El 20 de abril, la gigante sueco-finlandesa de la industria forestal Stora Enso celebró su reunión anual de accionistas en Helsinki, donde presentó sus planes de distribución de parte de las ganancias obtenidas en el año 2010: 817,4 millones de euros.
Para esa ocasión, Amigos de la Tierra Internacional, los grupos brasileños MST (Movimento dos Trabalhadores Sem Terra) y Cepedes (Centro de Estudos e Pesquisas para o Desenvolvimento do Extremo Sul da Bahia), la organización finlandesa Amigos de los Sin Tierra Finlandia y la organización internacional WRM (Movimiento Mundial por los Bosques) advirtieron que las ganancias de Stora Enso se han obtenido a costa de violar leyes ambientales, laborales y penales en América Latina.
En Brasil y Uruguay, sola o junto a otras, la empresa es responsable de crímenes ambientales. Los monocultivos de árboles a gran escala de Stora Enso para la producción de celulosa han provocado el desplazamiento de comunidades locales y son un factor causante de la erosión del suelo y la escasez de agua. La concentración de miles de hectáreas de tierras para el cultivo de eucaliptos constituye una amenaza para la seguridad alimentaria y es causa de miseria para millones de personas sin tierra.
En Uruguay, Montes del Plata – una empresa formada por Stora Enso y la chilena Arauco – es el mayor terrateniente del país, con 238.000 hectáreas de tierra, y ha estado presionando a las autoridades nacionales para reclasificar tierras agrícolas ganaderas cercanas a su nueva fábrica de celulosa y así obtener 100.000 hectáreas más para destinarlas a nuevas plantaciones forestales.
En Brasil, Veracel - empresa conjunta de Stora Enso y la compañía brasileña Fibria - es acusada de delitos ambientales (deforestación ilegal y uso inadecuado de plaguicidas), violaciones de derechos laborales, blanqueo de dinero, evasión fiscal y corrupción. También ha desalojado brutalmente a mujeres y niños del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y del movimiento Vía Campesina, que ocuparon varias plantaciones de Stora Enso como respuesta al hambre y la pobreza.
“En lugar de traer desarrollo, Stora Enso causa conflictos por la tierra y amenaza la soberanía alimentaria. Un verdadero desarrollo sustentable promueve la agricultura en pequeña escala para alimentar a las personas y no plantaciones a gran escala para obtener beneficios para las empresas. ¡No podemos comer eucaliptos!”, expresó Durao Marcelo Fernández, del MST.
El comunicado de prensa completo está disponible en inglés en: http://maanystavat.fi/index.php?cat=82&aid=9&lang=fi&mstr=2