Esquemas de certificación
“¡Sigan comprando!” Éste es el mensaje que promueven los mecanismos de certificación. Toda vez que un producto industrial o agrícola cae en desprestigio, pronto surge una iniciativa de certificación voluntaria. Todas las certificaciones permiten la expansión del control empresarial sobre las tierras comunitarias. Tampoco han logrado resolver los conflictos entre las comunidades y las empresas que se han apoderado de los territorios de la comunidad. Y es muy imprecisa su contribución a la reducción del daño ecológico, particularmente donde las plantaciones de monocultivos industriales reciben una “etiqueta verde”.
A pesar de la vasta tala de manglares para darle paso a granjas camaroneras y la opresión de comunidades recolectoras y pescadoras, la industria accede a certificaciones.
Lo que los esquemas de certificación para plantaciones de árboles tienen en común es que inicialmente generaron muchas expectativas. Sin embargo, lo que la RSPO y el FSC también tienen en común es que no van a cumplirlas.
En Brasil hay muchas plantaciones de monocultivos certificadas establecidas en tierras cuyos títulos fueron obtenidos en forma fraudulenta. En este artículo se trata el caso de dos empresas que operan en la región amazónica: Agropalma y Jari Florestal.