El informe de la OED considera que si bien el Banco ha tenido influencia sobre el actual proceso de reforma de la política forestal en Camerún, no "hizo previsiones para su implementación o para la puesta en práctica de tales previsiones" El documento afirma que el Banco no intentó realizar todo lo positivo y relevante prescrito por su política de 1991, y que cometió varios errores desde el punto de vista estratégico. Como consecuencia, hay un vacío entre las políticas que se formularon y su implementación.
Respecto de la implementación de la Política Forestal en el terreno, el informe de la OED concluye que el error principal en el caso de Camerún no radica en la política en si misma, ni en la coherencia entre la intervención del Banco dentro y fuera del sector forestal y sus objetivos de política forestal, sino en la forma inefectiva e ineficiente en que se hicieron las cosas.
Se subraya el hecho que no se promovió la participación de las comunidades locales en el proceso, a pesar de haber sido ello un objetivo declarado. Se señala que el confiar exclusivamente en la asistencia técnica, unido a la falta de incentivos para el desarrollo institucional a nivel local, han sido errores cometido por el Banco. Según el informe, el Banco tenía buenas intenciones de promover los intereses de las comunidades locales, pero poco hizo para recoger sus puntos de vista y para diseñar los mecanismos que habrían de asegurar que los mismos se tomaran en consideración. Ello resultó claro en el proceso que culminó con la aprobación de la Ley Forestal de 1994. Tal como reza el informe, "las personas comunes, cuyos medios de vida dependen directamente de los recursos del bosque, fueron dejadas de lado de los niveles de decisión". Además, el programa no incluyó actividades destinadas a incrementar la capacidad de la sociedad civil o a promover el desarrollo rural, al tiempo que la estrategia careció de una adecuada política de información.
El informe admite que las compañías madereras extranjeras que dominan el sector siguen teniendo plena libertad para explotar y utilizar los recursos forestales en Camerún, siendo actores muy influyentes que se oponen a cualquier reforma del sector forestal que vaya en contra de sus privilegios. De acuerdo con el informe, la corta comercial es uno de los cuatro mecanismos más importantes que llevan a la degradación del recurso y a la deforestación descritas en la Política Forestal de 1991. El madereo es incluso responsable de un porcentaje de la deforestación mayor que el que generalmente se admite. El Informe de la OED identifica claramente la existencia de un conflicto ambiental entre los intereses públicos representados por el gobierno y la sociedad civil, y los intereses privados defendidos por las empresas.
En relación con el efecto sobre los bosques de otras políticas implementadas por el Banco, el informe considera que, si bien el organismo realizó pocas inversiones directas en el sector forestal en la década pasada, cuestiones relativas al mismo han sido parte del Programa de Ajuste Estructural financiado por el Banco desde 1989. Según la OED, "el Banco ha procurado adoptar un enfoque multisectorial en Camerún" e involucrar a las poblaciones locales en el manejo forestal. Sin embargo, los resultados en este sentido pueden considerarse pobres. Lo que es más, son las poderosas compañías madereras que operan en el país las que se han beneficiado de la apertura de la economía que el Banco promueve en todo el mundo. En resumen, en tanto el informe de la OED carga las tintas en gran medida sobre el gobierno por su incapacidad de sacar al país de la crisis económica, también admite con toda claridad que diez años de esfuerzos en el marco del ajuste estructural del Banco no lograron mejorar las cosas, y que los programas de ajuste estructural no colocaron a la pobreza como tema central de su agenda.
El Informe también menciona el apoyo del Banco a la construcción de carreteras y al gasoducto Chad-Camerún. El préstamo para el proyecto de la Carretera Nro. 5 determinó la apertura y la explotación de los bosques primarios de la Provincia del Este, lo que constituye una amenaza para la supervivencia del pueblo indígena Baka, que allí habita, y ha provocado un fuerte impacto sobre la fauna de la región. El Informe admite que el gasoducto Chad-Camerún constituye un asunto polémico y que los argumentos de las ONGs en su contra por temas de corrupción y de derechos humanos son difíciles de rebatir. Considera asimismo que el Banco es muy sensible a este tipo de preocupaciones. Aún así, no se da ninguna explicación sobre qué medidas han sido tomadas al respecto.
Además el informe considera que los resultados de la Política Forestal de 1991 en relación con el mandato del Banco de reducir la pobreza no fueron satisfactorios. La concentración de poder en manos de la industria maderera es otro de los problemas que la política del Banco no ha abordado, si bien constituye un factor de generación de pobreza en Camerún. Por el contrario, la agricultura de los pequeños campesinos contribuye directamente al sustento de más de dos millones de personas. La OED insiste en señalar que, dada la importancia de este objetivo y el hecho que un factor determinante clave de la pobreza es la desigualdad en la distribución de poder a nivel social en lo que respecta a la toma de decisiones, el Banco debería haber insistido en este tema.
En el resumen de su evaluación, el informe de la OED concluye que la cubierta forestal en Camerún no mejoró con la Política Forestal de 1991. La mejora en la forma en que el país aborda temas relativos al sector forestal resultó insignificante, así como el impacto de la estrategia del Banco para superar la pobreza.
Desde nuestro punto de vista, los puntos más interesantes del informe de la OED sobre Camerún son:
- El problema no es la política, sino su implementación;
- A pesar de las intenciones proclamadas por el Banco, se ha descuidado la participación de las comunidades locales y de los pueblos de los bosques;
- Las compañías madereras constituyen un poderoso lobby que se opone a la reforma del sector forestal y que se beneficia de la política económica que el Banco promueve a nivel nacional;
- Otras políticas en las que el Banco ejerce influencia -como las de ajuste estructural, construcción de carreteras, megaproyectos de energía fósil- han tenido efectos negativos sobre la sustentabilidad de los bosques;
- El Banco no ha cumplido con su mandato de disminuir la pobreza, y por el contrario la situación tiende a empeorar;
- El Banco no influyó en el sentido de mejorar la situación de los bosques en Camerún.
El texto completo del estudio de la OED está disponible en inglés.