El proyecto REDD Florestal Santa María (FSM-REDD) abarca cerca de 70 mil hectáreas de la Amazonia brasileña y ha vendido créditos de carbono a programas de compensación de al menos dos compañías aéreas: Delta Airlines y TAP. Detrás, se esconde un aumento de la deforestación en la región, una historia de acaparamiento de tierras, uso de certificaciones que ya no existen y promesas incumplidas a las comunidades locales.
Pese a que está demostrado que REDD no es una solución real al cambio climático, el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) -reunido en Montreal entre el 11 y el 19 de junio- avanza en planes para permitir a las compañías aéreas mitigar sus emisiones con proyectos de compensación de carbono y el uso de agrocombustibles a base de monocultivos industriales, que causan estragos a los bosques y sus pobladores en el sur Global.
Organizaciones de todo el mundo le reclaman en una carta al OACI que abandone sus planes de mitigación con falsas y destructivas soluciones, y que comience a reducir el tráfico aéreo.
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