Este artículo forma parte de la publicación "15 años de REDD:
Un mecanismo intrínsecamente corrupto"
Las ‘concesiones de carbono’ creadas para generar y vender créditos de carbono también están erosionando profundamente las estructuras de las comunidades así como su organización y reproducción comunitaria. Ésta es la historia del pueblo de Bapinang Hilir en Indonesia. A pesar de estar ubicado fuera de la zona de concesión del ‘proyecto REDD+ de Katingan’, los sistemas de certificación (VCS y CCBA) lo han identificado como dentro de la zona del proyecto verificado. El artículo explora cómo los propietarios de las concesiones se han beneficiado de esta inclusión a costa de los aldeanos de Bapinang Hilir.
La comunidad Bapinang Hilir se encuentra en el área administrativa del distrito de Pulau Hanaut, regencia de Kotawaringin Timur (Kotawaringin Este), Indonesia. Es una de las trece regencias que componen la provincia de Kalimantan Central, en la isla de Kalimantan. Su ubicación en el estuario, bordeando el río Katingan y el río Mentaya, da cuenta de la zona de pantano de marea, con una capa de turba y pirita. Esta zona comenzó a ser habitada por flujos migratorios debido a la extracción de carbón en el sur de Kalimantan hace 150 años, a lo largo de los cuales el pueblo Banjarese fue desalojado y desplazado al río Mentaya, lugar donde la administración colonial preparaba el circuito capitalista de cultivos comerciales (coco y caucho).
El contexto histórico de la posmigración de Bapinang Hilir está caracterizado por conflictos por la tierra, entre los circuitos capitalistas y quienes habitan la zona. El capital inyectado desde el exterior se traduce principalmente en la expansión de actividades industriales que devoran los espacios habitables. Las turberas, sensibles al cambio, ilustran claramente esta destrucción ecológica, donde el torbellino de la explotación de los seres humanos y sus entornos exacerba cada vez más la marginación de las comunidades. En la última década, los bienes comunes que quedaban se han cercado cada vez más para dar lugar al negocio del comercio de carbono.
Este nuevo capítulo de la historia de Bapinang Hilir muestra la expansión absoluta de la acumulación del capital, que consume no solo los espacios de vida ecológicos sino también la reproducción de la sociedad. (1) El exceso (de contaminación) que ha sido sembrado constantemente por el capital financiero e industrial de los países del Norte durante los últimos dos siglos, ahora es considerado una crisis (climática) y, en la lógica del capital, se ha convertido en una mercancía. Esto a su vez ha permitido la creación de concesiones de carbono que generan y venden créditos de carbono. Irónicamente, este modelo transfiere la responsabilidad de ‘reducir’ las emisiones a los pequeños agricultores de Bapinang Hilir. Sin embargo, los créditos de carbono generados no reducen la contaminación, sino que, de hecho, se supone que solo compensan una mayor contaminación en otro lugar.
La conclusión inicial sobre un mecanismo comercial que no solo vende bosques de turba sino que también cambia las estructuras y la organización de las comunidades, como lo requieren los sistemas de certificación de carbono, señala la mercantilización de la reproducción de la vida comunitaria. Por lo tanto, cuando se hace referencia a las concesiones de carbono creadas para la venta de créditos de carbono a países y empresas en gran parte del Norte, no es posible dejar de referirse además a cómo también se mercantiliza sistemáticamente el espacio (la sociedad reproductiva y la naturaleza).
Proyecto REDD+ Katingan
Las tierras que aún están sin concesiones económicas o actividades extractivas siguen considerándose tierras comunales. Sin embargo, desde 2016 esta zona ha estado bajo el control de PT Rimba Makmur Utama (RMU) para el Proyecto de Restauración y Conservación de Turberas de Katingan o proyecto REDD+ Katingan, a través de la concesión del Permiso de Utilización de Productos Forestales de Madera para la Restauración de Ecosistemas (IUPHHK-RE ). La empresa indonesia RMU fue fundada en 2007 con la idea de beneficiarse de las actividades de conservación del bosque a través del comercio de carbono. En 2008, RMU presentó una solicitud para obtener Concesiones para la restauración de ecosistemas (2) abarcando una superficie de 227.260 hectáreas en las Regencias de Katingan y Kotawaringin Timur. Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente y Silvicultura solo otorgó una concesión en la regencia de Katingan, en 2013, y la otra en 2016, con una superficie de 149.800 hectáreas. (3) Pero cuando se calcula el área de la Zona del Proyecto, que incluye el área fuera de las Concesiones para la restauración de ecosistemas, la superficie alcanza las 305.669 hectáreas, lo que convierte al proyecto REDD+ Katingan en el proyecto de reducción de emisiones más grande del mundo. El proyecto ha recibido la certificación de Verified Carbon Standard (VCS) y Climate, Community & Biodiversity Alliance (CCBA).
Si bien el área de concesión de RMU es de 149.800 hectáreas, el área total contabilizada como zona del proyecto verificada por VCS y CCBA es de 305.669 hectáreas. (3) Antes de que se pudieran vender los créditos de carbono, RMU dependía de las inversiones de varias organizaciones y empresas, entre ellas la Fundación David y Lucile Packard, USAID Indonesia Forest and Climate Support, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, la Fundación Clinton, el banco de desarrollo noruego NORAD y la Fundación Puter, que es el socio de RMU para las actividades de desarrollo comunitario.
Además de la venta de créditos de carbono, a través de la Fundación Puter, RMU recibe fondos de diversas empresas y fundaciones para llevar a cabo programas de empoderamiento comunitario. Algunos de los que están surgiendo en Bapinang Hilir son el mapeo participativo, el empoderamiento de los productores de azúcar de coco y programas que alientan a la comunidad a cambiar a la horticultura orgánica. Estos fondos pueden considerarse como una forma de que RMU cumpla con las exigencias en materia de costos para los mecanismos de certificación, y por tanto como un incentivo para facilitar el comercio de créditos de carbono.
Los créditos de carbono se calculan en base a un escenario de amenaza de deforestación por concesiones de plantaciones industriales, por los derechos comunitarios de cultivo y por la invasión del bosque por parte de una comunidad. La cantidad de dióxido de carbono que se espera evitar con el proyecto REDD+, según el documento del proyecto, constituye la base para la cantidad de créditos que pueden venderse. Se supone que esto se basa en cálculos en el área de concesión (o área del proyecto) entre un escenario de una línea de referencia sin el proyecto y un escenario hipotético con el proyecto. Sin embargo, este cálculo también incorpora áreas fuera de la concesión, o lo que se conoce como la zona del proyecto, que incluye los asentamientos comunitarios y las tierras agrícolas. Estas áreas son un factor de deducción de los créditos de carbono que es posible vender. La propia RMU reconoce que conllevan riesgos en materia de tenencia de la tierra y políticas locales, y sugiere que estos pueden reducirse mediante mecanismos y acuerdos entre las comunidades. (3)
La certificación VCS obtenida por RMU tiene condiciones. Una de ellas es asegurar que el proyecto no tenga impactos negativos en las comunidades locales, y fomentar su participación en el proceso de desarrollo e implementación del proyecto. El certificado CCBS tiene como objetivo garantizar que el proyecto mejore el bienestar de las personas que viven en la zona del proyecto. Esto se calcula comparando el escenario del bienestar de una comunidad sin intervención de la actividad, y el escenario del bienestar de la comunidad después de la intervención. Un certificado CCBS puede aumentar el valor de un crédito de carbono en alrededor de 1,6 dólares por tCO2e (de un precio inicial de alrededor de 2,3 a 3,9 dólares a partir de 2016). Además, este certificado es un factor determinante para reducir los riesgos que podrían afectar la cantidad de carbono que se puede vender, y también es parte de un escenario de reducción de emisiones que surge de la invasión de una comunidad. Se estima que RMU tiene el potencial de generar alrededor de 1.700 millones de dólares a lo largo del período de concesión de 60 años, sin tomar en cuenta las donaciones que también está recibiendo. (3)
RMU comenzó a interactuar con las comunidades en 2012, a través de la Fundación Puter, utilizando fondos de USAID para mapear los recursos y medios de vida de las comunidades y prepararlas para colaborar en el negocio del carbono. Ésta fue la etapa inicial para que la empresa tratara de firmar un Memorando de Entendimiento con el gobierno de la comunidad. Después de firmar el Memorando, la comunidad recibiría 100 millones de rupias indonesias (alrededor de 7.000 dólares) y dos millones de rupias (alrededor de 140 dólares) por mes para fortalecer el aparato de la comunidad. Los comuneros también podían presentar propuestas para el desarrollo de sus actividades económicas. El programa de desarrollo comercial de la comunidad que se lleva a cabo se basa en un programa agrícola que introduce fertilizantes orgánicos y prohíbe la quema y el uso de productos químicos.
La primera etapa de iniciación fue rechazada por casi todos los gobiernos comunitarios, lo que causó grandes dificultades a RMU para obtener un Memorando de Entendimiento. Esta resistencia fue impulsada por la élite del coco, que controlaba las administraciones de las comunidades y los sub-distritos, así como por el Grupo de Agricultores de Hanaut Island Dayak Misik. (4) La negativa fue motivada por la noticia que circulaba en la comunidad de la regencia de Katingan de que los residentes tenían dificultades para acceder al bosque en el área de concesión debido a las restricciones graduales a su uso impuestas por RMU. (5) Sin embargo, el suministro de fondos al gobierno comunitario alentó a otros gobiernos de otras comunidades a cooperar con RMU, a la vez que generó suspicacias entre las comunidades y el Grupo Dayak Misik.
El Grupo Dayak Misik, en su calidad de única institución consuetudinaria con interés en expandir sus tierras a través del Certificado de Tierras Consuetudinarias, ve obstaculizadas sus intenciones por el control que hace RMU de las tierras comunales. Otros agricultores que no forman parte del Grupo Dayak Misik, como es el caso de las administraciones de las comunidades y los propietarios de grandes plantaciones de cocoteros en Bapinang Hilir, tienden a apoyar a Dayak Misik porque consideran que el Memorando de Entendimiento entre la comunidad y RMU ha implicado la cesión de tierras comunales y la prohibición del ingreso de los comuneros a su bosque. La aparición de exhortaciones (6) a no realizar actividades que tengan el potencial de reducir los créditos de carbono, tales como la siembra de aceite de palma, la recolección de madera y la caza, hace que algunos agricultores se sientan aún más amenazados (7) por el Memorando. Además, el control de la tierra por parte de RMU también provoca escasez de tierras.
En 2017 se eliminó la administración del sub-distrito de la élite del coco y se consideró que el jefe del sub-distrito electo facilitaba el proceso de firma del Memorando de Entendimiento. Después que se cambió al jefe del sub-distrito, casi todas las comunidades firmaron un acuerdo de cooperación con RMU porque fueron tentadas por otras comunidades a las que se les había dado dinero.
Comercio de carbono y mercantilización del ser humano
El surgimiento del carbono como una mercancía capitalista más cambió drásticamente las relaciones laborales y productivas en el campo. Los campesinos, que tenían cierto nivel de autonomía, controlaban los medios de producción y trabajaban de manera independiente, se convierten debido al proyecto REDD+ en pequeños productores de mercancías. (8) Al perder su autonomía tienen que producir mercancías para obtener dinero con el que comprar otras mercancías para sus necesidades de consumo y así se integran a la economía de mercado capitalista, dependiendo del dinero que obtienen de la venta de su trabajo.
El pueblo de Bapinang Hilir y el pueblo indígena de Kalimantan en general tienen arreglos específicos y divisiones de trabajo en términos de la quema de arbustos antes de plantar. (9) Esto se hace de manera que el fuego no emita humo y no se propague a los cultivos de otros agricultores. Durante la temporada de incendios, quienes tienen huertas suelen trabajar para evitar que sus cultivos sean devorados por el fuego. La quema de arbustos se convirtió en un tema cuestionado en Bapinang Hilir en el periodo 2019-2020, debido a la amenaza de 25 años de cárcel y una multa de 2.000 millones de rupias indonesias (alrededor de 14.000 mil dólares) a quienes iniciaran un incendio. En consecuencia, los agricultores generalmente adoptaron el uso de herbicidas para eliminar el pasto o quemaron la tierra en secreto pero en pequeñas parcelas. Los incendios descontrolados generalmente se producen cuando hay tierras abandonadas y se propagan por la expansión de las plantaciones de monocultivos de árboles a gran escala, como la palma aceitera y la acacia.
Los incendios de 2015, que dejaron los suelos duros, con alta acidez, y quemaron huertas, fueron el resultado de los circuitos capitalistas que surgieron hace 150 años. Junto con esto aparece la diferenciación de clases: los incendios han marginado cada vez más a los pequeños agricultores al dejar el suelo duro y con elevada acidez; las élites que controlan las administraciones de las comunidades y tienen enormes plantaciones de coco, acumulan más tierra; y los agricultores medianos expanden sus palmas de aceite. Los cultivadores de arroz marginales se ven obligados a utilizar herbicidas porque se les prohíbe utilizar el fuego, lo que aumenta enormemente los costos del cultivo de arroz y daña el suelo y las fuentes de agua. Un año después de los grandes incendios, penetra el negocio del carbono y captura las restantes tierras sin cultivar mediante concesiones para la restauración de ecosistemas. El escrutinio del negocio del carbono no se trata solo del acaparamiento de tierras, que restringe el acceso a las comunidades locales, sino también de cómo se mercantiliza la reproducción comunitaria.
La línea de referencia y la evaluación de la trayectoria de las comunidades fuera del área de concesión, así como las formas de intervención propuestas y acordadas por el certificador, son los orígenes de la valoración de las actividades que reproducen la vida comunitaria. La reproducción en cuestión no solo habla de comunidades marginales en crisis, sino también de la dinámica del cambio agrario. Lo que se vende no solo abarca a los agricultores marginales, sino también a cuestiones relacionadas con los hábitos de la comunidad (la quema de pasto), la reproducción del trabajo a largo plazo (educación) y la dinámica de clases en las zonas rurales (tierras baldías, acceso restringido por las élites, agricultores marginales) .
Mientras tanto, el proyecto REDD+ Katingan vende créditos de carbono a contaminadores multinacionales como la petrolera Shell y la aerolínea KLM. Estas empresas afirman ser ‘neutras en carbono’ porque compran créditos de carbono generados por proyectos que, de hecho, están cambiando estructuralmente el tejido social y la organización de las comunidades. (10)
La consecuencia es una fractura metabólica y las dinámicas derivadas (cambios ecológicos, diferenciación de clases y marginación) por ser incorporados como mercancías reproductivas de la comunidad. Las intervenciones enumeradas en el informe de validación de la certificación muestran que el negocio del carbono no solo mercantiliza el vasto escenario del carbono, sino que también produce nuevos espacios donde la ecología (de la que los humanos son parte) se convierte en mercancía.
Izzuddin Prawiranegara,
Centro de Recursos Agrarios, Indonesia
(1) La reproducción de la sociedad en cuestión se refiere a las relaciones y los procesos sociales que aseguran o sostienen las estructuras sociales en el tiempo. Por más información: Bachriadi, Dianto. 2020. 24.2: Manifesto Penataan Ulang Penguasaan Tanah ‘Kawasan Hutan’. Bandung: ARCBooks.
(2) Indonesia: ¿Qué es una Concesión para la Restauración del Ecosistema?
(3) RMU. 2016. Katingan Peatland Restoration and Conservation Project: Project Description VCS Version 3, CCB Standards Third Edition. Washington, DC: Verified Carbon Standards dan CCB Standards.
(4) El Grupo Dayak Tani Misik es parte del Foro de Coordinación del Grupo de Agricultores Dayak Misik (FKKT) (en lo sucesivo, Dayak Misik), que se creó en 2014 para brindar seguridad en materia de tierras y bosques al pueblo Dayak y evitar que las tierras consuetudinarias fueran controladas por migrantes y empresas. La FKKT Dayak Misik tiene un programa por el que entrega cinco hectáreas de tierra a los miembros del grupo Dayak Misik mediante la emisión de un Certificado de Tierras Consuetudinarias. En algunos lugares, el Dayak Misik se utiliza como un sistema para luchar contra la tenencia de la tierra a gran escala por parte de las empresas de la minería y el aceite de palma. En Bapinang Hilir, la administración del Dayak Misik está controlada por una familia de la élite del coco y sus miembros no se limitan al pueblo Dayak sino que también incluyen a los Banjar y a malayos.
(5) Antes de obtener una concesión en la regencia de Kotawaringin del Este, RMU obtuvo una concesión en la regencia Katingan en 2012. Después de obtener el certificado VCS, RMU logró obtener un Memorando de Entendimiento con la mayoría de los gobiernos de las comunidades de Katingan.
(6) Esta exhortación va acompañada de la capacitación en el cultivo de hortalizas y cultivos alimentarios orgánicos a agricultores seleccionados por los oficiales de campo de RMU. Una vez que los agricultores regresaron a sus zonas respectivas, se les dieron fondos y fertilizantes orgánicos para establecer campos piloto para el cultivo de alimentos.
(7) Esta amenaza genera una gran sospecha ante los foráneos, lo que dificulta la interacción y la confianza con el pueblo de Bapinang Hilir. Para detectar si los foráneos están del lado de RMU o no, los agricultores hacen preguntas sobre el permiso para quemar pasto en sus tierras.
(8) El término campesino se refiere a una persona que cultiva la tierra en el campo, controla los medios de producción, trabaja de manera independiente, cuyo excedente de producción es tomado por las autoridades y el resto lo utiliza para intercambiar los productos producidos (con el trabajo) por bienes que - culturalmente - se consideran equiparables. Mientras que los pequeños productores de mercancías son un grupo de personas que hace agricultura con el propósito de producir mercancías, o personas que están en la agricultura manteniendo relaciones capitalistas de producción de mercancías. Aunque parezca incoherente, especialmente cuando se trata de encontrar equivalentes indonesios, aquí los pequeños productores de mercancías también se denominarán ‘agricultores’.
(9) Con fines de comparación, ver Dove, Michael, R. 1988. Sistem Perladangan di Indonesia: Suatu Studi-studi Kasus dari Kalimantan Barat. Yogyakarta: Prensa de la Universidad de Gadjah Mada. Y, Dove, Michael R. "Teorías de la agricultura de quema y quema y la economía política de la ignorancia" Agroforestry systems 1.2 (1983): 85-99, que proporciona una descripción muy detallada de las técnicas de quema de tierras utilizadas por el pueblo Dayak en Kalimantan Occidental para la preparación de las tierras agrícolas. Watson, G. A. 1984. “Utility Of Rice Cropping Strategies In Semuda Kecil Village, Central Kalimantan, Indonesia.” Workshop on Research Priorities in Tidal Swamp Rice. Los Banos: International Rice Research Institute (IRRI). 49-67, también describe cómo el pueblo de la cuenca del río Mentaya cultiva arroz utilizando el recurso de la quema de tierras.
(10) Conduciendo con emisiones de carbono “neutras”: el proyecto de restauración y conservación de Shell en Indonesia
Referencias:
- Prawiranegara, Izzuddin. 2020. Dari marginal menjadi lebih marginal: Pendalaman Metabolic Rift di Lahan Gambut (unpublished). Bandung: Agrarian Resources Center.
- Großmann, Kristina. 2019. “‘Dayak,WakeUp’: Land, Indigeneity, and Conflicting Ecologies in Central Kalimantan, Indonesia.” Bijdragen tot de Taal-, Land- en Volkenkunde 175 (2019) 1–28 1-28.
- Hamrick, Kalley, dan Melissa Gallant. 2017. Unlocking Potential State of the Voluntary Carbon Markets 2017. Washington, DC: Forest Trends' Ecosystem Marketplace.
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