La industria del papel y el “negocio del cambio climático”

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Durante muchos años la industria de la pulpa y el papel ha intentado pintarse de verde. Ningún desafío es demasiado grande, parece, para una de las industrias más contaminantes del planeta. Aunque la producción de papel es una importante consumidora de energía y una de las causas principales de las emisiones de gases de efecto invernadero, el último reto para esta industria es volverse “carbono-neutra”. Mientras que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero puede sonar como algo que todos recibiríamos con agrado, esta discusión dominada por la industria deja de lado el hecho de que la industria de la pulpa y el papel se está expandiendo con rapidez, sobre todo en el Sur global. Ignora también el tema del masivo exceso de consumo de papel en el Norte. La mejor forma de reducir el impacto de la industria de la pulpa y el papel es reduciendo la cantidad de papel que se produce. Pero por supuesto que a la industria del papel no le interesa hablar de esto.

En octubre de 2007, la Asociación de Productos Forestales de Canadá (Forest Products Association of Canada, FPAC) anunció que para 2015 se convertiría en la primera industria “carbono-neutra” de Canadá. El anuncio se hizo durante una conferencia celebrada en un lujoso hotel de cinco estrellas en el centro de Ottawa. Los discursos de Keith Trent (de Duke Energy) y Clive Mather, director ejecutivo de Shell Canadá, fueron la piedra angular de esta conferencia que llevó por título, por cierto muy apropiado, “Conferencia sobre el negocio del Cambio Climático”.

La FPAC ha entrado en sociedad con el WWF para “ayudar a guiar la iniciativa”. La FPAC declara ya haber reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 44% entre 1990 y 2004. Pero esta cifra de 44% de reducción es un fraude. Excluye las llamadas “emisiones indirectas”, osea, las emisiones producidas con la generación de la electricidad que usa la industria.

Un informe de 2005 incluye tanto las emisiones directas como las indirectas y llega a la conclusión de que las emisiones de gases de efecto invernadero del sector forestal de 2002 fueron iguales que en 1980. El informe, producido por el Consejo Canadiense de Ministros Forestales, señala que el sector forestal es el “mayor consumidor individual de energía de Canadá y tiene emisiones de gases de efecto invernadero significativas”.

Los datos de otro informe más reciente indican que la situación podría ser incluso peor. Este informe fue encargado por la FPAC, lo que dio a la industria pocas excusas para ignorarlo. Escrito por el NCASI (el Consejo nacional para la mejora del aire y los cursos de agua), el informe compara las emisiones de 1990 con las de 2005. Distingue las emisiones directas (ocasionadas por la fabricación) de las indirectas (causadas por la generación de electricidad, las emisiones del transporte y el metano producido por los productos forestales en los vertederos). En 2005, según el NCASI, la industria forestal fue responsable de un total de 53,3 millones de equivalente de dióxido de carbono, en tanto en 1990 fueron 49,7 millones de toneladas, es decir que hubo un aumento de 7,2%.

Pero el informe del NCASI no se detiene ahí y presenta una contabilidad muy creativa en forma de “captura” y “emisiones evitadas”, dando la impresión de que las cosas no están tan mal como parecen y que en cualquier caso pronto podrían mejorar. “Los datos disponibles demuestran que las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de la cadena de valor de la industria de los productos forestales se compensan ampliamente con la captura lograda en los productos forestales”, escribe el NCASI. Las emisiones de metano generadas por la descomposición del papel y otros productos forestales en los vertederos son la mayor causa individual de los gases de efecto invernadero de la industria forestal canadiense y dan cuenta de alrededor del 46% de las emisiones de gases de efecto invernadero de 2005. Pero el NCASI nos tranquiliza al explicar que “las emisiones de metano en los vertederos atribuibles a los productos forestales canadienses son más que compensadas con el almacenamiento neto de carbono en los productos forestales depositados en vertederos”. Algunos productos forestales depositados en vertederos se descomponen rápido y liberan metano, en tanto otros lo hacen con más lentitud, liberando el metano más lentamente. Esto, según el NCASI, es “captura”.

Mientras tanto, las “emisiones evitadas” consisten en los cambios que la industria podría hacer, como producir más papel reciclado o usar formas combinadas de generación de calor y energía. El hecho de que la industria también podría evitar las emisiones produciendo menos papel no se menciona en el informe del NCASI. En su lugar, el NCASI anticipa un aumento del consumo de productos forestales.

En setiembre de 2007 la Confederación de Industrias Europeas del Papel (CEPI) publicó un “marco para determinar la cantidad de emisiones de carbono” (Carbon Footprint Framework). La CEPI no hace mucho aspaviento con eso de que la industria se vuelva “carbono-neutra”. En su lugar, el documento presenta una serie de argumentos que las empresas pueden usar para convencer a los consumidores de que su producto es “carbono-neutro”. No sorprende que los argumentos de la CEPI sean similares a los de su contraparte canadiense. Por ejemplo, la CEPI propone que la industria debería alegar que el carbono se captura tanto en los bosques como en los productos del papel: “Afirmen que el Manejo Sustentable de Bosques asegura que las existencias de carbono en los bosques se mantengan estables o incluso mejoren con el tiempo, y elaboren sobre esta afirmación”.

Parte de la razón por la cual está aumentando el consumo de papel es porque las empresas del papel aparecen continuamente con nuevos usos para el papel y promueven formas de usar más papel. Cuando esos productos del papel terminan en vertederos, se descomponen y producen metano. En lugar de intentar maquillar de verde sus actividades con argumentos espurios sobre la captura del carbono, la industria de la pulpa y el papel debería dejar de producir basura.

 

Por Chris Lang, http://chrislang.org