Corporaciones multinacionales, con el apoyo de algunas organizaciones académicas y gobiernos, están trabajando intensamente para producir y criar árboles genéticamente modificados (GM). Este desarrollo está provocando gran preocupación a nivel de sectores informados de la opinión pública, quienes con toda razón temen que estos organismos artificialmente creados se conviertan en una amenaza para el ambiente, y puedan provocar irreparables desequilibrios en los ecosistemas forestales del mundo. Informes críticos, protestas e incluso acciones directas se vienen sucediendo con la finalidad de frenar este proceso (ver Boletines 23 y 26 del WRM).
Un informe recientemente publicado en el Reino Unido por WWF revela que un número creciente de árboles GM están siendo plantados en el mundo entero, sin los controles adecuados. El informe de la WWF -titulado "La tecnología GM en el sector forestal" ("GM Technology in the Forest Sector" en el original)- advierte que la producción de árboles GM podría comenzar en los próximos dos años, probablemente en Chile, China e Indonesia, financiada principalmente por capitales del Norte. Ello podría suceder a pesar de que las regulaciones existentes son inadecuadas y de que la investigación realizada respecto del impacto ambiental de los árboles GM es insuficiente.
El estudio analiza los impactos ambientales y sociales de los árboles GM y concluye que el riesgo de contaminación genética es alto. Entre otras amenazas para el ambiente menciona el posible surgimiento de super-malezas. Asimismo, cuando se trabaja en árboles GM para obtener resistencia a enfermedades y tolerancia a herbicidas, podrían ocasionarse impactos inesperados en otros organismos. En suma, las mismas preguntas sobre los mismos puntos críticos que la ingeniería genética aplicada a los cultivos alimenticios no ha podido responder.
Los ensayos de campo de árboles GM se han expandido en diferentes regiones del mundo. Se ha confirmado su existencia en: Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Chile, EE.UU. España, Finlandia, Francia, Indonesia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica y Uruguay. En 1998 había 44 nuevos ensayos y en los últimos tres años el número de especies sobre las que se trabaja se duplicó. Desde entonces ha habido 116 ensayos en 17 países utilizándose 24 especies, siendo el 75% de las mismas productoras de madera. Esta situación resulta especialmente peligrosa en los países del Sur, donde las regulaciones para el establecimiento de este tipo de ensayos son generalmente escasas o inexistentes. Estos son normalmente realizados por el sector privado, siendo notoria la presencia de multinacionales que desean invertir en el campo de los organismos genéticamente modificados (OGMs), pero que deben afrontar restricciones en los países del Norte
A raíz de esta investigación, Jean-Paul Jeanreanud, Director del Programa de la WWF Bosques por la Vida, manifestó que "WWF está llamando a los gobiernos del mundo a que declaren una moratoria a nivel global sobre la liberación comercial de árboles GM, hasta tanto se realice la investigación suficiente y se hayan establecido los recaudos correspondientes". Además de esa moratoria, la WWF insta a fortalecer las regulaciones para los ensayos de campo, las cuales han de tener en cuenta los impactos ambientales a largo plazo que pueden producirse, y a contar con un severo y robusto Protocolo de Bioseguridad en el marco de la Convención sobre Diversidad Biológica, que es el acuerdo internacional más importante en lo que respecta a los OGMs. La organización exige también que se inicie un programa exhaustivo de investigación sobre el que puedan basarse decisiones creíbles, así como el lanzamiento de un debate abierto sobre el futoro de la tecnología GM.
Las personas interesadas en recibir ulterior información sobre esta iniciativa, pueden comunicarse con Jean-Paul Jeanreanud, Director del Programa Bosques por la Vida, WWF Internacional.