El problema histórico de la deforestación en Madagascar se vincula con las políticas perjudiciales del estado colonial en relación al uso de la tierra y la agricultura. El problema de la deforestación en Madagascar comenzó en 1896 cuando la isla fue anexada como colonia francesa. El período posterior a la anexión se caracterizó por un clima político incierto y el hambre, y muchos de los malgaches huyeron a los bosques para sobrevivir. Estos productores comenzaron a practicar el método de cultivo migratorio como medio de supervivencia.
Desde el principio de la época colonial, la economía nacional de Madagascar ha estado orientada a la promoción de la exportación. El producto de exportación básico es el café, pero también se venden al exterior arroz y carne vacuna. En una primera etapa se plantó café sólo en la costa este, pero su cultivo se expandió a toda la isla cuando se tornó evidente que los productores podían obtener grandes ganancias. Debido a la expansión del café, la economía de la isla se desarrolló en forma desigual. Ya en 1911 se produjeron períodos de escasez de arroz debido a la demanda excesiva de mano de obra en el sector del café, y la "seguridad alimentaria" de la nación comenzó a deteriorarse. El arroz resultaba también más vulnerable a los cambios climáticos y los ciclones, que agravaban los períodos de escasez. Campesinos que antes cultivaban arroz se trasladaron a regiones donde podían cultivar café, cobrando mejores salarios. Esos campesinos entonces desmontaban tierras adicionales para poder practicar cultivos migratorios y generar alimentos suficientes para subsistir.
En respuesta al aumento de los cultivos migratorios, el Gobernador General prohibió su práctica en 1909. Con esta prohibición el estado pretendía intentar salvar lo que quedaba de bosques en el país, y también imponer un "manejo racional de los recursos del bosque". Pero la tierra apartada por el estado para el cultivo de arroz no era adecuada debido a problemas del suelo, y por lo tanto esta política no logró resolver el problema de producción de arroz en Madagascar. El gobierno también pensó que la prohibición le daría más posibilidades de cobrar impuestos porque sería más fácil localizar a los ciudadanos si se veían forzados a permanecer en un lugar.
Los malgaches interpretaron la prohibición en forma prácticamente opuesta a las intenciones del estado. Consideraban el trabajo asalariado como equivalente a la esclavitud, y se produjeron numerosos levantamientos. Los malgaches no solo ignoraron la prohibición, sino que quemaron ilegalmente muchas hectáreas de bosques como protesta. "La prohibición convirtió la práctica del cultivo migratorio en un símbolo de independencia y libertad del dominio colonial". Los malgaches consideraban el cultivo migratorio como un medio sagrado de supervivencia aprendido de sus ancestros.
El problema de la degradación de los bosques se agravó todavía más cuando en 1921 el estado decidió abrir los bosques de la isla a las concesiones madereras. Muchos consideraron irónico que el estado permitiera la tala masiva en las concesiones mientras aún estaba vigente la prohibición de los cultivos migratorios. Pero se arruinaron más tierras que las reclamadas, porque muchos propietarios desmontaron zonas más allá de los límites de sus concesiones. El Servicio de Bosques no logró reglamentar las concesiones debido a la escasez de mano de obra y a la "falta de voluntad política". Gran parte de la tala ilegal de árboles fue completamente ignorada por las autoridades y las multas cobradas por violación de los permisos eran mucho menores que los daños reales. La combinación de estas políticas gubernamentales perjudiciales significó "la destrucción de aproximadamente el 70% de los bosques primarios en los 30 años transcurridos entre 1895 y 1925".
Es interesante destacar que el tan publicitado tema del "crecimiento de la población" no se convirtió en un factor de degradación de bosques en Madagascar hasta 1940, con la introducción de vacunas que redujeron la tasa de mortalidad. Durante los 40 años siguientes la población aumentó rápidamente de 4,2 millones a 9,2 millones, y se desmontaron aproximadamente 4 millones de hectáreas de bosques durante este período de 40 años, en comparación con las entre 3 y 7 millones de hectáreas desmontadas durante el período de 40 años entre 1900 y 1940. Gran parte de esa deforestación, sin embargo, seguía estando vinculada a las concesiones, la promoción de las exportaciones y la falta de seguridad en la tenencia de la tierra, más que al crecimiento de la población en sí mismo.
Y lo que resulta más interesante aún es que gran parte del proceso descrito previamente se puede comparar fácilmente con lo sucedido en muchas ex colonias europeas en toda la región tropical, donde las causas históricas fundamentales de la deforestación están claramente vinculadas a la expropiación y explotación de los recursos naturales en beneficio de las potencias coloniales. La mayoría de esas colonias ahora son formalmente independientes, pero no parecen haberse producido muchos cambios en el modelo económico insustentable heredado del régimen colonial, que sigue produciendo materias primas baratas y abundantes a expensas de los pueblos y su medio ambiente, en beneficio del norte.
Artículo basado en información obtenida de: History and Current Crisis of Deforestation (Madagascar)", revisado por Alane O'Connor, Colby College, 1996 ( http://www.colby.edu/personal/t/thtieten/defor-mad.html )