En 2013, la República Centroafricana se vio inmersa en un conflicto que ha costado más de 5.000 vidas y ha desplazado a más de un millón de personas. Cuando el grupo insurgente Seleka tomó el poder en un sangriento golpe de Estado, los rebeldes Seleka fueron enviados a los bosques tropicales del país. Allí establecieron lucrativos acuerdos con las empresas madereras, que ayudaron a financiar una encarnizada campaña de violencia contra la población del país. La ONGGlobal Witness realizó una investigación que reveló cómo estas empresas madereras han pagado millones de euros a los rebeldes culpables de asesinatos en masa, secuestros, violaciones y el reclutamiento forzoso de soldados niños. Se impone una acción urgente para cortar los lazos comerciales y de ayuda a las empresas madereras de la República Centroafricana, que han pagado millones a milicias culpables de asesinatos y crímenes de guerra masivos.
Más información (en inglés y francés) en: https://www.globalwitness.org/reports/bloodtimber/