El mes pasado escribí un artículo sobre la certificación FSC de la “silvicultura de aldea” en Laos. El artículo se basó en un informe filtrado de un proyecto del Banco Mundial y el gobierno de Finlandia, el Proyecto forestal sustentable y desarrollo rural (SUFORD). El informe del SUFORD documentaba graves problemas con el madereo vinculado con el proyecto, 39.000 hectáreas del cual han sido certificadas por SmartWood según el sistema del Consejo de Manejo Forestal (FSC).
El madereo en los bosques de los aldeanos ha dañado no solamente sus bosques sino también su sustento. Según el informe del SUFORD, los madereros cortaron árboles de resina pertenecientes a los aldeanos y están sacando más madera que la estipulada en los planes de manejo. La intensidad del madereo no responde a los planes de manejo de los aldeanos sino a la demanda de aserraderos locales y cuotas de madereo establecidas a escala provincial.
El informe del SUFORD comprobó que la madera que sale de los bosques aldeanos certificados por el FSC (y de otras zonas boscosas de la provincia de Savannahkhet) no estaba marcada correctamente. “El seguimiento y la cadena de custodia de árboles y troncos son por lo tanto imposibles”, comentó el autor del informe. Este madereo viola las normas del FSC y la ley forestal de Laos, que establece, tal como señala el informe del SUFORD, que los troncos que no hayan sido marcados en forma apropiada no pueden moverse. Esta disposición es válida sin importar que los troncos tengan o no el sello del FSC.
Escribí ese artículo el mes pasado para hacer públicas las conclusiones del informe del SUFORD y generar un debate en torno a la certificación. Según Scott Poynton, director ejecutivo de Tropical Forest Trust, ni él ni SmartWood estaban al tanto del informe del SUFORD antes de leer mi artículo, que también generó su buena discusión.*
Ahora quisiera tratar una cuestión que pasé por alto tanto en mi artículo anterior como en la discusión subsiguiente: ¿Cuánto sabía SmartWood, al otorgar el certificado, sobre el cumplimiento o incumplimiento de las normas del FSC en estas actividades madereras? Esta pregunta es sin duda fundamental para cualquier certificado, sin importar que la operación se trate de madereo industrial, plantaciones industriales de árboles o actividades de manejo comunitario de bosque a pequeña escala.
SmartWood otorgó el certificado en enero de 2006. Cuatro meses más tarde, el SUFORD descubrió el grave incumplimiento de varios principios y criterios del FSC en esta operación maderera. Mi primera suposición fue que SmartWood había otorgado un certificado a sabiendas de que la operación certificada no cumplía con las normas del FSC.
Como señala Scott Poynton, no es tan simple como este corto lapso de tiempo implica. “La verdad requiere una investigación un poquito más profunda de la historia del proyecto”, afirma, y plantea la necesidad de remontarnos a junio de 2005, cuando SmartWood decidió que se habían cumplido todas las condiciones previas. Luego hubo un retraso de seis meses en el otorgamiento del certificado “debido a la necesidad de contar con una traducción precisa del contrato, la necesidad de ambas partes de entenderse mutuamente y los cambios de personal en Savannahkhet”, según Poynton.
Poynton explica que “entre junio de 2005 y mayo de 2006 hubo suficiente tiempo para que los sistemas se cayeran”. En otras palabras, según el argumento de Poynton es perfectamente posible que en el momento que SmartWood emitió el certificado las actividades no cumplieran con las normas del FSC.
SmartWood niega tal posibilidad: “En el momento de emitirse el certificado del FSC, RA/SW [Rainforest Alliance/SmartWood] creía firmemente que las comunidades cumplían con las normas del FSC”.
Propongo remontarnos todavía más atrás que Poynton. El resumen público de la evaluación de SmartWood incluye un acta del Proceso de Evaluación de la Certificación. Según este documento, los evaluadores de SmartWood visitaron los bosques que certificaron en Savannahkhet una sola vez, en mayo de 2003, casi tres años antes de que se otorgara el certificado.
En mayo de 2003 el equipo de SmartWood pasó tres días en la provincia de Savannahkhet evaluando las 39.000 hectáreas de operaciones de “silvicultura de aldea”. Inspeccionaron dos playas de troncos secundarias, una zona cortada en 1999 y una zona de madereo activo. También participaron en varias reuniones. Un año después SmartWood regresó a Savannahkhet pero no visitó ninguna operación forestal. En julio de 2005, SmartWood llevó a cabo una revisión documental y determinó que se habían cumplido todas las condiciones previas y que podía emitirse el certificado.
Como consecuencia del informe del SUFORD y mi artículo basado en éste, SmartWood llevará a cabo una auditoría de campo en octubre de 2006. Ya era hora. Ojalá que los evaluadores de SmartWood puedan determinar si las operaciones de silvicultura de aldea cumplen las normas del FSC. Sin embargo, es muy poco probable que puedan determinar cuándo, por ejemplo, cayó el sistema de marcado de la madera. Esto puede haber ocurrido en cualquier momento entre mayo de 2003 y mayo de 2006.
Hace diez días, discutiendo con Scott Poynton escribí que “SmartWood certificó una operación a sabiendas de que ésta no cumple con los principios y criterios del FSC ni con la Ley Forestal de Laos”. Ahora me doy cuenta de que SmartWood certificó una operación sin saber si ésta cumplía o no con los principios y criterios del FSC y la legislación de Laos. No estoy seguro de cuál es peor, pero ninguna de las opciones inspira mucha confianza en SmartWood o el sistema del FSC.
* El debate puede seguirse aquí: www.pulpinc.wordpress.com/tag/fsc
Por Chris Lang, correo-e : http://chrislang.org, www.chrislang.blogspot.com