Barbara Zimmerman, del Fondo Mundial para la Conservación de Canadá, y Cyril Kormos, vicepresidente encargado de políticas de la Fundación WILD, son los autores de un nuevo estudio de Bioscience que afirma que la ecología de los bosques de especies caducifolias hace que su explotación por métodos realmente sustentables sea no sólo impracticable sino totalmente no rentable.
Entrevistados por Jeremy Hance, de Mongabay.com, los investigadores dijeron: “A pesar de haber intentado durante décadas realizar una tala sustentable, el índice de deforestación apenas disminuyó durante los últimos 20 años, pasando de 15 millones a 13 millones de hectáreas por año, en el mejor de los casos. La tala industrial ha demostrado ser incapaz de conservar los bosques en pie. Al contrario, en general es el primer paso hacia la tala rasa para dar lugar a la agricultura”.
El estudio encontró que basta con tres ciclos de tala para que los árboles seleccionados lleguen casi a extinguirse en todas las principales zonas de bosque tropical – Sudamérica, Centroamérica, África Central y Sudeste Asiático – lo cual no sólo acarrea una perturbación ecológica sino que también tiene consecuencias económicas.
La rica biodiversidad, la variedad sin par y las enormemente complejas interconexiones entre especies del bosque tropical las vuelven especialmente vulnerables a la perturbación. Los madereros se interesan sólo en unas pocas especies del bosque, se las llevan y dejan todo el resto, con lo cual la estructura general del ecosistema se modifica rápidamente.
“Prácticamente todas las especies de árboles de gran valor son excepcionalmente longevas, de crecimiento lento y de poca densidad de ejemplares adultos; el índice de mortalidad de sus semillas y ejemplares jóvenes es alto, su nivel de regeneración es escaso y dependen de la diversidad animal para su reproducción. Todo esto lleva a concluir que los árboles tropicales probablemente necesitan zonas continuas muy extensas de bosque ecológicamente intacto para que el tamaño de su población sea viable”, escriben Zimmerman y Kormos en su informe.
La mayoría de las empresas madereras simplemente entran en un bosque primario, talan todas las especies valiosas y luego lo dejan a los colonos, o talan todo para criar ganado o establecer plantaciones industriales (para celulosa y papel, caucho o aceite de palma). Las compañías madereras suelen talar e irse, pasando de un bosque tropical intacto al siguiente, buscando siempre ganancias rápidas. Por ejemplo, después de haber talado la mayor parte de los bosques de Borneo, pasaron a lugares como Sumatra. Ahora que Sumatra ha sido devastada y que la mayoría de sus bosques se han convertido en plantaciones industriales, la tala industrial se dirigió a Nueva Guinea y a las islas Salomón. En todo el mundo, el bosque primario está desapareciendo.
“La tala en los trópicos sigue el mismo modelo económico que resulta evidente en el caso de la pesca en todos los océanos del mundo”, escriben Zimmerman y Kormos. “Las especies más valiosas son las que primero se extraen y, cuando se agotan, se pasa a las que les siguen en valor, hasta extraer por completo la madera de los bosques.”
Algunos científicos han opinado que la solución es inducir a las empresas forestales de los trópicos a que apliquen un “manejo forestal sustentable”. Según esos defensores de los métodos sustentables, esto permitiría realizar cosechas a largo plazo y proteger al mismo tiempo la salud del bosque en su conjunto.
Sin embargo, según el informe, incluso la llamada tala de bajo impacto – que, en los trópicos, es la excepción más que la regla – cambia considerablemente la ecología de un bosque. Kormos y Zimmerman señalan que, una vez talados muchos árboles, la tala de bajo impacto deja abierto entre un 20 y un 50 por ciento del dosel, cuando “incluso pequeñas aberturas del dosel (5-10 %) pueden tener impactos significativos sobre la humedad que contiene el bosque y aumentar el riesgo de incendio”. “Los residuos abandonados en el suelo del bosque se secan rápidamente, transformándose en un alimento perfecto para el fuego. A diferencia de los bosques templados, los bosques tropicales primarios no suelen incendiarse, pero la tala de bajo impacto crea un nuevo conjunto de condiciones ecológicas que los vuelve vulnerables al calor, al viento y, por supuesto, al fuego.
Aun así, Zimmerman y Kormos dicen que se puede explotar los bosques tropicales, pero sólo si se trata de operaciones pequeñas dirigidas por las comunidades locales, y no de la tala industrial que predomina actualmente.
“La tala funciona bien cuando es practicada a escala no industrial por comunidades que tienen interés en manejar bien su tierra”, dicen los autores. La clave es que las comunidades locales gobiernen sus propios bosques, con lo cual desaparece el problema de “talar e irse”.
Resumen del artículo “Experts: sustainable logging in rainforests impossible”, de Jeremy Hance, mongabay.com, publicado en http://news.mongabay.com/2012/0718-hance-sustainable-logging.html.