Papua Nueva Guinea: devolución de tierras tradicionales impide destrucción de bosques por madereo y plantaciones de palma aceitera

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Los propietarios de las tierras tradicionales de Maisin y Wanigela, en el área de Collingwood Bay en la Provincia Oro, tienen mucho para celebrar.

En mayo de 2002, el Tribunal Nacional de Waigani devolvió las tierras tradicionales que habían sido arrendadas al estado a comienzos de 1999, según un contrato de arriendo-retroarriendo con la Keoro Development Corporation, una compañía terrateniente local. El plan era despejar el área para dar lugar a plantaciones de palma aceitera. Las tierras en cuestión abarcaban 38.000 hectáreas de rico suelo volcánico con una extensa zona de bosque.

Los pobladores de Collingwood Bay consideraron ilegal el "arriendo" de sus tierras, por lo que decidieron hacer la prueba de iniciar un juicio para determinar si el imperio de la ley y la justicia puede ser ignorado por las empresas mineras, sus agentes e individuos corruptos a nivel de gobierno.

Según la mayoría de los propietarios de tierras, solamente unos pocos habían firmado el arriendo, sin consultar en forma adecuada a varios propietarios tradicionales de Collingwood Bay. La victoria judicial eliminó la amenaza del madereo y la conversión a monocultivos de árboles en tierras cuyos propietarios pueden desarrollar empresas comunitarias autogestionadas en pequeña escala sin destruir los bosques.

Este logro también representa un motivo de aliento para otros propietarios de tierras que enfrentan problemas similares para reclamar tierras que les fueron expropiadas sin su consentimiento, y para afirmar su derecho a participar en las discusiones sobre el uso de sus tierras. Por ejemplo, los propietarios de tierras de Kuinga-Aimbak en la provincia Occidental también están luchando para detener las operaciones madereras en su zona.

Hubo cuatro días de celebración, a la que concurrieron amigos de dentro y fuera de PNG que colaboraron con los propietarios de tierras en su larga batalla, como Greenpeace, Environmental Law Center y Conservation Melanesia. Los invitados recibieron una lluvia de obsequios de todos los poblados y fueron agasajados con una ceremonia tradicional con grasa de cerdo, como muestra de respeto y agradecimiento por su apoyo. "A diferencia de nuestros antecesores y ancestros que pelearon batallas con lanzas y palos, nosotros dimos esta batalla con papeles y lapiceras, porque nuestra tierra nos fue robada con papeles y lapiceras", afirmó un propietario de Collingwood Bay.

Aunque el resultado les fue favorable, esta prueba ha sido muy dura para los pobladores y ha significado cambios permanentes en sus vidas. Tuvieron que hacerse cargo de los onerosos costos del juicio y se vieron obligados a tomar decisiones que afectaron la seguridad y el bienestar de sus familias y que en mayor medida implicaron un riesgo para sus propias vidas.

Artículo basado en información obtenida de: "Landowners celebrate reclaimed land", Raymond Palangat, Conservation Melanesia, correo electrónico: momis@global.net.pg