El gobierno del estado de Río de Janeiro ha adoptado, desde 2001, diversas iniciativas para estimular la expansión de los monocultivos de árboles en gran escala en el territorio del estado. Según parece, su intención es repetir en Río de Janeiro los desiertos verdes que asolan el norte de los estados de Espírito Santo, el extremo sur de Bahía, el norte de Minas Gerais, San Pablo, Paraná, el sur de Río Grande del Sur, y, más recientemente, diversas zonas de los estados de Maranhão, Piauí y Mato Grosso del Sur.
En 2001, el gobierno estadual y la corporación Aracruz Celulose (hoy Fibria) firmaron un protocolo de intenciones según el cual el gobierno se comprometía a apoyar el plantío extensivo de árboles para abastecer a la fábrica de la empresa en el estado de Espírito Santo. A partir de entonces, Aracruz Celulose inició una agresiva campaña ante los gobiernos municipales de las regiones norte y noroeste del estado. Como resultado, diversos intendentes asumieron compromisos públicos de asignación de áreas para plantíos de eucalipto de Aracruz Celulose en sus municipios.
La firma de un protocolo de intenciones provocó la reacción inmediata de los movimientos sociales, reunidos en la Red Alerta Contra el Desierto Verde de Río de Janeiro, que se manifestaron para hacer públicos los graves impactos socioambientales causados por la silvicultura industrial en los estados de Espírito Santo, Bahía y Minas Gerais. La resistencia popular logró cancelar el Protocolo de Intenciones así como aprobar la ley estadual 4063, en 2003, que imponía restricciones a la silvicultura. Sin embargo, a pesar de toda la movilización, el gobierno del estado aprobó, en 2007, la ley 5067, que flexibilizó las reglas para la expansión de la forestación industrial, facilitando el plantío de monocultivos de árboles en 90 de los 92 municipios del estado. El proyecto de ley que originó la ley 5067/2007 fue enviado por el gobernador del estado a la asamblea legislativa con carácter de urgente, y, por lo tanto, se hizo la votación sin el necesario debate previo, pero con todo el apoyo del entonces secretario estadual de Medio Ambiente, Carlos Minc. Esta ley vinculó la realización de la zonificación ecológica-económica del estado a la silvicultura, y descartó la necesidad de realizar estudios de impacto ambiental para superficies inferiores a 400 hectáreas en las regiones norte y noroeste del estado. Con esto incumplió la Constitución Federal, que obliga que la realización de emprendimientos que provocan impactos sea precedida de evaluaciones ambientales. A partir de ese momento, la silvicultura pasó a ser una política estratégica del gobierno estadual, garantizada por una legislación propia. En consecuencia, más del 65% de las plantaciones de eucalipto en la región noroeste del estado se establecieron después de la promulgación de la ley 5067/2007, y en su mayoría sin que se cumplieran las exigencias ambientales comprendidas en esta ley.
La crisis financiera de 2008, sin embargo, desaceleró la expansión del monocultivo de árboles en gran escala en el estado. Con la intención de retomarla, el gobierno estadual lanzó en 2011 el Plan Básico para el Desarrollo de la Silvicultura Sustentable, en una alianza inusitada con Petrobras, la mayor empresa brasileña de petróleo y gas. La participación de Petrobras en el proyecto, según el texto introductorio del documento, tendría el objetivo de intentar compensar los impactos socioambientales de sus actividades en el estado. El Plan previó que la silvicultura comercial podrían ocupar 1,5 millón de hectáreas de tierras en el estado, aproximadamente el 35% del territorio estadual. El discurso del gobierno estadual para llevar a cabo el Plan se basó en promesas de trabajo e ingresos, y que supuestamente contribuiría a la inclusión social, la recuperación de zonas degradadas por pasturas y la absorción de CO2, además de la recuperación de parte del bosque nativo, que se limitaría a apenas 11% de las áreas plantadas con monocultivos de eucalipto.
No obstante, todos estos incentivos parecen no ser suficientes. A pesar de la flexibilización, la legislación estadual que regula la silvicultura económica aún es compleja según algunos representantes del sector, pues exige la regularización de las plantaciones ante el Instituto Estadual del Ambiente. Por ello, el secretario de Medio Ambiente, Carlos Minc, informó recientemente que el gobierno estadual promulgará un decreto que facilitará aún más la concesión de licencias ambientales a las plantaciones comerciales, a través de la creación de “distritos forestales” - grandes áreas formadas por propiedades menores -, que no necesitarán estudios de impacto ambiental individuales. Se procura plantar 100 mil hectáreas de monocultivos de árboles en los próximos cinco años, en las regiones sur, norte y noroeste del estado, “contribuyendo a las exportaciones del país y al aumento en la recaudación de impuestos”. Hoy, en el estado de Río de Janeiro, existen unas 18 mil hectáreas de monocultivos de árboles. La baja producción local de madera es el gran argumento para los incentivos gubernamentales al sector. El estado importa cerca del 90% de madera consumida por las industrias, siendo uno de los principales consumidores de productos de base forestal del país. Del total consumido, 29% es leña que se quema para la generación de energía en las industrias, y 23% se emplea en la construcción civil, según la Federación de las Industrias del estado de Río de Janeiro (Firjan). La producción local de madera reduciría la actual dependencia de productos forestales provenientes de Bahía, Espírito Santo, San Pablo y Minas Gerais.
El estado de Río de Janeiro ya figura como frontera de expansión del monocultivo de árboles en Brasil. Ante la flexibilización de la legislación estadual que regula la actividad, el establecimiento de siderúrgicas en el estado, consumidoras de carbón vegetal, y la ejecución del Plan Básico para el Desarrollo de la Silvicultura Sustentable, vinculado a la posibilidad de comercialización con la operación de complejos portuarios como los de Açu y Kennedy, la tendencia es a la expansión de cadenas productivas ligadas al monocultivo del eucalipto en el estado. A ello se suma la cooptación política de representantes del poder público municipal en el estado, de la sociedad civil y de funcionarios públicos involucrados con la extensión rural.
Ante lo expuesto, es evidente que los procesos decisorios adoptados por el gobierno estadual de Río de Janeiro excluyeron la participación y los intereses de los principales afectados por este modelo de desarrollo basado en el monocultivo de árboles: las pequeñas comunidades rurales. El estímulo del gobierno a la silvicultura industrial no se evaluó en relación a alternativas como la reforma agraria y la agroecología. Estas propuestas no fueron siquiera discutidas en escala local como modelo de desarrollo para el espacio agrario del estado de Rio de Janeiro. Pero la situación es aún más grave: según el INCRA - entidad gubernamental de soporte a las acciones de reforma agraria - las áreas preferenciales indicadas por el gobierno estadual y sus aliados privados para la expansión del monocultivo de árboles serían exactamente las zonas donde hay conflicto social en el campo y lucha popular por reforma agraria.
Referencias:
A expansão da monocultura de eucalipto no Noroeste Fluminense e seu potencial para a geração de conflitos socioambientais, Filipe Correia Duarte, 2012. <http://www.slideshare.net/ceaong/dissertao-filipe-duarte-verso-final>
Plano Básico da Silvicultura Sustentável para as Regiões Norte e Noroeste do Rio de Janeiro
<http://www.rj.gov.br/web/seplag/exibeconteudo?article-id=455158>.
Em busca de novas florestas, 19/02/2013 <http://oglobo.globo.com/amanha/em-busca-de-novas-florestas-7615691>.
Estado do Rio vai facilitar licenciamento ambiental para silvicultura, 25/04/2013 <http://agenciabrasil.ebc.com.br/noticia/2013-04-25/estado-do-rio-vai-facilitar-licenciamento-ambiental-para-silvicultura>.
Setor florestal também se volta para o Rio de Janeiro, 21/04/2013 <http://www.painelflorestal.com.br/noticias/brasil/setor-florestal-tambem-se-volta-para-o-rio-de-janeiro>.
Por Marina Castro – Red Alerta Contra el Desierto Verde del estado do Río de Janeiro, Río de Janeiro/Brasil, correo electrónico: marinaeea@yahoo.com.br