se ha seguido con la ejecución del proyecto incluso después de que los Bagyeli y las ONGs que los apoyan demostraron claramente los riesgos e incluso a pesar de que algunos miembros del Directorio del Banco Mundial admitieron que la política de protección de pueblos indígenas del Banco no se había aplicado correctamente. “Nos prometieron trabajo. Nos sacaron todo lo que teníamos. Tomaron nuestra tierra. Tomaron nuestro bosque. Tomaron nuestra agua”, afirmó Sama Bailie de Camerún sudoccidental. (ver Boletines Nº 72, 66, 45, 41, 35, 14 y 2 del WRM).
Actualmente, una evaluación oficial de los impactos de la financiación otorgada por el Banco Mundial a industrias extractivas (la Revisión de las Industrias Extractivas) llama al Banco a detener de inmediato la financiación de proyectos de extracción de carbón y a eliminar progresivamente su apoyo a proyectos petroleros hasta su eliminación final en 2008. Exhorta al Banco a exigir el consentimiento previo e informado de las comunidades que resultarían afectadas por los proyectos mineros y petroleros, y la protección de los derechos humanos. Y afirma que el Banco debe negarse a financiar prácticas ambientalmente destructivas como el vertido de efluentes en ríos y océanos. El informe final, difundido recientemente en diciembre, criticó duramente los malos antecedentes de las industrias extractivas en términos de desarrollo, derechos humanos y medio ambiente (el informe completo se puede obtener en http://www.eireview.org ).
En el documento de la Revisión se recomienda que la adopción y el cumplimiento demostrado de principios sobre derechos humanos deben ser un requisito previo para las compañías que solicitan apoyo del Grupo Banco Mundial para las industrias extractivas, un requisito que sin duda constituye un problema para varias empresas --como Shell, Anglo-American, ChevronTexaco, y ExxonMobil-- que enfrentan investigaciones en procesos judiciales por su papel en la violación de derechos humanos.
Como expresara Keith Slack de Oxfam America: "La Revisión ha hecho algunas recomendaciones fuertes tendientes a abordar los problemas, pero la responsabilidad ahora está en manos del Banco. Todos estaremos observando como James Wolfensohn y su equipo instrumentan estos cambios".
Mientras tanto, las comunidades y los pueblos en general continúan con su resistencia contra las fuerzas globales que invaden sus vidas y les privan de sus tierra y sus formas de sustento, de sus alimentos, de su pasado y de su futuro.
Artículo basado en información obtenida de “Good News: Recommendations for World Bank Policy Changes”, “World Bank Official Review Advises: Respect Human Rights, Pull Out of Coal and Oil Financing”, Paula Palmer, Global Response, correo electrónico: paula@globalresponse.org , http://www.globalresponse.org ; enviado por Amazon Alliance, correo electrónico: amazon@amazonalliance.org ; http://www.amazonalliance.org