India: un plan para que la industria se apodere de zonas de bosque

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En 2002 el gobierno indio estableció, en virtud del Décimo Plan, el objetivo nacional de que el 33% de la superficie geográfica del país estuviera bajo “cobertura verde” para 2012. El plan se presentó incluso como parte del compromiso de India hacia los Objetivos del Milenio de sustentabilidad ambiental. Sin embargo, tiene mucho más que ver con la usurpación de zonas de bosque por parte de la industria para el establecimiento de plantaciones de árboles.

La propuesta parece simple: India tiene grandes extensiones de tierra sin cobertura forestal. Son tierras clasificadas como bosques pero que están degradadas. El país necesita plantar árboles. Pero el gobierno dice que no tiene fondos. La industria dice que necesita materia prima de los bosques. Tiene el capital para pagar la plantación de árboles y la capacidad tecnológica y administrativa para forestar en forma masiva. Si se plantan árboles, los pobres tendrán trabajo. Esta es una opción donde supuestamente todos ganan y se denomina asociación de múltiples interesados para la forestación.

Se ha trabajado esta propuesta en estrecha consulta con la industria, en particular el sector de celulosa y papel, consumidor de madera, que necesita crecer (según se calcula, en diez años habrá un déficit para cubrir la demanda de papel y cartón de entre cinco y seis millones de toneladas). La industria necesita entre uno y 1,2 millones de hectáreas de tierras forestales degradadas para cultivar su materia prima. Esto le dará una ventaja competitiva y podrá aumentar su participación en el mercado global. Si esto ocurre, necesitará otro millón de hectáreas de tierras forestales degradadas para producir “excedente” para la exportación. La industria quiere extensiones grandes y contiguas para poder lograr economíaS de escala.

La industria del biodiésel es también un actor importante; su demanda de tierras forestales ha sido incesante. Está buscando desesperadamente grandes superficies para poder cultivar sus plantaciones para combustible. Una vez más la economía enseña que la opción más barata es establecer plantaciones cautivas y eso es lo que quiere. Ya algunas grandes empresas (Reliance, las británicas D1 Oil y British Petroleum) están poniendo mucha presión para cambiar la legislación, que permitirá plantaciones cautivas en tierras de bosque.

También está la posibilidad de obtener créditos del carbono, dado que los árboles capturan carbono. En los bosques hay dinero, y la industria lo quiere.

La industria ha solicitado que las normas se relajen todavía más. Por ejemplo, quiere que se elimine el criterio de que la máxima parcela de tierra negociable se limite a 50 hectáreas. “La economía de escala exige que se otorgue a la industria grandes parcelas, entre 6.000 y 10.000 hectáreas de tierras contiguas”, dice David Gardner de la consultora Jaakko Poyry Consulting. Además, la Confederación India de la Industria quiere una exención impositiva sobre la base de que “está reverdeciendo el país y trayendo el desarrollo”. Se olvida de que está obteniendo tierras gratis, la madre de todos los subsidios, para financiar su crecimiento.

Hay otro tema: según la legislación existente, no está permitido que la industria plante árboles en “tierras de bosque”. Una redefinición “apropiada” de tierra boscosa ayudaría a avanzar a quienes plantean estas propuestas. La misión “qué-es-un-bosque” empezó el año pasado. Un consultor del Ministerio para este proyecto propuso una definición de bosque que promete añadir nuevos baches al ya accidentado camino del manejo de bosques. Esta es la definición: “Una superficie bajo control del Gobierno notificada o registrada como “bosque” en virtud de cualquier ley, para la conservación y el manejo de los recursos ecológicos y biológicos”. En esta definición no hay espacio para el sustento ni las necesidades ecológicas de las comunidades locales que viven en esas tierras pero cuyos derechos a menudo no se registran ni se reconocen.

Muchos en India saben que la propuesta de aumentar la cobertura forestal y arbórea fue introducida reiteradamente, cada vez con algunos cambios en los detalles del plan, cada vez con jugadores más y más grandes en la palestra: la última fue a principios de 2000, cuando Reliance Industries casi obtuvo los derechos sobre los bosques de Andhra Pradesh. La propuesta ha sido rechazada una y otra vez porque se entiende que no hará nada por los pobres que dependen de los bosques ni por los bosques que aduce proteger.

“Los bosques no pertenecen al Estado ni a la industria y no pueden tener dueño ni comerciarse”, opinó Shankar Gopalakrishnan de la Campaña por la Dignidad y la Supervivencia, una organización que engloba varios grupos de comunidades del bosque. Más de 40 millones de personas dependen de las zonas boscosas del país, ricas en recursos, que constituyen cerca del 25% de la tierra continental, ganándose la vida a duras penas con el pastoreo de ganado, la recolección de leña y la agricultura simple, y perderán sus hogares y su sustento si las grandes corporaciones se instalan y consiguen lo que quieren.

Para las personas para quienes las tierras forestales son cruciales, este movimiento de cercamiento de esas tierras será devastador. Provocará mayores tensiones entre los ricos de las ciudades, menos dependientes de los bienes comunes para su supervivencia y que pueden permitirse “estar de acuerdo” con el control privado, y los sin tierra y marginados que no tienen otra alternativa que usar esas tierras.

Artículo basado en: “Indian plan to lease degraded forests sparks anger”, por Nita Bhalla, 29 de junio de 2007, Reuters, http://www.alertnet.org/thenews/newsdesk/DEL303993.htm; “Defining forest in Indian context”, Archi Rastogi, Down to Earth, http://www.centralchronicle.com/20070611/1106301.htm; “Private Affairs”, Down to Earth, http://www.downtoearth.org.in/section.asp?sec_id=9&foldername=20060415.