La compañía Palma Tica es una empresa dedicada al cultivo, procesamiento y producción de derivados de la palma aceitera, propietaria de miles de hectáreas de plantaciones de palma aceitera (Elaeis guineensis) en la región del Pacífico Central (División Quepos) y en la Zona Sur del país (División Coto). Ante el rápido avance de su cercana competidora, la Cooperativa Agroindustrial de Productores de Palma Aceitera (Coopeagropal R.L.), la compañía Palma Tica inició por el año 1995 una agresiva campaña de compra de fincas en las comunidades de Colorado y La Palma de Corredores, en el extremo sur de la División Coto. Pronto adquirieron más de mil hectáreas, incluidas varias fincas de productores particulares que ya tenían palma en edades productivas.
En enero de 1997, Palma Tica dio inicio a la expansión de sus plantaciones en la finca denominada Hacienda La Palma mediante labores de deforestación en un área de bosque secundario. Este hecho fue denunciado ante el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y después de realizar una inspección en el área deforestada, funcionarios del MINAE giraron instrucciones a la compañía Palma Tica, exigiéndole la interrupción de la tala. El diario La Nación publicó "MINAE gira recomendaciones a Palma Tica".
En febrero, tres miembros del Comité de Vigilancia de Recursos Naturales (COVIRENA) de La Palma de Corredores recorrimos el área amenazada, alertados por un vecino de La Palma que estaba trabajando para Palma Tica. La compañía, omitiendo las "recomendaciones" del MINAE, había continuado su avance hasta llegar a su principal objetivo: un área de aproximadamente cien hectáreas de humedal y bosque primario en la parte baja de la quebrada La Palma. Encontramos decenas de hectáreas de humedal deforestadas, y un tramo de aproximadamente un kilómetro y medio al final de la quebrada La Palma, donde vierte sus aguas al río Colorado, había sido dragado con el fin de drenar el humedal. Al realizar el dragado, la retroexcavadora había eliminado toda vegetación, incluyendo los árboles de la orilla derecha de la quebrada, dejándola convertida en un lodazal. El agua de la quebrada era una espesa nata chocolatada. Murieron decenas de lagartos y tortugas de río, así como innumerables peces y crustáceos que habitaban esa parte de la quebrada y servían de alimento y recreación a los pobladores de La Palma.
El coordinador del COVIRENA de la Palma denunció los hechos ante los Tribunales. Por temor al deterioro de su imagen, la compañía Palma Tica abandonó sus intenciones de plantar palma en esa área y hoy la vegetación y la fauna se están recuperando lentamente.
Si bien la quebrada La Palma pareciera estar relativamente bien resguardada, no es posible afirmar que esta experiencia haya servido para mejorar la actitud de Palma Tica hacia el ambiente y los campesinos. Dada su visible impunidad ante la ley, Palma Tica ha seguido imponiendo en La Palma una política laboral abusiva y displicente, desde el primer día, remedando el sistema de sub-contrataciones, común en las empresas bananeras. Palma Tica contrata los servicios de "contratistas" que se prestan al juego sucio y, a cambio de dinero y privilegios, asumen el rol de patrones y sub-contratan a peones agrícolas dispuestos a trabajar por salarios ínfimos, sin seguro social, feriados ni cesantías, sometidos a despidos sistemáticos cada tres meses, o indocumentados (principalmente panameños y nicaragüenses) que vienen desde sus países con la ilusión de mejores oportunidades de empleo.
La presencia de la compañía Palma Tica ha provocado en La Palma una situación de letargo económico y desintegración comunitaria. Jóvenes y adultos han emigrado en procura de empleo. La delincuencia se ha intensificado debido a la presencia temporal de trabajadores extraños. La pobreza y la inseguridad están a la orden del día.
Después de su experiencia en la quebrada La Palma, Palma Tica no abandonó del todo sus intenciones de expandir sus plantaciones arrasando áreas naturales. Recientemente se trasladó a la vecina Península de Osa, donde grupos conservacionistas locales ya han denunciado la realización de talas ilegales a orillas de quebradas en la localidad de Cañaza.
La compañía Palma Tica representa el caso de una empresa con mucho poder económico que se escuda tras diferentes nombres de empresas o razones sociales, por lo que es prácticamente imposible señalar a los responsables de sus acciones. Tal es la incertidumbre y la desconfianza de la gente que, desde hace tiempo, circula el rumor de que el propio presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez Echeverría, es quizás uno de los inversionistas de esta gran empresa que lucra con los recursos naturales y con el esfuerzo de trabajadores y pueblos empobrecidos. Ante el mundo, Costa Rica goza de reconocido prestigio como país comprometido en la conservación de los recursos naturales y el impulso de garantías sociales. Sin embargo, quienes vivimos aquí sabemos que gran parte de lo que se afirma no es más que pura demagogia al servicio de los intereses de quienes ostentan el poder económico.
Autor: Juan Figuerola, Coordinador del Comité de Vigilancia de Recursos Naturales (COVIRENA) de La Palma de Corredores, Apdo. 1604-2050, San José, Costa Rica.