La Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre sobre los Bosques: vinculando la lucha contra las plantaciones con el uso alternativo local de los bosques

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La Iniciativa de Mumbai-PortoAlegre sobre los Bosques pretende servir de plataforma para unir fuerzas y construir la solidaridad entre los actores que trabajan en un amplio espectro de temas relacionados con la justicia social y ambiental y los bosques. La globalización económica afecta cada vez más a las comunidades locales, por lo que la necesidad de crear un movimiento mundial para garantizar los derechos de los pueblos y la conservación de los bosques se convirtió en un imperativo que un grupo de participantes del Foro Social Mundial decidió poner en marcha. Este movimiento joven y diverso que hoy comprende unas 80 organizaciones, redes e individuos, apoya todos los niveles de resistencia contra las plantaciones. Aunque las plantaciones no son bosques, el paradigma conceptual y la realidad operativa de los monocultivos de árboles a gran escala son la antítesis de la lucha para garantizar los derechos de los pueblos y la conservación de los bosques. La lucha contra este tipo de plantaciones es por lo tanto parte esencial de la lucha por los derechos comunitarios sobre las áreas de bosques.

Durante el encuentro internacional sobre plantaciones realizado en Vitoria, Brasil, con el fin de generar el apoyo a las comunidades locales que se oponen a las plantaciones a gran escala y los árboles genéticamente modificados, en numerosas oportunidades se destacó la relevancia de la lucha contra las plantaciones para el movimiento por los derechos de los pueblos. Varios integrantes de este movimiento (FASE, FOE-CR, WRM, WALHI, Rede Alerta Contra o Deserto Verde, Acción Ecológica) que participaron en el encuentro fueron testigo de una amplia gama de denuncias realizadas por pueblos indígenas, comunidades locales y sin tierra, organizaciones internacionales y de muchos otros países sobre las graves violaciones de los derechos humanos y comunitarios resultantes de las plantaciones. Además, los devastadores efectos de las plantaciones sobre la diversidad vegetal y animal, el agua y los suelos fueron una constante en todos los casos de países específicos analizados y en las experiencias locales allí narradas.

Los principios primero y segundo de la Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre declaran que las “comunidades que dependen de los bosques, que viven en los bosques y los utilizan para satisfacer sus necesidades de subsistencia, son los verdaderos protectores y gobernantes de sus bosques” y que “la protección y la conservación de los bosques exigen que se garanticen sus derechos”. Como destacó el Movimiento contra el Desierto Verde, de Brasil, las plantaciones en los estados de Espírito Santo y el sur de Bahía han convertido tierras fértiles, antiguamente productoras de alimentos, en desiertos verdes de eucaliptos, expulsando en este proceso a muchos pueblos y comunidades. Este conflicto de tierras provocado por la profunda intervención de las plantaciones de empresas como Aracruz Celulose, Suzano y Veracel en el paisaje regional se encuentra ahora en una etapa inspiradora, con las comunidades locales iniciando sus propios procesos para reclamar sus tierras y sus derechos para poder sobrevivir. El movimiento de Mumbai-Porto Alegre apoya plenamente las luchas de los pueblos indígenas, quilombolas (comunidades de descendientes de esclavos) y las comunidades sin tierra en contra de las plantaciones.

La Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre se opone a la transformación de la naturaleza en mercancía (principio 12), ejemplificada por el intento reduccionista de ver la propiedad de absorber carbono de los árboles como la principal función de esos organismos y servirse de esto como justificación para seguir expandiendo las plantaciones.

El papel que los gobiernos pueden y deben cumplir a este respecto es salvaguardar los intereses de todos los ciudadanos dentro de su territorio, asegurando a todos los pueblos y comunidades un ambiente propicio que aliente su participación y la articulación de sus propias necesidades (principios 5 y 6). Lamentablemente, como lo han demostrado un caso tras otro, los gobiernos a menudo actúan como catalizador en la promoción de las plantaciones y el desempoderamiento de las poblaciones locales frente a los intereses corporativos.

Un tema recurrente en los estudios del caso compartidos en la reunión fue la participación sistemática del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y otras instituciones financieras internacionales en la promoción y financiación de las plantaciones en todo el mundo. El movimiento de Mumbai-Porto Alegre toma en cuenta la larga historia de destrucción humana y ambiental a manos de dichos actores y se opone a que sigan involucrándose en cualquier política o proyecto que promueva la diseminación de las plantaciones (principio 11).

La Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre interesa a la lucha contra las plantaciones por cuanto brinda una visión de las alternativas que podrían resultar beneficiosas tanto para las comunidades locales como para los ecosistemas boscosos. Estos mecanismos institucionales para el control social de los bosques o tierras convertidas a otros usos por parte de las comunidades locales necesitan evolucionar de acuerdo con las necesidades de todas y cada una de las comunidades y las características ecológicas de los ecosistemas locales y regionales en los que viven (principio 3). Las alternativas al modelo forestal industrial desarrolladas e instrumentadas por las mismas comunidades atacan el corazón del modelo que genera monocultivos de árboles, pues vuelven a colocar las necesidades de las personas respecto de su futuro y de la conservación de sus bosques en el centro de importancia.

La destrucción de los bosques y su sustitución por plantaciones resultan en impactos diferenciados sobre las mujeres, por lo que es necesario reconocer “el papel histórico y la contribución positiva de las mujeres en el gobierno y cuidado de los bosques” y garantizar “su plena participación en la toma de decisiones” (principio 4).

La lucha para garantizar los derechos de los pueblos locales sobre sus tierras y la conservación de los ecosistemas boscosos está estrechamente vinculada con la lucha contra las plantaciones. La Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre puede funcionar como nexo entre éstas y otras luchas relacionadas con los bosques y los pueblos que dependen de los bosques, uniéndolos en un terreno ideológico y político común, facilitando el intercambio de experiencias, promoviendo la adopción de estrategias comunes y compartiendo información sobre buenas prácticas.

Exhortamos a tod@s a unirse a este proceso.

Para acceder al texto completo de la Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre sobre los Bosques sírvase visitar: http://www.wrm.org.uy/declaraciones/Mumbai/indice.html

Si desea solidarizarse con los principios de este movimiento o necesita más información, sírvase comunicarse con: antonis@wrm.org.uy

Por Antonis Diamantidis, Iniciativa de Mumbai-Porto Alegre sobre los Bosques, correo-e: antonisdiamantidis@gmail.com