La realización de un taller sobre política ambiental mundial (1) permitió la discusión de diversos temas y actores vinculados con los bosques y los pueblos de los bosques: áreas protegidas, cambio climático, biodiversidad, Banco Mundial.
Las diferentes “soluciones” a los problemas ambientales mundiales (la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, el cambio climático) fueron contextualizadas como parte del enfoque de apropiación de la naturaleza con fines de lucro, llevado a cabo a través de organismos como el Banco Mundial, el FMI y la FAO, y a través de mecanismos totalmente nuevos, supuestamente creados para proteger el medio ambiente.
El Banco Mundial y otros actores promueven lo que denominan “madereo sustentable”, facilitando la intrusión de los capitales más rapaces en los bosques primarios. Como resultado, los bosques han sido degradados y los que todavía quedan --particularmente los tropicales-- están amenazados en todo el mundo. Junto con los bosques está desapareciendo una enorme cantidad de especies. Esto ha provocado impactos en las comunidades de los bosques, que se han disgregado dejando a sus miembros librados a su propia suerte. Solamente en la India, desde la independencia, unos 35 millones de personas han sido desplazadas, y procesos similares están ocurriendo en las zonas de los trópicos.
La Convención sobre Cambio Climático no solo no ha logrado cumplir su función en cuanto a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que ha sido un instrumento de promoción de las llamadas plantaciones para sumideros de carbono (monocultivos forestales), permitiendo que las empresas continúen contaminando y a la vez produciendo impactos sobre los medios de sustento de las poblaciones locales y sobre la naturaleza.
La política ambiental mundial fue descrita como el “juego del engaño”. Los gobiernos engañan a los pueblos y les hacen creer que se está haciendo lo necesario para enfrentar los problemas ambientales mundiales, cuando de hecho no se está haciendo prácticamente nada. Como resultado, el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la deforestación siguen poniendo en riesgo el futuro de la humanidad.
Para facilitar este engaño se ha inventado todo un idioma y el poder se ha apropiado del lenguaje del movimiento ambientalista, cambiando su significado. En el taller se utilizó el “Mecanismo de Desarrollo Limpio” de la Convención sobre el Cambio Climático como un buen ejemplo de esto. Aunque no es “limpio” en absoluto (fue creado para permitir que los contaminadores contaminen) ni tiene relación alguna con el “desarrollo” (salvo que se considere la creación de los vertederos de carbono en el Sur como una forma de desarrollo), el mecanismo le da al público desinformado la impresión de que apunta al tipo de desarrollo limpio que la mayoría de las personas desearía que existiera.
El Banco Mundial fue identificado como uno de los más prominentes actores de ese “juego del engaño”. Después de años de otorgar préstamos para la construcción de carreteras que abren los bosques a la explotación, préstamos para represas hidroeléctricas en gran escala, préstamos para la explotación forestal industrial, la explotación petrolera, la minería y cada causa imaginable de deforestación y degradación forestal, el Banco decidió repentinamente ser bueno y aprobó una nueva política de bosques que evitaría que el propio Banco continuara destruyendo la selva tropical. Por supuesto, esto fue en gran medida el resultado de años de campañas de las ONG en contra de los préstamos del Banco. Pero el hecho es que terminó siendo también parte del juego del engaño: el Banco nunca aplicó esa política. Diez años después llevó a cabo un proceso muy publicitado y participativo para revisarla, y el resultado fue la aprobación de una política mucho más débil, de la cual probablemente solo se lleguen a ejecutar sus peores aspectos.
Se resaltó que el Banco Mundial tiene un hermano mayor (el Fondo Monetario Internacional) y que trabajan juntos. Una de las mayores y mejor documentadas causas de la deforestación son los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI y llevados a cabo a través de préstamos del Banco Mundial, pero esto, por supuesto, está fuera del alcance de la nueva política de bosques del Banco. De cualquier manera, la función del Banco Mundial no es la de proteger los bosques ni tampoco, de hecho, erradicar la pobreza, principio incluido dentro de su mandato con el único propósito de engañar. La función del Banco Mundial es la de abrir espacios en el Sur para las empresas del Norte, y en este punto todos concordarán en que ha hecho un trabajo brillante.
Los problemas ambientales mundiales son, no obstante, muy reales y no se debe permitir a los gobiernos y a las organizaciones internacionales que sigan jugando este juego del engaño. Se deben tomar medidas, y rápido. Sabemos que otro mundo es posible.
(1) Organizado por: National Forum of Forest People and Forest Workers, Foro de Delhi y Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales. Panelistas: Praful Bidwai, Roy Burman, Medha Patekar y Ricardo Carrere.