Durante cientos de años los pueblos indígenas Heuny y Jrou que habitan en los poblados de Nong Phanouane y Houay Chote han practicado la agricultura migratoria en sus bosques en la meseta de Boloven en el sur de Laos.
Ahora, funcionarios del gobierno les han dicho que tienen que dejar de practicar la agricultura migratoria y pronto serán obligados a abandonar la zona. ¿La razón? Tienen la mala suerte de vivir en una cuenca que el gobierno declara que debe ser protegida en función de una represa hidroeléctrica que ha sido propuesta.
La compañía surcoreana Dong Ah inició la construcción de la represa Xe Pian Xe Nam Noi por un valor de mil millones de dólares en 1996, pero se retiró después de la crisis financiera asiática de 1997. Recientemente la Vietnam Laos Investment and Development Company anunció sus planes para la construcción de seis represas en Laos, entre las que figura Xe Pian Xe Nam Noi (ver Boletín N° 74 del WRM).
La represa de Houay Ho, también ubicada en la meseta de Boloven, fue finalizada en 1998. Un consorcio integrado por Daewoo (Corea del Sur), Loxley (Tailandia) y Electricité du Lao comenzó la construcción de la represa en 1994 después de que Daewoo firmara un contrato de construcción-operación-transferencia por un período de 25 años con el gobierno de Laos. La electricidad que produce esta represa de 150 MW se exporta a Tailandia.
El consorcio contrató a la firma consultora suiza Electrowatt Engineering para diseñar la represa, elaborar una evaluación de impacto ambiental (EIA) y supervisar la construcción de la represa. La EIA de Electrowatt, que fue finalizada dos años después del inicio de la construcción de la represa, omitió evaluar el impacto del madereo y el impacto del proyecto sobre los pobladores indígenas de la zona.
Un corredor inusualmente amplio de 50 metros de ancho para las líneas de transmisión significó una bonificación extra para las compañías madereras tailandesas a cargo del desmonte del bosque en la zona del embalse. Se construyeron aproximadamente 70 kilómetros de nuevas carreteras anchas a través de lo que era hasta entonces "bosque primario inaccesible e intocado", según lo informado por Doug Cross, consultor de un proyecto financiado por el Banco Asiático de Desarrollo que visitó la zona en 1997.
Aproximadamente 4.000 personas, mayoritariamente Heuny y Jrou, fueron forzados a abandonar sus tierras para ceder paso a la represa de Houay Ho.
Un informe reciente, "Las represas hidroeléctricas y los pueblos olvidados de la meseta de Boloven" (Hydroelectric Dams and the Forgotten People of the Boloven Plateau), basado en una investigación realizada en la meseta de Boloven, describe el impacto del reasentamiento forzoso que sufrieron las comunidades de la zona.
Los investigadores determinaron que muchas familias en las áreas de reasentamiento tenían muy poca tierra para cultivar. La mayoría de la tierra es de mala calidad e inadecuada para la agricultura. Como resultado los pobladores sufren grave escasez de alimentos. Si bien se perforaron pozos, muchos de ellos se secaron y los pobladores no tienen acceso a agua limpia. Existen escuelas, pero no tienen suficientes aulas ni materiales de enseñanza. Los pobladores más ancianos dijeron a los investigadores que echan de menos sus tierras fértiles y los grandes árboles frutales que crecían cerca de sus antiguos poblados. Las tradiciones se están perdiendo, porque la gente está obligada a viajar para buscar trabajo. Aguas abajo de la planta hidroeléctrica de Houay Ho, los pobladores se enfrentan a los daños que produce la inundación de sus arrozales y a la pérdida del ganado que muere ahogado, especialmente en la estación de lluvias.
Un hombre Heuny relató a los investigadores: “Mis parientes y yo no queremos vivir en el poblado del reasentamiento, pero nos obligaron y no pudimos protestar. Echamos de menos nuestras tierras nativas donde vivimos durante cientos de años, nuestros cultivos, nuestras hortalizas y la vida feliz que teníamos”.
En setiembre de 2001, la Houay Ho Power Company, una joint venture de subsidiarias de Tractebel Electricity y Gas International, compró las acciones de Daewoo y Loxley en la represa de Houay Ho por US$140 millones. El gobierno de Laos retuvo su participación del 20 por ciento en el proyecto. La financiación provino de un consorcio de bancos tailandeses, y la agencia belga de crédito a la exportación, Office National du Ducroire, suministró el seguro de riesgo político para la participación de Tractebel.
Katje Damman, responsable de Comunicaciones externas de Tractebel, no está dispuesta a dar información sobre los detalles del seguro de riesgo político suministrado por Ducroire. “Si desea obtener todos los detalles de la cobertura del seguro de riesgo político, debe ponerse en contacto con la agencia. Yo no puedo informarle. La cobertura es la que proporciona habitualmente un seguro de riesgo político nacional, creo. Es un seguro de riesgo político normal", afirmó.
Ducroire se rehusó a contestar preguntas sobre la represa de Houay Ho.
Damman negó que los pobladores desalojados por la represa tengan problemas. "El programa de reasentamiento finalizó. No ha habido reclamaciones y la Houay Ho Power Company se mantiene en contacto con las autoridades locales para constatar si existen problemas".
Los autores del informe “Pueblos olvidados” resaltan que las autoridades locales "no han asumido ninguna responsabilidad por el sustento de los pobladores que debieron dejar sus antiguos poblados".
Después de ver lo que ha pasado a sus amigos y parientes que ya han sido forzados a abandonar sus tierras, los Jrou del poblado de Nong Phanouane han elaborado un plan. Si son obligados a trasladarse a las áreas de reasentamiento, no demolerán sus casas. Si después de cuatro o cinco meses los funcionarios oficiales no les suministran todo lo prometido, los Jrou volverán a sus hogares en Nong Phanouane. Los autores del informe “Pueblos olvidados” añaden: “Si son asesinados por retornar, estarán preparados para que esto suceda en sus propios hogares".
Por Chris Lang, correo electrónico: http://chrislang.org