A pesar de los numerosos impactos de las plantaciones de monocultivos de palma aceitera, la industria está constantemente tratando de aumentar su productividad y reducir los costos, lo cual sólo puede llevar a aún peores impactos sobre la gente y la naturaleza. Es la lógica perversa del sistema. Dentro de esa lógica, el evidente paso adelante es la manipulación genética de la palma aceitera. No sólo para aumentar la productividad, sino también para alterar el producto final: el aceite de palma. Y ya están trabajando en esa dirección.
M.R. Chandran, director ejecutivo de la Asociación Malaya de Palma Aceitera, ha declarado públicamente que “la prioridad debería ser desarrollar palma transgénica para obtener mejor calidad de aceite, productividad y altura mínima”. Para trabajar en esa dirección, añadió, “ la industria debe crear alianzas con las instituciones de investigación, universidades e industriales, tanto a nivel local como en el exterior, para hacer posible un salto cualitativo en materia de investigación aplicada y adaptable al sector".
Para él, la clonación no es suficiente. Chandran dijo que “la producción nacional de aceite de palma se ha estancado en 3,6 a 3,8 toneladas/hectárea en los pasados 13 años, a pesar de que los clones desarrollados pueden producir entre 6,5 a 7,5 toneladas/hectárea”, y agregó que “la industria debería sacar provecho del subsidio ofrecido por el Gobierno de 1.000 RM por hectárea para llevar a cabo re-plantaciones aceleradas con materiales superiores para plantar y teniendo en mente la mecanización”.
Las investigaciones en esta dirección ya están bien avanzadas. En 1998, la prensa anunció que estudios en profundidad ya estaban siendo llevados a cabo por botánicos y genetistas locales para crear palma aceitera genéticamente modificada, capaz de producir “el tipo de aceite, sabor y aroma que los productores de detergentes y aceites comestibles, los productores de chocolate, la industria de la belleza, los diseñadores de perfumes y aquellos que hacen ensaladas desean”. El objetivo de esta investigación es entonces claramente de transformar un producto natural en otro artificial adaptado a las necesidades de la industria.
Esta es la amenaza final, tanto para los ambientes naturales como para las personas que consumen aceite de palma y sus diferentes productos. Plantas más pequeñas permitirán más mecanización en la cosecha. Nuevas cualidades serán introducidas a la palma aceitera para adaptarla a las necesidades, no las de los consumidores, sino de la industria. Los efectos sobre la salud humana de estos productos manipulados genéticamente podrían ser graves. Los impactos sobre el medio ambiente podrían ser irreversibles. Y todo este proceso sólo tendrá una razón: generar beneficios para la industria y el comercio.
Artículo basado en información obtenida de: “Palm Oil Most Studied Commodity Today” por Cheah Chor Sooi, The New Straits Times Sunday, September 6, 1998 “Surviving the low prices of palm oil”, por Yong Tiam Kui, New Straits Times, April 8, 2001.