Los bosques tropicales congoleños de África Central constituyen, luego de los bosques del Amazonas, la segunda mayor selva tropical del planeta y una zona de enorme biodiversidad. Dos terceras partes de los bosques se encuentran en la República Democrática del Congo (RDC), que continúa dividida por la feroz guerra civil alimentada por la rivalidad en el control de los recursos naturales y que ya cobró 3,5 millones de vidas. Aproximadamente 40 millones de personas de la RDC dependen de los bosques tropicales para su supervivencia.
Sin embargo, el Banco Mundial (por lejos el mayor acreedor de la RDC) alienta, con su apoyo, los planes del gobierno para realizar una enorme expansión del madereo industrial. Estos planes desatarían una oleada de destrucción en los bosques tropicales de la RDC actualmente asignados a la industria maderera, la que se aprovecha de la incertidumbre jurídica imperante y la debilidad del gobierno.
La entrega del bosque tropical se lleva a cabo con el argumento de que aliviará la pobreza en uno de los países más pobres del planeta, pero equivale a una condena a muerte para el bosque y las personas que dependen de él. Los pueblos ‘pigmeos’ Twa, Mbuti y Aka, así como los Bantúes han habitado los bosques del Congo durante miles de años sobreviviendo en base a la caza y la recolección de alimentos silvestres. Saben cómo proteger las plantas, los animales y los ecosistemas de la selva tropical. Pero no ignoran qué les tienen deparado las grandes empresas.
A cambio de madera por valor de cientos de miles de dólares las compañías madereras obsequian a las comunidades cosas tales como cajas de cerveza que valen menos de 100 dólares, y prometen construir escuelas y hospitales. Estas promesas rara vez se cumplen y se ha denunciado que se utilizan tácticas intimidatorias contra aquellas personas que intentan protestar.
El gobierno de la RDC presentó una moratoria en 2002 que prohíbe la adjudicación, extensión y renovación de títulos de explotación maderera. Pero a pesar de que la moratoria original fue confirmada por un decreto presidencial, ha sido ampliamente ignorada, incluso por el Banco Mundial y demás instituciones de crédito que apoyan este plan.
En los últimos tres años se firmaron más de 150 contratos con 20 empresas que abarcan una superficie de bosques tropicales de aproximadamente 21 millones de hectáreas (más de 51 millones de acres). Se cree que en 2002 el gobierno de transición adjudicó ilegalmente muchos contratos, tras una década de guerras civiles y en desafío a una moratoria del Banco Mundial.
La Rainforest Foundation advierte desde hace tres años que el madereo a gran escala podría desencadenar enormes problemas ambientales, fomentar conflictos con los habitantes del bosque y propagar la corrupción en la medida que los políticos, los funcionarios y los señores de la guerra lucren con la ‘bonanza maderera’. Recientemente, Greenpeace se sumó a la campaña de la Rainforest Foundation “Stop the Carve-Up of the Congo” (Detengan el reparto del Congo) y divulgó un estudio de 100 páginas. Recopilado por Greenpeace Internacional, en conjunto con organizaciones ecologistas y de derechos humanos congoleñas, “Carving Up the Congo” denuncia que las empresas provienen principalmente de Alemania, Portugal, Bélgica, Singapur y Estados Unidos, y que las mismas extraerán la teca africana que se utiliza con frecuencia en pisos, muebles y puertas en Gran Bretaña.
Para conseguir el acceso a los bosques durante los próximos 25 años, las empresas europeas llegaron a acuerdos con los jefes de las aldeas por los cuales les ofrecen bolsas de sal, machetes y bicicletas, y en algunos casos les prometen construir escuelas rudimentarias, se sostiene en el informe.
Diversas organizaciones internacionales exigieron una moratoria de por lo menos 10 años a la asignación de nuevas zonas de madereo en el Congo. La Rainforest Foundation pide ahora una declaración del G-8 sobre la importancia de los bosques tropicales del Congo y el papel que desempeñan en el combate al cambio climático. “En la reunión que celebrará el G-8 (de los países más ricos) en junio seguiremos planteando con fuerza el tema, para que el mundo preste atención a la última gran frontera de los bosques tropicales en el mundo", señaló Simon Counsell, de la Rainforest Foundation.
Artículo basado en: “Plight of Congo forests grabs world attention”, The Rainforest Foundation, http://www.rainforestfoundationuk.org/s-Plight%20of%20Congo%20forests%20grabs%20world%20attention; “Rainforest destruction in Africa”, Greenpeace, http://www.greenpeace.org/international/news/congo-report-110407; “Selling off the rainforest - a modern-day scandal”, John Vidal en Kisangani, 11 de abril de 2007, The Guardian; “Report From The Congo Rainforest”, Cath Long, The Rainforest Foundation., http://www.rainforestfoundationuk.org/s-Report%20from%20the%20Congo%20Rainforest