El gobierno de Tailandia ha fijado su política de producción de biodiésel de palma aceitera como fuente de energía. En la actualidad las zonas de cosecha en gran escala abarcan una superficie de alrededor de 400.000 hectáreas, pero ha aparecido un discurso sobre la palma aceitera que desde 2006 promueve su plantación como “fuente renovable de energía”, “salvadora de la patria”, “plan de reforestación”, “zona de protección contra el viento” y “transformación de arrozales desiertos en campos de palma aceitera”.
Para cumplir con las ambiciones del gobierno se debe producir 8,5 millones de litros de biodiésel. Esto significa que la superficie de palma aceitera tendrá que crecer otras 800.000 hectáreas entre 2006 y 2009, con lo que este cultivo alcanzaría 1,2 millones de hectáreas. En 2029 las plantaciones llegarían a 1,6 millones de hectáreas.
Todos los trabajos de investigación realizados han apuntado a lograr que las técnicas del monocultivo maximicen la producción de la palma aceitera; sin embargo, el gobierno tailandés nunca ha revelado los impactos ambientales que este cultivo provoca.
Mucho preocupa que el gobierno de Tailandia nunca haya dicho que la tierra utilizada para la plantación de palma aceitera a menudo se deteriora a causa del tipo de producción, el monocultivo con uso extensivo de productos químicos. Es difícil que la producción de palma aceitera pueda realizarse en forma integrada a causa del tamaño de esta palmera y de que sus fibrosas raíces se extienden mucho y muy lejos. Cada árbol pesa más de tres toneladas, lo que implica que muy pocos cultivos pueden crecer en las plantaciones. A los animales del suelo, como la lombriz de tierra, les resulta muy difícil adentrarse en el terreno de la plantación. Deshacerse de los árboles muertos y sus raíces es difícil y costoso, pues se necesita contratar una retroexcavadora para arrancarlos de raíz o utilizar productos químicos para destruirlos.
El gobierno ha brindado a los productores financiación, materia prima y otros insumos. Tan activa promoción resultó en la rápida expansión de las plantaciones, sobre todo en los bosques de cuencas, humedales, bosques públicos comunitarios y arrozales. Si la palma aceitera se expandiera según los planes del gobierno, Tailandia perdería irremediablemente su soberanía alimentaria, sus bosques y su diversidad biológica. Sería una catástrofe para el pueblo tailandés.
Extraído y adaptado de “Ten Million Rai of Oil Palm Plantation: A Catastrophe for the Thai People”, por Bandita Yangdee, Project for Ecological Awareness Building (EAB), enviado por Sayamol Kaiyoorawong, correo-e: noksayamol@yahoo.com. El artículo completo está en: http://www.wrm.org.uy/countries/Thailand/Catastrophe.pdf