El monocultivo de árboles se expande sobre fronteras en la región del Mekong

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Los nexos establecidos desde los años 1990 entre las economías de los seis países de la Cuenca del Mekong son el resultado del Programa de cooperación económica de la Sub-región del Gran Mekong, cuyo objetivo es acrecentar el flujo de inversiones desde los países de considerable poder económico, como China, Tailandia y Vietnam, hacia países vecinos que, como Laos y Camboya, tienen una política de puertas abiertas para que las empresas extranjeras vengan a invertir en ellos. Desde hace 4 ó 5 años, la abundancia de tierras y la mano de obra barata han sido usadas como incentivo para el establecimiento de plantaciones comerciales de árboles, bajo la forma de grandes cientos de concesiones de tierras.

Podemos distinguir cuatro formas de inversión en el monocultivo de árboles en el Mekong: la de capitales extranjeros provenientes del exterior de la región, la de capitales provenientes de otros países de la región, la de grandes grupos capitalistas nacionales, y la de pequeños agricultores que invierten en su propia tierra. En este artículo nos ocuparemos de las dos primeras formas, por ser las que implican la mayor concentración de tierras y las que más gravemente han afectado a las comunidades locales. Es posible distinguir de la siguiente manera a los principales actores en los diferentes países.

Laos
En Laos, las inversiones en plantaciones se hacen mayormente en forma de concesiones a gran escala de tierras estatales,
principalmente para sembrar eucalipto y caucho. A esto se dedican capitales provenientes de países tanto de la región del Mekong como del exterior. Entre las grandes compañías inversoras está la japonesa Oji, que ya tiene extensas plantaciones y pretende llegar a las 50.000 ha de eucaliptos en las provincias de Bolikhamxay y Khammouane. También está Birla Laos (Birla Brasim), de la India, con una concesión de 30.000 ha para plantar eucaliptos en la provincia de Savannakhet. Entre los actores de la región figuran las compañías caucheras vietnamitas Viet-Lao, DacLac y Dau Tieng, con contratos para la plantación de caucho en un área de más de 30.000 ha en el sur de Laos, en las provincias de Champassak y Salavane. Se rumorea que estas empresas vietnamitas intentarían expandir sus inversiones en Laos hasta 100.000 ha en el transcurso de los próximos doce años. Las dos principales empresas de celulosa de Tailandia - Advance Agro y Phoenix Pulp and Paper – también están intentando acceder a tierras en Laos para plantar eucaliptos destinados a la producción de materia prima para abastecer sus fábricas de celulosa en Tailandia.

Hasta ahora, el gobierno de Laos autorizó a las empresas extranjeras a invertir en el monocultivo comercial de árboles y cultivos agrícolas en todo el país, sobre una superficie de unas 167.000 ha. De éstas, 80.000 ha están destinadas al eucalipto y unas 46.600 al caucho. La mayoría de las concesiones se ubican en la región central y se extienden hacia la parte sur del país.

El gobierno de Laos resolvió, en mayo de 2008, suspender la entrega de concesiones de tierras en todo el país. A pesar de esto, las continuas presiones de los inversores extranjeros y la voluntad de algunos sectores gubernamentales de alentar la inversión habrían llevado al Comité de Planificación e Inversión (CPI) a seguir otorgando permisos, incluso para plantaciones comerciales que requieren disponer de grandes extensiones de tierra. Mientras la moratoria esté vigente, las compañías no pueden obtener legalmente más de 100 ha. Sin embargo, es evidente que algunas están recibiendo localmente la autorización necesaria, basándose en una autorización de inversión del CPI, entre otras cosas. El marco jurídico actual es tan intrincado, con normas que se aplican en forma incoherente, que resulta confuso tanto para los inversores como para los funcionarios gubernamentales y la gente del lugar. En ese contexto, los aldeanos carecen de protección suficiente contra la pérdida de sus tierras a manos de concesionarios poderosos, ricos e influyentes.

Camboya
La alienación de tierras en Camboya tiene un alcance mucho mayor. El Consejo de Ministros informó en febrero de 2003 que el
gobierno había autorizado 40 concesiones económicas que abarcaban 809.296 ha. Desde entonces, ha sido difícil obtener cifras
oficiales pero, según se ha dicho últimamente, desde el auge económico mundial de principios del siglo la mitad de las tierras del país han sido asignadas a inversores extranjeros, ya sea en forma de concesiones o de arriendos a largo plazo.

En Camboya, los grandes inversores suelen estar fuertemente relacionados con los políticos más relevantes del gobierno. La ley estipula que las concesiones económicas de tierras no pueden tener más de 10.000 ha, y que las grandes concesiones preexistentes deberán ser reducidas en base a esto. Sin embargo, el gobierno no ha hecho nada para recuperar tierras de poderosas empresas que tienen en concesión superficies mucho mayores (ver Fast-wood Plantation Economic Concessions and Local Livelihoods in Cambodia, 2006; mapa de concesiones de tierras y bosques de la provincia de Stung Treng, 2006). El grupo chino Wuzhishan L.S. posee una concesión de 199.999 ha para la plantación de pinos en la provincia de Mondolkiri. Inicialmente se autorizó la explotación de 10.000 ha, pero la situación del resto de la tierra no ha sido aclarada. Otras compañías extranjeras que poseen grandes concesiones son la Green Rich Company, que planta acacias y palma aceitera sobre 18.300 ha en la provincia de Koh Kong, el grupo Cambodia Haining, que adquirió 21.250 ha en la provincia de Kampong Speu para plantar mandioca y palma aceitera y criar ganado, y otras tres compañías – Asia World Agricultural Development Co, Global Agricultural Development Co y Great Wonder Ag Dev Co – han recibido unas 10.000 ha cada una para plantar teca en un mismo distrito de la provincia de Krati, por medio de diversos permisos, la mayoría de los cuales fueron otorgados en las mismas fechas.

En marzo de 2006, los representantes de Hainan Natural Rubber Industry Group Corp, el mayor productor de caucho de China, y de la empresa Suigang Investment Development Co Ltd de Camboya firmaron un contrato para un proyecto de inversión en caucho que abarca una superficie de más de 60.000 ha e incluye la construcción de una planta de procesamiento en Camboya. Se rumorea
además que dos empresas vietnamitas fueron autorizadas a realizar una plantación de caucho de unas 16.000 ha en la provincia de Mondolkiri. Como en Laos, la industria cauchera vietnamita se fijó el objetivo de conseguir 100.000 ha para efectuar grandes plantaciones en Camboya. En un artículo de prensa de noviembre de 2007 (Manager Online, 28 de noviembre de 2007) se especifica que tres plantaciones de caucho gubernamentales de 22.000 ha fueron “vendidas” a tres compañías privadas chinas, al haber sido arrendadas por un plazo de 99 años.

No todas las compañías extranjeras consiguen tierras directamente de las autoridades estatales. Once compañías locales adquirieron más de 200.000 ha en la provincia de Stung Treng, e invitaron luego a empresas extranjeras a participar como inversores secundarios.

Birmania
Es muy difícil conseguir información fidedigna sobre el desarrollo de las plantaciones en Birmania. Esporádicamente, la prensa informa sobre planes y objetivos pero muy poco se publica sobre los actores implicados. La agencia Xinhua News informó en mayo de 2007 que, según el Ministro de Agricultura e Irrigación de Birmania, se sembrarán 3,24 millones de hectáreas de cultivos para agrocombustible para lograr el aumento proyectado y llegar a 20 millones de toneladas por año. Según las estadísticas oficiales, en 2007 había 302.000 ha dedicadas a la plantación de caucho (Myanmar Times).

China, Vietnam y Tailandia: nuevos actores
Estos tres países están acrecentando sus inversiones en los países vecinos. Las compañías privadas respectivas tienen cada vez más capacidad de inversión. En el futuro, no tendrán necesidad de recurrir a subvenciones o a préstamos de instituciones financieras internacionales como el BAD. Debido a las posibilidades limitadas de expansión de las plantaciones en sus propios países, algunos grupos de inversores chinos, vietnamitas y tailandeses se precipitan a invertir en grandes plantaciones en Laos y Camboya.

Pero en segundo plano, detrás de esas concesiones a gran escala está la pérdida de campos, huertos y zonas comunales para la
recolección de alimentos y el pastoreo de ganado. En Laos y Camboya, más del 80% de la gente vive y depende de esos recursos.
Ahora que los precios de los productos agrícolas están en alza, los aldeanos que han perdido sus campos de arroz sufren penalidades y miseria. Los que pierden su tierra suelen depender del trabajo que consigan en las compañías de plantación, pero los empleos de tiempo completo suelen estar reservados a una minúscula minoría, generalmente compuesta por jóvenes robustos, mientras que el resto de la familia queda desempleada. Los ingresos que se obtienen trabajando para las empresas raras veces bastan para alimentar a una familia sin tierra.

En el contexto de las complejas diferencias económicas y políticas de los países de la cuenca del Mekong, los actores de la sociedad civil carecen de espacios donde manifestarse. Las restricciones políticas y las comunicaciones limitadas dificultan la discusión en países como Laos y Camboya; en Birmania, la dura represión impide todo comentario público. De los países de mayor poder político y económico, es decir China, Vietnam y Tailandia, este último parece ser el que da mayor espacio a la sociedad civil. Sin embargo, muchos líderes sociales y la sociedad en general no tienen aún suficiente interés o carecen de información sobre los impactos que provoca en los países vecinos el afán de lucro de los inversores nacionales.

Por Pornpana Kuaycharoen, TERRA, correo electrónico: pornpana@terraper.org

Por más información sobre plantaciones en la región consultar: Mekong plantations page, www.terraper.org.