Este mes el WRM publica un nuevo informe sobre las plantaciones de árboles de las empresas Wuzhishan y Green Rich en Camboya ("The death of the forest: A report on Wuzhishan's and Green Rich's tree plantation activities in Cambodia"). El informe registra el impacto de las plantaciones de árboles de ambas empresas sobre las comunidades locales y sus formas de sustento. Por motivos de seguridad, los autores de esta investigación desean permanecer en el anonimato.
2005 fue otro mal año para la democracia en Camboya. El primer ministro Hun Sen se valió de juicios por difamación para arrestar o intimidar a integrantes de la oposición política, la prensa, los sindicatos y las ONG.
Luego, en enero de 2006, Hun Sen liberó bajo fianza a cuatro activistas por los derechos humanos. Anunció planes para modificar la ley sobre difamación. En febrero el dirigente opositor Sam Rainsy regresó a Camboya luego de un año de exilio en Francia. Y en marzo Hun Sen prometió combatir la corrupción y acelerar los cambios en el sistema judicial.
Desgraciadamente, este ritual nos es familiar. Cerca de la mitad del presupuesto anual de Camboya llega en forma de ayuda externa. Justo antes de la reunión del Grupo Consultivo, donde las agencias de ayuda deciden cuánto dinero entregarán a Camboya, Hun Sen promete reducir la represión, la corrupción, la destrucción de los bosques y todo lo malo en general. Los organismos de ayuda cumplen con su papel en el ritual y simulan haber olvidado que Hun Sen hizo precisamente las mismas promesas justo antes de la reunión anterior del Grupo Consultivo.
En diciembre de 2004, durante la última reunión del Grupo Consultivo, el gobierno de Hun Sen se comprometió a cumplir con una serie de objetivos o “indicadores conjuntos de supervisión” (Joint Monitoring Indicators, en la jerga del Grupo Consultivo). El director del Banco Mundial para el país, Ian Porter, dice que estos indicadores conjuntos "son un paso en la dirección correcta hacia el fortalecimiento de las asociaciones para la reforma y hacia el trabajo en pos de objetivos comunes de sistemas de responsabilidad fortalecidos en Camboya”.
El siguiente ejemplo servirá para ver a qué se parece la responsabilidad en Camboya. En diciembre de 2004 el gobierno prometió “Aumentar la transparencia de la administración estatal de los recursos naturales mediante la inmediata publicación de los contratos existentes y los estados de cumplimiento (regalías y otras disposiciones clave) de los contratos que rigen las concesiones económicas de tierras, las concesiones para minería y lotes de pesca y la continuación de las publicaciones de los estados de revisión de las concesiones de bosques”.
El gobierno no publicó los contratos. En su lugar, el Ministerio de Agricultura publicó los registros incompletos de apenas algunas de las concesiones de tierras.
Sin embargo, en los indicadores conjuntos para 2006 el objetivo se rebaja. No se menciona la publicación de contratos. Se pide al gobierno que “difunda toda la información pertinente para el sector sobre las actividades de los organismos gubernamentales”. No se explica quién decidirá qué es “pertinente”. La información se publicará “periódicamente” en el sitio web del Technical Working Group on Forestry and Environment. No se define la palabra “periódicamente”.
En la reunión del Grupo Consultivo de 2006 las agencias de ayuda prometieron US$ 601.000 millones, más todavía que los US$ 504.000 millones que acordaron entregar en 2004.
Hun Sen se ha mantenido en el poder en Camboya durante más de 20 años. Incluso después de haber perdido las elecciones patrocinadas por la ONU en 1993 permaneció en el poder gracias a una coalición con su oponente político Norodom Ranariddh. En 1997 expulsó a Ranariddh mediante un sangriento golpe de Estado. En el período entre el golpe y las elecciones celebradas el año siguiente, Hun Sen entregó más de un millón de hectáreas de concesiones al madereo y concesiones de tierras. Entre julio de 2003 y julio de 2004, durante otro momento de estancamiento político que impidió la formación de un gobierno, el Partido Popular de Camboya de Hun Sen entregó más tierras todavía. Muchas de estas concesiones son para establecer plantaciones industriales de árboles a gran escala.
Pheapimex, conocida empresa maderera camboyana, se ha beneficiado con las limosnas de Hun Sen. Pheapimex controla en total el 7% de superficie de tierras de Camboya. La dueña de la empresa es Chheung Sopheap, amiga íntima de Hun Sen. Su marido, Lau Meng Khin, es uno de los directores de Wuzhishan, empresa que en 2004 empezó a talar bosques en una concesión para plantaciones de 315.000 hectáreas que en un principio había sido otorgada a Pheapimex.
En un artículo publicado en la revista Mother Jones de este mes, Scott Carrier describe el sistema político de Camboya como “una pirámide donde los que están arriba pueden cometer crímenes incalificables y los que están en la base no tienen ningún derecho. El dinero, en forma de sobornos y extorsiones, se mueve hacia arriba en la pirámide, y lo que baja es violencia. Este es el mecanismo cultural de la impunidad”.
Carrier escribe sobre la esclavitud, pero su descripción de la corrupción política de Camboya explica que el primer ministro Hun Sen haya entregado impunemente grandes superficies de tierra camboyana a sus asociados comerciales y amigos. Lo que no explica es por qué año tras año las agencias de ayuda acuerdan volcar dinero en uno de los gobiernos más corruptos del planeta.
Por Chris Lang, correo electrónico: http://chrislang.org, www.chrislang.blogspot.com.
El informe "The death of the forest: A report on Wuzhishan's and Green Rich's tree plantation activities in Cambodia" está disponible en: http://www.wrm.org.uy/countries/Cambodia/BookCambodia.html.