En las últimas décadas la industria de la palma aceitera en Indonesia ha experimentado un rápido crecimiento, principalmente en las islas de Borneo y Sumatra. En la medida que cada vez resulta más difícil encontrar grandes extensiones de tierra en esas regiones, las empresas de plantaciones ahora están poniendo sus ojos en el archipiélago de las Islas Molucas, especialmente en Papúa Occidental, una zona atravesada por conflictos. Mientras que en 2005 sólo había cinco empresas de plantaciones de palma aceitera operando en Papúa Occidental, a finales de 2014 ya había 21 plantaciones activas. Esta rápida expansión seguirá creciendo ya que muchas más empresas han obtenido permisos para instalar nuevas plantaciones. De establecerse todas estas plantaciones, se ocuparían más de 2,6 millones de hectáreas de tierra, la gran mayoría de las cuales actualmente son bosques tropicales y hogar de numerosos grupos de pueblos indígenas. AwasMIFEE, Pusaka y otras seis organizaciones publicaron recientemente el “Atlas de la Palma Aceitera en Papúa Occidental”, en un intento por romper el aislamiento de esta región, enclavada en un contexto donde las comunidades que deciden oponerse a las empresas de plantaciones generalmente son intimidadas por las fuerzas de seguridad del Estado, que respaldan a las empresas.
El rápido crecimiento de la industria de la palma aceitera en Papúa Occidental está teniendo graves efectos adversos sobre la población indígena. Existen informes donde se reporta que en casi todos los casos en que los bosques fueron convertidos a plantaciones de palma aceitera, los pueblos indígenas que los habitaban salieron perjudicados al perder su base de subsistencia. Además, casi sin excepción, estas plantaciones han causado conflictos con y dentro de las comunidades indígenas que dependen del bosque. La mayoría de los papúes que habitan las zonas de llanura son, hasta cierto punto, cazadores y recolectores. Los conflictos han girado alrededor del rechazo de las comunidades a entregar sus tierras, la demanda de justicia en los casos en los que sienten que les han usurpado tierras por engaño o intimidación, los conflictos entre aldeas vecinas o clanes, la acción de los trabajadores indígenas que sienten que están siendo explotados, o la agresión de la policía o los militares que trabajan como guardias de seguridad para las empresas de plantaciones.
Si bien la legislación de Indonesia reconoce derechos comunales sobre la tierra para las comunidades indígenas que hacen un uso consuetudinario de la misma, en realidad esas comunidades se enfrentan a menudo a una considerable presión para entregar sus tierras. Cuando las comunidades afectadas consiguen algún tipo de compensación, rara vez obtienen más de US$30 por hectárea, habiendo llegado en algunos casos, seg’un algunos informes, a recibir tan sólo US$3 por hectárea. Esta presión se ve agravada por el hecho de que las agencias de administración local y las empresas a menudo se muestran reticentes a compartir información respecto a los permisos, lo que implica que las comunidades generalmente no saben nada de los planes de plantación hasta que aparece una empresa tratando de adquirir sus tierras.
¿Cuáles son las empresas involucradas en esta expansión?
Las numerosas empresas que controlan la industria de la palma aceitera en Papúa a menudo usan nombres locales o nombres que dan la impresión de estar a favor de la gente y en defensa del ambiente. Pero en realidad, estas suelen estar controladas por miembros de la élite empresarial y son parte de grandes grupos empresariales que trabajan con empresas multinacionales. Por lo general, estas empresas también tienen negocios en otros sectores, tales como la explotación maderera, las plantaciones industriales de árboles, la minería o la pesca a escala industrial, tanto en Papúa como en otras partes de Indonesia.
Según datos de Forbes de 2014, algunos de estos grupos empresariales están vinculados a algunas de las entidades empresariales más ricas de Indonesia, entre ellas el grupo Raja Garuda Mas, el grupo Sinar Mas, el grupo Salim y el grupo Rajawali. Casi todas tienen más de una concesión para plantaciones de palma aceitera, y algunas tienen otros negocios, como el grupo Rajawali que también está estableciendo plantaciones de caña de azúcar en la zona de Merauke. Otras empresas importantes involucradas en el negocio son el grupo Austindo Nusantara Jaya – también activo en la industria del procesamiento de la palma de sagú en la zona Metamani de Sorong del sur, y con una planta de electricidad en Tembagapura, Mimika -; el grupo Kayu Lapis Indonesia – con sus raíces en el negocio del madereo, es el operador más grande de concesiones madereras en Papúa -; el Grupo Medco – que también es activo en plantaciones industriales para madera y celulosa y en minería alrededor de Papúa; y el Grupo Korindo – que está utilizando la madera extraída para la instalación de plantaciones de palma aceitera en su negocio con madera contrachapada -. Por otra parte, otras empresas extranjeras que operan en Papúa son el grupo Tadmax de Malasia, Pacific Interlink de Yemen, el Grupo Genting de Malasia, el Grupo Noble de Hong Kong, y el Carson Cumberbatch de Sri Lanka. A diferencia de otras partes de Indonesia, solo hay una plantación de palma aceitera operada por una empresa estatal: PTPN II en Arso.
Además de estas grandes empresas nacionales y transnacionales, el Atlas de la Palma Aceitera en Papúa Occidental también revela que hay otras empresas “misteriosas” que lideran nuevas inversiones, aprovechando sus vínculos con los gobiernos locales para obtener permisos para las plantaciones. Estas empresas actúan con mucha discreción y tratan de evitar tener cualquier tipo de perfil público. No tienen sitios web, sus oficinas en Yakarta no tienen nombres de empresas, y se niegan a suministrar información. Entre estas empresas figuran el Grupo Menara, que obtuvo permisos para siete filiales antes de vender la mayor parte de ellas, y el Grupo PT Pusaka Agro Sejahtera, que también se las arregló para recibir permisos de plantación. Hay indicios de que el principal interés de este tipo de empresas es especulativo – una vez obtenidos todos los permisos, la compañía plantadora es vendida entonces a otra empresa, muy probablemente una de las grandes empresas nacionales o transnacionales que tienen mayor acceso al capital. Este tipo de negocios encubiertos dificulta aún más la posibilidad de que se respeten los derechos de las comunidades indígenas, ya que la responsabilidad se va diluyendo con la venta de las empresas que originalmente obtuvieron el permiso, y los nuevos propietarios a menudo rechazan la responsabilidad por compensaciones impagas, entre otras cosas.
A continuación se presentan dos secciones del Atlas que retratan ejemplos concretos de lo que está pasando en la región:
“Las compañías madereras ven que el futuro está en la palma aceitera”
En 2003, el Grupo Kayu Lapis Indonesia llegó a ser la mayor empresa maderera de Papúa, con 1,4 millones de hectáreas de concesiones. Una de sus mayores concesiones estaba en Sorong, PT Intimpura, donde también poseía una enorme fábrica de madera contrachapada, con una producción anual de 264.000 metros cúbicos. Pero al igual que varias otras empresas madereras, el Grupo optó por reorientar sus inversiones pocos años antes de que venciera su permiso de manejo forestal en 2009, e incursionar en la pujante industria de la palma aceitera. Usando sus vínculos con el gobierno local, se las arregló para obtener permisos para cinco de sus empresas filiales en los años siguientes y así iniciar las plantaciones de palma aceitera. Actualmente, dos de estas filiales ya están funcionando. PT Henrison Inti Persada (HIP), en Klamono, es la más avanzada; recibió el permiso final en 2006, aunque ya había iniciado ilegalmente la plantación de palma aceitera unos años antes.
PT HIP estableció su plantación en las tierras del pueblo Mooi mediante engaños y con promesas de proporcionar nuevas instalaciones o apoyo a la educación. Dichas promesas aún no se han materializado. La compensación que dio a las comunidades fue excepcionalmente baja, incluso en comparación con otros casos de Papúa. En un caso documentado se entregaron tierras ancestrales por 30.000 rupias la hectárea (alrededor de US$3). En 2010, PT HIP fue vendida al Grupo Noble, una compañía comercializadora de productos agrícolas con sede en Hong Kong. Noble se convirtió en miembro de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible, lo que le permite solicitar la certificación de sostenibilidad, que facilita el acceso a mercados de mayor categoría. Por ser un propietario nuevo, Noble no puede ser responsabilizado del madereo ilegal y el acaparamiento de tierras que tuvo lugar cuando PT HIP era de propiedad del Grupo Kayu Lapis Indonesia. En consecuencia, Noble puede presentarse con una “imagen respetable” a pesar de toda la destrucción y el daño provocado a las comunidades locales.
“Petróleo y gas bajo tierra, palma aceitera arriba”
Bintuni Bay es el centro de la explotación de petróleo y gas en Papúa Occidental con la compañía británica BP, la malaya Genting Oil y la italiana Eni Oil extrayendo o explorando sus reservas. Designado por el gobierno como un área clave para la energía y el desarrollo industrial en Papúa, la empresa alemana Ferrostaal y la coreana LG, junto con socios locales, quieren instalar plantas de etanol, y la empresa de fertilizantes de propiedad estatal indonesia PT Pupuk Indonesia también está en la lista de inversores. Alguna vez cubierta de bosques tropicales y manglares, la bahía Bintuni Bay está en vías de convertirse en un paisaje industrial en el que las plantaciones industriales de palma aceitera serán una parte clave del escenario, ya que actualmente el petróleo también puede ser extraído de los árboles.
La empresa PT Varita Majutama, ahora propiedad de la compañía malaya Genting Berhad, fue la primera en llegar a la zona en 1996, habiendo establecido plantaciones en tres bloques de 6.460, 5.510 y 5.300 hectáreas respectivamente. La empresa entró en conflicto con las poblaciones locales desde el inicio. En 2007 y 2012, algunas de las comunidades afectadas alrededor de Tofoi bloquearon el ingreso a las plantaciones ya que la empresa ignoraba sus demandas. No obstante, PT Varita Majutama continuó expandiéndose. En enero de 2013, el Ministerio Forestal dispuso que otras 35.371 hectáreas de tierra podían ser plantadas con palma aceitera. Los pueblos indígenas de Tofoi también tienen que lidiar con dos compañías petroleras que operan en sus tierras – Genting Oil y Eni Oil – que les acarrean más problemas, en especial una mayor presencia policial y militar. En 2012, por ejemplo, los clanes Kamisopa y Sodefa disputaron sus límites territoriales, hasta que se desató una pelea. La policía presentó acusaciones penales contra un hombre y luego obligó a su hermano a firmar un documento por el cual entregaba sus derechos a las tierras ancestrales a Genting Oil, bajo amenaza de que si no lo hacía, su hermano menor enfrentaría cinco años de prisión.
El Atlas de la Palma Aceitera en Papúa Occidental es una importante advertencia sobre la creciente expansión de estas plantaciones, y brinda una clara imagen de quiénes son los actores que se benefician de este impulso. Utilizando la excusa del conflicto en torno al movimiento independentista, el gobierno de Indonesia obstaculiza el acceso de los observadores internacionales a esta región. Esto probablemente se ha sumado a la falta de conciencia a nivel internacional sobre las amenazas a los bosques en Papúa Occidental y a las poblaciones que dependen de ellos para su sustento. Con una sólida investigación y detallados mapas de cada zona de la región de Papúa, que enfrenta amenazas diferentes y múltiples del modelo extractivista e industrial, el Atlas también puede ser un llamado a la solidaridad para con las numerosas comunidades que hacen frente a esta industria.
Selwyn Moran, awasMIFEE, awasmifee@potager.org
Y.L. Franky, Pusaka, yay.pusaka@gmail.com
Para acceder al Atlas de la Palma Aceitera en Papúa Occidental (en inglés) ir a:
https://awasmifee.potager.org/uploads/2015/04/atlas-sawit-en.pdf
Y en Bahasa-Indonesia:
http://awasmifee.potager.org/uploads/2015/04/atlas-low-resolution-Final-id.pdf