El gobierno de Indonesia aprobó la Ley Ómnibus diciendo que es “crucial para atraer inversiones" y "crear puestos de trabajo”. La Ley es un ataque directo a los territorios y comunidades que resisten la creciente destrucción que viene ocurriendo por décadas en Indonesia. Este artículo da voz a seis activistas que enfrentan los destructivos impactos de varias inversiones en las islas.
Con la adopción en octubre de 2020 de la llamada Ley Ómnibus sobre Creación de Empleo, el gobierno de Indonesia modificó más de 75 leyes. Se espera que el mayor impacto de este cambio sea sobre el medio ambiente, sobre los derechos de las comunidades campesinas y de los pueblos indígenas, así como sobre los derechos de los trabajadores. Esta Ley modifica (y desreglamenta) los procesos de autorización y planificación del uso del suelo para las actividades comerciales de las empresas. La Ley también otorga mayor poder al gobierno central y al sector empresarial, en especial la industria del carbón, que se beneficia directamente de un conjunto de incentivos. Por ejemplo, la Ley exime a las compañías de extracción de carbón de pagar regalías si construyen instalaciones aguas abajo, tales como centrales eléctricas a carbón.
Esto es especialmente problemático en Indonesia. Un artículo reciente del boletín del WRM (1) menciona cómo el presidente Widodo y su familia, el vicepresidente y otros colaboradores cercanos están involucrados en la industria de la minería del carbón. Además, 262 de los 575 parlamentarios de Indonesia son empleados, propietarios, accionistas o directores ejecutivos de algunas de las industrias extractivas y empresas comerciales más importantes del país. Fuertes señales de que las empresas se han apoderado efectivamente del aparato del gobierno central. En este contexto, es fundamental destacar otra característica clave de la Ley Ómnibus: el gobierno central revoca el derecho de los gobiernos regionales a vetar proyectos de inversión ya aprobados por Yakarta (la capital donde reside el gobierno central). Esto aumentará los conflictos entre las dinastías locales existentes y la élite política de Yakarta. (2)
Al mismo tiempo, la Ley limita (y, en algunos casos, incluso elimina) la posibilidad de que la sociedad civil y las comunidades afectadas consulten o impugnen la aprobación de proyectos tales como grandes minas o plantaciones industriales. También limita el derecho de la sociedad a presentar objeciones contra las evaluaciones de impacto ambiental una vez aprobadas, incluso cuando se pueda demostrar que el proyecto aprobado causará daños ecológicos y sociales.
El Ministro de Medio Ambiente de Indonesia argumentó que esta limitación “se basa en las conclusiones de que los intereses de las comunidades locales directamente afectadas, con frecuencia se han visto diluidos por intereses externos indirectos”. Del mismo modo, un legislador del comité legislativo del parlamento que aprobó la Ley, dijo que es necesario limitar las críticas de quienes no están directamente afectados si “no están en línea con los intereses nacionales”. (3) Estas declaraciones son muy problemáticas. Las comunidades afectadas rara vez son informadas de manera oportuna y adecuada, dándose cuenta del alcance de los impactos muchas veces recién cuando la maquinaria o los agentes de seguridad aparecen en sus territorios. Pero además, ¿cuáles son esos “intereses nacionales” de los que hablan los representantes del gobierno? ¿Los intereses de quiénes?
Desde que salió a la luz esta propuesta, miles de trabajadores salieron a las calles a rechazar la Ley Ómnibus, y cientos de manifestantes fueron detenidos. Los derechos de los trabajadores ha sido arrebatados, en particular los derechos destinados a proteger a las mujeres, quienes son más vulnerables a ser subyugadas y explotadas. (4) Mucho se ha escrito sobre los peligros y riesgos de la Ley Ómnibus, incluso por parte de empresas comerciales a las que les preocupa perder imagen como resultado de la implementación de la ley.
No obstante, pocos materiales incluyen voces de activistas comunitarios que hablen de las posibles consecuencias de la Ley en sus territorios y sus vidas. Es por eso que el WRM se puso en contacto con un aliado cercano de Indonesia, quien dialogó con seis activistas locales que han resistido, algunos desde hace décadas, varias inversiones nocivas a lo largo de las islas. Cada una de estas personas creció siendo testigo de cómo su isla, sus bosques, ríos, aguas costeras, animales que les proveen de proteínas, aire fresco, fueron destruidos e incautados, a lo que le siguieron actos de agresión por parte del gobierno y/o de proyectos de inversión de las empresas. “Para cada una”, dijo nuestro aliado indonesio, “la historia y el trabajo preliminar del que forman parte son profundamente personales. A pesar del tono decidido de sus voces, los diálogos estuvieron marcados por una notable ausencia de jovialidad, algo muy extraño en las culturas orales locales en Indonesia. Es un reflejo de lo oscuro que está su estado interior en este momento”.
Éstas son sus historias.
Todos los nombres se mantienen en el anonimato por razones de seguridad.
“Mama Na” en lucha contra las plantaciones industriales de palma aceitera y madera
Mama Na pertenece a la tribu Muyu. Vive en Kampung Subur, regencia de Boven Digul, Papua. Entre 2013 y 2014, PT BCA (PT Berkat Cipta Abadi), una subsidiaria del conglomerado coreano de aceite de palma y madera Korindo Group, destruyó al menos 12.300 hectáreas de bosque. El Grupo Korindo es la empresa de plantaciones de palma aceitera más grande de Papúa.(5) La empresa de plantaciones PT MRJ (PT Merauke Rayon Jaya), también es una amenaza para los bosques y la tierra de Mama Na, debido a sus planes de expansión.
La empresa de madera contrachapada se estableció por primera vez en 1990 y ha cambiado de propietario tres veces. El bosque se está desapareciendo. ¿De donde piensan sacar más madera? Ahora otros están viniendo a cultivar la palma aceitera, buscando nuevas áreas, al lado de la empresa de plantaciones de madera [una categoría conocida en Indonesia como HTI]. Estas empresas solo cambian de nombre para obtener los permisos de operaciones. En Kampung Subur, la empresa de plantaciones de palma aceitera PT BCA ha entrado en los territorios de los clanes Toweb, Tomba y Burok. Nunca entraron en mi tierra. Yo me opongo, porque perdería mi tierra y mi sustento. Ya he visto los impactos.
El agua está contaminada. Hay peces muertos por todo el río Bian y Digul. Cuando llegaron a la zona, construyeron un hospital, el Hospital Korindo. Es literalmente una “casa de enfermos” (en indonesio, Rumah Sakit, significa “casa de enfermos”) ya que la empresa vino a enfermarnos. El daño se hunde bajo tierra, hasta el agua. Entonces los peces mueren. Cuando usamos el agua para cocinar, la olla está aceitosa. Desde que entró la empresa sentimos que perdimos nuestra cultura. Ya no tenemos nuestras tradiciones. Por ejemplo, perdimos nuestras habilidades artesanales, como hacer noken, enok, nyiru ayak, que se hacen con caña y bambú.
Ahora estoy preparada y alerta para enfrentarme a la empresa de plantaciones PT MRJ y a otras empresas de plantaciones industriales de madera. La gente de la empresa está poniendo sus ojos en la tierra del clan Ikoké para construir un depósito de troncos. Vienen y dicen que están allí con fines turísticos o de conservación, engañando a la comunidad.
Alguien de PT MRJ vino ayer y dijo en el salón comunal: “Los haremos prosperar. Construiremos obras, proporcionaremos agua potable, buenos trabajos, haremos esto y aquello para la comunidad”. Pero resultó que la gente dijo NO a todo eso, porque ya habían percibido cuál era la situación real. Los engaños de la empresa quedaron al descubierto. De modo que ya no aceptamos a los que quieren persuadirnos. Y ahora sufrimos más por eso.
Todos dependemos de los bosques para alimentarnos y, sin embargo, vemos cómo destruyeron los bosques. Nos negamos a eso, porque queremos poder utilizar el bosque que queda, protegerlo y cuidarlo. De lo contrario, ¿adónde irían mis hijos y nietos en el futuro?
Tengo seis hijos y todos dicen que Mama Na es como una guerrera para ellos. Todos ellos son un solo corazón con Mama Na. Nuestra vida no es fácil. No somos obstinados ni arrogantes. Ellos son ricos y nunca nos trajeron bienestar a nosotros. Ya no hay tiempo.
Ey en lucha contra la devastación causada por una empresa minera
Ey es oriunda del pueblo Aramsolki, en el distrito de Agimuga, regencia de Mimika. Ey es muy activa en la creación de un espacio para que los miembros de las comunidades de tres distritos expresen sus quejas por la devastación total de los ríos y estuarios de la zona. Esta elevada contaminación y destrucción es el resultado de la descarga masiva y directa de relaves (desechos de la minería) en ríos y vías fluviales por parte de la empresa minera PT Freeport Indonesia. Freeport Indonesia opera una de las minas de cobre y oro más grandes del mundo en Papua. (6)
Las personas que viven a orillas de los ríos y junto al mar tienen una cultura de caza y dependen del mar o del río. Esta irresponsable eliminación de los desechos destruye la vida de las personas. Los animales van muriendo lentamente ya que todos los días inhalan y consumen agua contaminada por el lodo de los relaves de la mina. También observamos que numerosas personas sufren comezón y otros problemas de salud.
Los relaves de Freeport también son la causa de que la comunidad pierda acceso al transporte fluvial. La sedimentación de los desechos en el río Ajikwa / Wanogong provocó una sedimentación extraordinaria a lo largo del río Sampan, la isla Puriri y Kampung Pasir Hitam, hacia el estuario. Anteriormente, los miembros de la comunidad utilizaban esta ruta para cruzar las islas o para ir a la ciudad a encontrarse con familiares, vender sus cosechas o intercambiar productos de la caza o la cosecha, y también ha sido una ruta para que los niños accedan a la educación. Hoy en día la gente tiene que esperar a que el agua del río suba lo suficiente para poder pasar los botes o canoas. A veces, la gente espera cinco horas y, a veces, incluso un día y una noche. En ocasiones, personas desesperadas empujan sus botes sobre el río cubierto de desechos, lo que ocasiona numerosos daños a sus botes. Otros optan por cruzar por alta mar, lo cual es muy peligroso.
Perdimos un pueblo: Kampung Pasir Hitam. Y también cinco ríos: el río Yamaima, Ajikwa / Wanogong, Sampan, Ajiira y Manarjawe. Tenemos un problema muy grave.
Curiosamente, en el medio de un río poco profundo que se ha secado, Freeport está plantando árboles. Esto nos enoja mucho. La empresa dice que está reforestando, ¡pero nadie sabe que allí desapareció un río! La empresa planta árboles y también elimina la evidencia.
Ni lucha contra un proyecto de energía geotérmica
Ni proviene de Jailolo, en la isla de Halmahera, Maluku Norte. Jailolo es un grupo de pueblos en un terreno propenso a terremotos, que bordea una franja de bosques. También es el nombre de un volcán que recientemente se reactivó. Durante la última década se han repetido fuertes terremotos todos los años. Desde 2008, PT Star Energy Geothermal Company, una subsidiaria de PT Barito Pacific Tbk, obtuvo la concesión del campo geotérmico Jailolo y comenzó la exploración en las 12.960 hectáreas. La Agencia de Comercio y Desarrollo de Estados Unidos (USTDA) otorgó una subvención de 733.000 dólares a PT Star Energy Geothermal Halmahera para realizar un estudio de factibilidad para el proyecto. (7) En 2017, sin embargo, el Ministerio de Energía y Recursos Minerales retomó la concesión de Star Energy y, a partir de entonces, las actividades de exploración han sido realizadas por PT Sarana Multi Infrastruktur (SMI), una empresa conjunta del Ministerio de Finanzas, Banco Mundial y Banco Asiático de Desarrollo. A principios de 2020, el gobierno dio un fuerte respaldo a esta inversión.
En mi opinión, la mayor amenaza en Jailolo es el gobierno, porque al gobierno no le importa y quiere unirse a la empresa geotérmica. Star Energy comenzó a entrar en 2008, recolectando información. Aún no hay obras ni construcción. Pero el temor es que la mayoría de las personas de Jailolo son pescadores o agricultores. Por ejemplo, hay una aldea, la aldea de Saria, donde la pesca es el principal medio de vida y la gente cultiva al lado. Hay pueblos que todavía dependen del bosque, como es el caso de los pueblos de Payo, Pateng, Bobo, Bobo Joko e Idamdehe. Hay planes de que Idamdehe se convierta en un lugar donde perforar un pozo geotérmico.
Nuestro bosque todavía está muy sano y no dejaremos que el proyecto geotérmico lo destruya. Nunca recibimos información adecuada sobre este proyecto de construcción de una planta de energía. La nueva Ley Ómnibus, sin duda, tendrá un impacto enorme. Invadirán la tierra. Quienes son pescadores y agricultores perderán sus medios de vida. Con esta nueva Ley, el gobierno está ayudando a la empresa. Pero los pueblos tienen una fuerte unidad, especialmente los pueblos indígenas de Saria e Idamdehe.
Na en lucha contra una mina de níquel
Na es del sureste de Sulawesi, donde resisten la extracción de níquel. (8) La comunidad bloqueó con éxito las actividades mineras en 2019 e hizo retroceder el equipo pesado hasta el campamento del proyecto, en la costa. Na ha estado al frente de la resistencia.
Para la comunidad, la minería no hace ningún bien. Nada. Si la minería llegara aquí, sería peligroso. En primer lugar, ¡nuestras plantas no darían frutos a causa del polvo! Aquí hay cocos, guayabas, clavo, nuez moscada y pimienta. En segundo lugar, el agua. En tercer lugar, ¿a dónde irían los desechos? ¿Al océano? ¡Pero éste es un pueblo de pescadores! Quienes pescan, obviamente, no podrían hacerlo. Entonces, para nosotros, la minería no es buena. Tiene impactos enormes; los hemos visto. La minería es solo por un momento. En un abrir y cerrar de ojos, el dinero se habrá ido. Es solo por un momento porque todo es mentira. Y de hecho, se trata de dinero. Estamos tan traumatizados por esta minería. Debemos estar atentos, especialmente para no rendirnos. Eso es todo.
Pero todas las tierras alrededor del sitio minero están afectadas. Desde la tierra de mis padres hasta la mía, todo está afectado. Por ejemplo, en la vía de acceso, donde los vehículos van y vienen, hay polvo por todas partes. Tenemos que lavar las hojas de plátano antes de usarlas. Además, con la mina, la familia se ha fracturado. Los impactos son obvios, pero no se dieron cuenta. Ya existe este efecto. Anteriormente, una barra de pescado costaba diez mil rupias indonesias, ahora subirá a cincuenta mil. ¿Quién puede pagar ese precio? Y además ya no podemos ir a pescar.
Ahora, la nueva Ley quiere facilitar las licencias a las grandes empresas, pero nosotros defendemos nuestros derechos. La base de mi vida está en mi tierra. Si hay cultivos, hay esperanza. Tenemos nuestras plantas ahí. Podemos ganar algo de dinero con nuestras cosechas. Sin mi tierra no puedo soñar con mis hijos y mis nietos. La mina es tan penosa para nosotros. Todo está siendo destruido. Lloraremos sangre después. ¡Pero nunca! nunca renunciaré a la tierra.
Yati Dahlia en lucha contra los planes de una nueva capital
Dahlia proviene de Penajam Paser Utara, Kalimantan Oriental. Dahlia es una activista y una artista tradicional perteneciente a la tribu Balik, una pequeña tribu ubicada en el corazón de donde hay planes de construir la nueva ciudad capital de Indonesia, y cerca de una de las regiones mineras más grandes. Hay aproximadamente 5.000 personas Balik que también hablan su propio idioma.
No queremos hacer diferencias entre las tribus. Aquí están los Balik, los Paser y los Dayaks. Pero con este enorme proyecto, sentimos que nos están tendiendo una trampa. Quieren que entreguemos la tierra ... Luego nos piden una fotocopia de nuestro DNI. La razón principal es que quieren dividir la tierra. Algunos ambicionan convertirse en líderes tradicionales o lo que sea ... Realmente, estamos perturbados. ¿Cómo podemos estar unidos si seguimos siendo utilizados por personas que solo se preocupan por sí mismas?
Leímos sobre esta nueva Ley. Pero ésta es la tierra de nuestros antepasados. Estamos muy inquietos y angustiados. El gobierno no se detendrá hasta que nos convenza de vender nuestra tierra. Nos dice: “Cooperemos”. Le he dicho a mi familia y amigos, dueños de la tierra aquí, que nuestros antepasados no cierran los ojos y nos miran desde arriba. Aunque la tribu Balik es una minoría, debemos vivir en unidad para defender la tierra.
Ah en lucha contra un proyecto de energía geotérmica
Ah es de Salingka Gunung Talang, regencia de Solok, Sumatra Occidental. Ah es una activista comunitaria que pertenece a un movimiento que involucra a cuatro comunidades de las montañas, amenazadas por un proyecto geotérmico dirigido por el consorcio turco PT Hitay Power Energy y PT Dyfco Energi. (9)
Casi todos los residentes al pie del monte Talang, distrito de Solok, son agricultores. Incluso los funcionarios [conocidos como PNS en Indonesia] participan en la agricultura para obtener ingresos adicionales. Estamos orgullosos de nuestros productos vegetales y de nuestro delicioso y famoso arroz, llamado Bareh Solok. En general, fue un lugar seguro hasta 2017, cuando el proyecto de minería geotérmica trastocó nuestras vidas. Incluso entonces, el proyecto no estaba claro. Pero sabíamos que la electricidad que quieren producir no es para la comunidad. No nos beneficiaría. La gente de la empresa se abrió paso a la fuerza. Entonces, comenzaron los arrestos por el incendio de un automóvil de la empresa, aunque no estaba claro quién lo quemó debido a la gran cantidad de personas involucradas. Las personas encarceladas por este incidente estuvieron encerradas desde febrero de 2018 hasta el primer mes de 2020. A pesar de eso, hemos frenado constantemente los intentos de las brigadas de seguridad y las fuerzas armadas de ingresar a nuestra zona.
Por ahora no tenemos noticias de la empresa, y también observamos que no ha habido ningún intento de volver a entrar en nuestro territorio. Pero nos mantenemos alerta. Con la Ley Ómnibus sabemos que existe un gran riesgo para nuestra seguridad si se lleva a cabo el proyecto.
A pesar de la creciente alarma de que las tierras comunitarias y los medios de vida de los pueblos que las habitan se limiten aún más y sean despojados con la aprobación de la Ley Ómnibus, estas historias también revelan cómo las comunidades seguirán resistiendo la destrucción de sus bosques y tierras.
(1) Boletín 252 del WRM, Indonesia: REDD+, el financiamiento europeo para el desarrollo y la ‘economía baja en carbono’
(2) The Interpreter, Indonesia’s Omnibus Law won’t kill corruption, 2020
(3) Mongabay, Indonesia’s Omnibus Law a ‘Major Problem’ for Environmental protection, 2020
(4) Business and Human Rights Resource Centre, Omnibus Law on Job Creation reinforcing patriarchal mentality, 2020
(5) Greenpeace, PT Berkat Cipta Abadi Oil Palm plantation in Papua, 2018 ; EJAtlas, Korindo clearing forests for oil palm plantations, Papua, Indonesia, 2020
(6) The Insiders Stories, Freeport Indonesia’s Production Rises 9% in the 2Q of 2020 ; London Mining Network Mimika’s Coastal Dystopia: Besieged by Freeport’s Indonesia’s Mine Tailings Slurry
(7) The Jakarta Post, Geothermal Projects expand clean energy, 2010
(8) Entre las empresas con permisos para actividad de minería en la isla figuran: PT Alatoma Karya; PT Bumi Konawe Mining; PT Derawan Berjaya Mining; PT Gema Kreasi Perdana; PT Kimco Citra Mandiri; PT Konawe Bakti Pratama; PT Hasta Karya Megacipta; PT Pasir Berjaya Mining; PT Cipta Puri Sejahtera; PT Natanya Mitra Energy; PT Investa Pratama Inti Karya; y PT Kharisman Kreasi Abadi. Ver, Asia Times, Mining permits revoked after Wawonii protests, 2019
(9) Boletín 244 del WRM, Indonesia y la triste verdad detrás de la energía geotérmica: un discurso engañoso de “energía limpia”, 2019