Indonesia: monocultivos de árboles destruyen tierras y medios de vida indígenas

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Aquí en Indonesia, todo niño que ingresa a la escuela se familiariza con “Merauke” gracias a una canción patriótica titulada “Dari Sabang Sampai Merauke” (literalmente, de Sabang a Merauke, es decir desde el punto más occidental al más oriental de Indonesia). La canción habla de la unidad y la gloria de Indonesia a través de sus grandes y pequeñas islas que se extienden desde Sabang, el punto más al oeste, hasta Merauke, el situado más al este.

Lamentablemente, hoy en día Merauke ya no es lo que era; ya no representa la unidad y la gloria sino la privación de los derechos de tenencia de los pueblos nativos, el temor ante los megaproyectos energéticos y la amenaza de la pobreza, todo ello entremezclado con la euforia de las corporaciones productoras de alimentos. Merauke ha ido cambiando de aspecto. Oficialmente, a comienzos de 2010 fue seleccionada por el gobierno nacional para convertirse en “un granero de alimentos y energía” para combatir la inseguridad alimentaria y las crisis energéticas del mundo.

El gigantesco proyecto para hacer realidad ese “granero de alimentos y energía” de Merauke se llama MIFEE (Merauke Integrated Food and Energy Estate), e integra el cultivo de alimentos y la producción de energía. Unas 80 compañías, filiales de grandes grupos empresariales, han sido autorizadas a participar en él. Se han asignado al menos 2,5 millones de hectáreas, de las cuales 1,2 millones se sitúan en zonas de bosque. El área designada abarca tres distritos (kabpaten): Merauke, Mappi y Boven Digul, 16 sub-distritos y 130 aldeas.

La producción estará destinada a los mercados internacionales para satisfacer la demanda mundial de alimentos y energía. Diversos productos básicos de origen agrícola han sido preparados y procesados por las corporaciones participantes, como la palma aceitera, la caña de azúcar, el arroz y los eucaliptos.

Aparte de la ambición, el hecho de ubicar un proyecto de tal envergadura y con utilización masiva de alta tecnología en medio de los pueblos de Merauke, que son sumamente dependientes de los “recursos naturales”, ha traído consigo numerosos problemas agudos y pluridimensionales. A los pueblos de Merauke se les están planteando rápidamente desafíos imposibles de resolver con los conocimientos que poseen.

El pueblo indígena Marind es nativo de Merauke y sus aldeas son las más numerosas. La tribu está compuesta por seis subgrupos: Kaize, Gebze, Balaigeze, Mahuze, Ndiken y Basik-basik. Han desarrollado un sistema interrelacionado y armonioso para el manejo de la tierra que comparten. Dividen el espacio en el que viven en “sitios sagrados”, “fuentes de agua”, “estanques de sago” (el sago es una especie de gusano que utilizan como alimento), “paradas de ancestros”, “viaje de ancestros” y “conservación de costumbres”. La tribu también utiliza nombres típicos para designar a sus bosques: llaman “Deg” a los bosques naturales antiguos que contienen grandes árboles, y “Mamoi” a los bosques naturales jóvenes que contienen árboles de tamaño mediano.

“En el pasado, nunca teníamos dificultades para conseguir carne, porque en Merauke había ciervos y canguros. En los pantanos había peces. Sin embargo, ahora nuestros terrenos de caza han sido convertidos en plantaciones de árboles; nuestros bosques de sago han sido talados y nuestros peces de pantano han desaparecido”, dijo J. (inicial del nombre de un organizador de las comunidades locales). “Esto empezó después de que las compañías llegaron a las aldeas y se comenzó a implementar el proyecto MIFEE”, añadió.

Un caso lamentable sucedió en la aldea de Zanegy, donde opera la compañía plantadora de árboles PT Selaras Inti Semesta (PT SIS). PT SIS es una filial del Grupo Medco, una corporación gigante productora de energía. Para la compañía que derribó los árboles en miles de hectáreas de tierras de los indígenas Marind, esos árboles no son más que “biomasa de madera”, y la madera fue enviada a su fábrica de pellets, PT Medco Papua Industri Lestari (PT MIL). Los pellets son utilizados como fuente de “energía renovable”. Entre los inversores del sector figuran las corporaciones internacionales LG y Y Han International, que promueven una “energía alternativa respetuosa del medio ambiente”.

La aldea de Zanegy se encuentra río abajo de la plantación industrial de PT SIS. El río Sakau la atraviesa y es usado por los pueblos Marind de Zanegy para fines domésticos (higiene, bebida, etc.). “El agua tiene ahora un sabor diferente”, dijo un anciano de Zanegy. En la aldea, hubo niños que murieron de desnutrición. Incluso hoy en día hay muchos niños con cabeza desproporcionadamente grande, ojos secos, cuerpo demasiado delgado, estómago distendido y piernas débiles. También las enfermedades de la piel son frecuentes en la comunidad.

“La compañía sólo pagó indemnizaciones por la desaparición de los gusanos sago; nos engañaron”, dijo A.G. “La vida se ha vuelto cada vez más difícil, porque la calidad de los estanques de sago ha ido disminuyendo; los ciervos están desapareciendo desde que su hábitat se ha convertido en plantaciones de árboles”.

Los pueblos de Merauke están pagando las consecuencias de un modelo mundial injusto de producción y de consumo, que exige más alimentos y fuentes de energía “renovables” a expensas de la soberanía alimentaria de regiones enteras, y cuyo objetivo es mantener el nivel de ganancias de las empresas. Con el pretexto de satisfacer necesidades mundiales, el mega-proyecto terminará destruyendo la vida de los pueblos Marind de la región.

Las contradicciones inherentes al proyecto también son visibles en los distritos de Semangga y Kurik. El grupo PT Texmaco se dispone a establecer allí plantaciones de eucaliptos. La concesión abarca dos distritos y 7 aldeas. Lo irónico es que tal emprendimiento amenazará los arrozales locales, otro proyecto destinado a responder a la “demanda mundial de alimentos” que, ante todo, provocará la destrucción de las plantaciones locales de víveres.

El MIFEE es el reflejo del sistema de gestión globalizada de los alimentos y la energía, que amenaza con destruir los sistemas de supervivencia locales y, por consiguiente, provocar el hambre y la pobreza. También es típico de la expansión de corporaciones agroindustriales que se apoderan de la vida y terminan en tragedia para los pueblos indígenas y las comunidades aldeanas.

Fuente: YL Franky, PT. Medco Menguras Isi Hutan Kampung Zanegi: Rakyat Tersingkir dan Menderita Lapar di Lumbung Pangan, 2013 (PT Medco está liquidando el bosque de la aldea de Zanegi: La comunidad es marginada y muere de hambre en graneros de víveres); Koesnadi WS, MIFEE Bukan Proyek Pangan, Laporan Perjalanan Dari Ujung Timur Indonesia Merauke, 2013 (MIFEE no es un proyecto de cultivo de víveres, Un viaje desde Merauke, el extremo oriental de Indonesia).

Rivani Noor, CAPPA, correo electrónico: rivani@cappa.or.id