La segunda sesión 2011 de las negociaciones de la ONU sobre el clima concluyó este mes en Bonn, sin haber resuelto el problema clave de la reducción de la contaminación climática ni haber discutido sobre cómo reducir aún más la emisión de gases de efecto invernadero, causa principal del cambio climático. Las organizaciones por justicia climática manifestaron creciente preocupación frente al hecho de que los países ricos industrializados no tomen medidas reales para combatir el cambio climático:
• Sus actuales promesas de reducir las emisiones en sólo 3 gigatoneladas son peligrosamente insuficientes, y están muy lejos de mantener el aumento de la temperatura por debajo de dos grados Celsius (el nivel máximo para evitar una catástrofe climática mundial, según el PNUMA, pero excesivamente elevado según otros). Además, la redacción de esos compromisos no prevé responsabilidad alguna para los países a nivel internacional, y podría permitir un calentamiento de cinco grados, lo cual acarreará la desaparición de la vida tal como la conocemos. Los países ricos podrían incluso aumentar sus emisiones de aquí a 2020.
• Lo que intentan es evitar el sistema internacional acordado (el Protocolo de Kyoto), ya bastante débil de por sí, que los obliga a disminuir las emisiones. Canadá anunció su intención de unirse a Rusia y Japón en su decisión de no respetar la obligación legal de aceptar un segundo período de compromiso. Ahora, dichos países adhieren a la propuesta de Estados Unidos, que pretende considerar como promesas, y no como objetivos obligatorios, las reducciones de emisiones.
• Las falsas soluciones propuestas, como por ejemplo los mercados de carbono, han ganado terreno desde que Estados Unidos se negó a discutir sobre las fuentes de financiamiento para compromisos a largo plazo. Papúa Nueva Guinea propuso considerar nuevos mercados potenciales, llamados “carbono azul”, que incluirían los manglares pero también, eventualmente, el océano mismo, en los llamados créditos de carbono. El hecho de enfocarse en la ampliación de los mecanismos de mercado hacia nuevos sectores es una forma peligrosa de distraer la atención del verdadero tema de las negociaciones sobre el clima: la reducción de las emisiones.
La verdadera respuesta es reducir radicalmente las emisiones desde ya; las falsas soluciones son redituables para algunos, pero no hacen nada para evitar el cambio climático.
Artículo basado en informaciones suministradas por Asad Rehman, FoE Reino Unido, miembro de Climate Justice Now!, correo electrónico: asad.rehman@foe.co.uk