GeaSphere y EcoDoc lanzaron recientemente un informe de Liane Greeff de EcoDoc África, “Árboles exóticos sedientos, escasez de agua y confusión climática – qué versión del desarrollo sostenible estamos dejando a nuestros hijos”. El documento resalta la dramática contradicción entre la expansión de las plantaciones industriales de árboles en Sudáfrica, grandes consumidoras de agua, realizadas en el marco de programas de desarrollo, y la escasez de recursos hídricos del país. Es un informe minucioso que recomendamos ampliamente y que puede leerse enhttp://www.geasphere.co.za/articles/thirstytreesnowater.htm. Liane Greeff realizó el siguiente resumen para dar a los lectores del WRM una breve reseña del informe.
No hay suficiente agua para los planes de desarrollo actuales y futuros y, por lo tanto, necesitamos examinar nuevamente el nexo imposible entre nuestros recursos hídricos escasos, los posibles impactos del cambio climático, nuestra decisión de expandir las plantaciones de árboles que consumen grandes cantidades de agua, y los temas vinculados a la seguridad alimentaria a largo plazo. Debemos tejer estos hilos de forma tal que logremos vincularlos con otros temas más amplios, como el desarrollo sostenible que nuestro planeta encara y la actual trayectoria de colisión de la humanidad con una crisis climática desconocida. La pregunta que debemos hacernos (como especie) es: “¿Por qué nuestra generación no hace algo mientras puede y por qué nuestros líderes no nos están liderando?”
Sudáfrica ocupa el trigésimo lugar en la lista de países más secos del planeta y, según estadísticas recientes, el país ya utiliza el 98% del agua disponible y dentro de unos pocos años sufrirá un déficit hídrico. Para empeorar aún más la situación, las funestas predicciones sobre el cambio climático indican que África será afectada seriamente y que Sudáfrica en particular probablemente experimente menos lluvias en la mayor parte del territorio, con largos períodos secos y crecientes fenómenos de tormenta. Cuando unimos estas declaraciones, obtenemos un panorama muy sombrío sobre nuestra futura disponibilidad de agua.
Sin embargo, nuestros líderes parecen seguir aplicando el mismo enfoque de siempre a la hora de hacer su planificación macro-económica. La mayoría de los proyectos planeados, como las 150.000 hectáreas de plantaciones de árboles en Cabo Oriental, una provincia propensa a la sequía, implican un fuerte consumo de agua y parecen estar desarrollándose absolutamente aislados del hecho de que Sudáfrica es un país árido, donde el agua es escasa. De hecho, Sudáfrica debe tomar mucha más conciencia de lo limitado de nuestros recursos naturales.
La historia de la investigación sobre el agua y las plantaciones de árboles. Desde 1935, Sudáfrica ha investigado las plantaciones de árboles y su consumo de agua debido a numerosas quejas cuando, río abajo de las plantaciones, los cursos de agua comenzaron a secarse. Esto tuvo como resultado setenta años de investigación hidrológica en Jonkershoek y otros sitios, utilizando el método de cuencas pareadas, que mostró que las plantaciones generan reducciones significativas del caudal de agua, que varían según la especie. Para los pinos se calculó que había una reducción de 30-40 mm por cada 10% de la cuenca plantada, en el pico de mayor consumo de agua, y que consumían el equivalente a unos 400-450mm de precipitaciones.
Los eucaliptos consumen más agua – aproximadamente el equivalente a 600mm de lluvias – a causa de su capacidad de desarrollar raíces profundas, que miden de 30 a 50 metros, por lo cual pueden absorber absolutamente toda el agua que encuentren en el suelo y llegar a secar una cuenca. En el caso de Sudáfrica, en una zona reforestada con eucaliptos, un curso de agua puede secarse por completo y sólo volverá a aparecer 3 o 4 años después de que los árboles hayan sido retirados. La cantidad de agua que usa un árbol depende de la especie, la edad, dónde se ubica, su tamaño, el tamaño de su copa, cuán cerca se encuentra de un río y si está creciendo solo o como parte de una plantación. En general, un eucalipto consumirá entre 100 y 1000 litros de agua por día, mientras que el consumo diario de un pino será de 50 a 600 litros.
Según investigaciones recientes, las plantaciones utilizan una proporción mucho mayor de agua proveniente de los cursos de agua durante los períodos de lluvias escasas y bajo caudal. Por ejemplo, en Sudáfrica la reducción anual del caudal de agua causada por las plantaciones es de aproximadamente un 3,2%. No obstante, el impacto que genera es aún peor en períodos de bajo caudal, donde las plantaciones lo reducen en un 8%. Esto significa que cuando hay mucha agua las plantaciones utilizan una cantidad menor, pero cuando el agua es limitada, usan una cantidad mayor. Entonces, cuando el agua es escasa, las plantaciones de árboles utilizan una cantidad muy grande y lo hacen antes de que pueda llegar a otros usuarios.
¿Cuánta agua consumen los árboles? La respuesta exacta es difícil. Según Statistics South Africa, en el año 2000 los árboles consumieron 10.828 millones de m3, o sea el 16% del agua de Sudáfrica, mientras que los informes de la Estrategia Nacional para los Recursos Hídricos (NWRS por su nombre en inglés) indican que, en el mismo año, el uso incremental de agua de las plantaciones de árboles, excedió el de la vegetación natural del país en 1.460 millones de m3 (3%). Sin embargo, el término “incremental” es importante ya que da la impresión de que las plantaciones utilizan menos agua de la que realmente consumen. La diferencia entre estas dos cifras surge del hecho de que los cálculos de Statistics SA reflejan el consumo de las plantaciones por evapotranspiración, mientras que NWRS sólo hace referencia al uso incremental y a la reducción de los caudales. La organización ambiental GeaSphere calculó que las plantaciones usan una cantidad 30 veces superior a la cuota básica gratuita de 25 litros por persona, por día, de la población entera. Lo que hace muy diferentes a los árboles es que utilizan el agua antes de que ésta llegue a los cursos de agua, lo cual significa que, una vez plantados, el consumo de agua queda comprometido.
Experiencias de las comunidades en torno a la escasez de agua. Las plantaciones de árboles han impactado sobre las comunidades de muchas formas. En primer lugar, cubren 1,7 millones de hectáreas de tierra en la zona de mayor pluviosidad y alrededor de un 40% de esta tierra es reclamada por las comunidades como tierra ancestral, suya por derecho. En segundo lugar, las comunidades que viven aguas abajo de las plantaciones encuentran que a menudo su provisión de agua se seca y se quedan sin este recurso.
Las plantaciones de árboles y otras plantas invasivas exóticas. Muchas de las especies utilizadas en las plantaciones, como algunos pinos, eucaliptos y acacia negra, son sumamente invasivas, y Sudáfrica tiene un gran problema con este tipo de plantas que se apoderan de nuestros paisajes naturales y utilizan grandes cantidades de agua. Una investigación reciente indica que, en las condiciones actuales, la cantidad de agua que se pierde en Sudáfrica debido a la expansión de árboles exóticos invasivos podría aumentar de su nivel actual estimado del 3% a más del 16%.
Las predicciones sobre el cambio climático para Sudáfrica y la doble carga de los mecanismos de desarrollo limpio que usan las plantaciones como sumideros de carbono. El mecanismo de desarrollo limpio es una de las estrategias de mitigación del cambio climático que permite el comercio basado en el secuestro de carbono o en la solución de los sumideros, con lo cual las industrias emisoras de carbono del Norte pueden continuar sus actividades, o incluso expandirlas, si una cantidad equivalente de carbono se almacena en algún otro lado, por ejemplo, en una plantación. La utilización de árboles como sumideros de carbono ha sido descripta por algunos actores como un trueque de carbono por agua, mientras que otros estudios concluyen que en aquellos lugares en que las plantaciones podrían causar escasez de agua o intensificar la ya existente, este factor debería ser considerado explícitamente al trabajar sobre programas de secuestro de carbono. De hecho, muchas organizaciones se quejan porque los programas de secuestro de carbono a menudo terminan en que la gente de los países en desarrollo “pagan doble” por el cambio climático – en primer lugar, por el propio cambio climático, y en segundo lugar por los impactos muchas veces devastadores asociados a proyectos de desarrollo tales como las plantaciones de árboles y las grandes represas.
Industria de la celulosa y el papel. Otro factor a considerar al hablar de árboles y consumo de agua, es la cantidad de agua que se utiliza y se contamina en las plantas de celulosa y papel. A esto se vincula el consumo excesivo de papel en todo el mundo, que se ha multiplicado por cinco en cuarenta años.
Conclusión
La intención del informe es compartir con ustedes lo sedientos que resultan ser los árboles exóticos e intentar darles una idea del tamaño de las plantaciones en cuanto a la superficie que ocupan, y de la magnitud del problema en lo que respecta a la escasez de agua que esta generación enfrenta. En lo relativo al cambio climático, el documento sostiene que los costos, específicamente en términos de uso de agua y biodiversidad, son demasiado altos, y que las plantaciones de árboles no sólo no deberían expandirse más sino que, dentro de lo posible, deberían ser eliminadas. Asimismo, sostiene que hay otras formas de secuestrar carbono que son preferibles, como aumentar la concentración de carbono en suelos orgánicos y promover la salud de las praderas.
Por Liane Greeff, EcoDoc Africa, correo electrónico: liane@kingsley.co.za,www.ecodocafrica.co.za