La Federación de Rusia, ubicada en Europa del Este y Norte Asiático, es el país más grande del mundo en términos de superficie. Parte de esta área es considerada como “Territorios Naturales Especialmente Protegidos” (SPNT, por su sigla en inglés), una categoría establecida unos 100 años atrás. En la actualidad, estos territorios comprenden más de 13.000 sitios, abarcando alrededor del 11% del territorio ruso. Pero en el último par de años, el gobierno debilitó el régimen de protección en varios de estos territorios protegidos, a pesar de que la base legislativa para crearlos y mantenerlos todavía sigue intacta. El término ‘pueblos indígenas’ en Rusia se aplica únicamente a los pueblos con una población limitada (hasta 50.000). Según los registros oficiales, sólo 45 pueblos en Rusia están reconocidos como indígenas; 40 de ellos viven en el Norte, en Siberia y en el Lejano Oriente, sobre todo en la parte asiática del país. La mayoría de los bosques de la Rusia asiática están representados por árboles de coníferas (el abeto siberiano, el alerce siberiano, el pino siberiano y el pino escocés). A esos bosques se les conoce con el nombre ruso de ‘taiga’ y representan los bosques boreales. Cuando se cortan los bosques de taiga dominados por coníferas, éstos son reemplazados por los árboles de hoja caduca como el abedul y el álamo temblón. Los bosques dominados por coníferas sólo se regenerarán y se recuperarán de la dominación de los abedules y álamos, después de por lo menos 70 o 100 años de la tala, siempre y cuando no haya más disturbios en esos lugares.
Otra de las clasificaciones de la tierra muy utilizada en Rusia es la de “Territorios de Uso Tradicional de la Naturaleza” (TTUN, por su sigla en inglés). En 2001 se adoptó la Ley Federal sobre “Territorios de Uso Tradicional de la Naturaleza de los Pueblos Indígenas del Norte, de la Siberia y del Lejano Oriente de Rusia”. En su artículo 4, la Ley establece expresamente que uno de los objetivos de crear esa categoría es la “conservación de la diversidad biológica en los territorios de uso tradicional de la naturaleza”. Rusia es el único país del Ártico con ese tipo de legislación, la cual podría potencialmente proteger a esos territorios. Por desgracia, la legislación regional necesaria para implementar los TTUN ha recibido escasa atención. Las tierras asignadas a los pueblos indígenas eran consideradas principalmente como tierras para actividades económicas tradicionales centradas en la generación de ingresos (y no en cuestiones sociales o ambientales). En consecuencia, las leyes provinciales de varias regiones de Rusia a menudo no tienen reglamentaciones destinadas a proteger la diversidad biológica de estas zonas con la participación de los pueblos indígenas o, en algunos casos, donde sí se incluyen dichas reglamentaciones, éstas son demasiado débiles. Esto provocó rápidamente efectos negativos. Se entregaron numerosas tierras ‘ancestrales’ para la extracción industrial de recursos naturales, como el petróleo, gas, oro o diamantes.
Si se hubiera implementado la ley sobre los TTUN, ésta habría tenido la capacidad de proteger legalmente a la mayoría de los territorios indígenas en Rusia. Los objetivos de la ley son los de proteger el medio ambiente y los medios de subsistencia tradicionales de los pueblos indígenas, sus formas de utilizar los recursos naturales la protección de las relaciones sociales y culturales de los pueblos indígenas desarrolladas a lo largo de la historia, la protección íntegra de los objetos de herencia histórica y cultural y deben sostener la reproducción y la protección de la biodiversidad.
Las fronteras de cada TTUN deben ser determinadas por las autoridades estatales federales, regionales y locales. La Ley Federal sobre este tipo de territorios le otorga a los miembros y organizaciones indígenas de las comunidades locales una función explicita en el establecimiento de leyes o reglamentos adicionales para cada TTUN. A pesar de que las leyes que rigen el uso de los recursos en un TTUN deben estar acorde con las leyes de la Federación y de los gobiernos regionales, las reglamentaciones de estos territorios se deben basar en las tradiciones de las comunidades indígenas que los habitan. Las cláusulas parecen permitirle a cada comunidad el elegir entre un manejo comunitario de los recursos o una cogestión con los gobiernos regionales, en función de los acuerdos que puedan alcanzarse con esos gobiernos. Sin embargo, otros residentes, empresas y organizaciones también pueden hacer uso de un TTUN, siempre y cuando dicho uso esté permitido por la normativa de ese territorio en particular. La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de un TTUN no es concedida a los pueblos indígenas, pero éstos tienen el derecho de usufructo de las tierras dentro de estos territorios.
La aplicación de los TTUN ha sido tratada de manera diferente entre las regiones rusas. Por ejemplo, en 1992, en las regiones de Amur y Jabárovsk se establecieron los TTUN, para beneficiar a los pueblos indígenas Udege, Ulchi, Nanai y Orochi. La tentativa, sin embargo, no logró suspender los derechos de ocupación de los bosques concedidos a empresas madereras como Terneiles o Dallesprom, violando el derecho de los pueblos indígenas Udege, Ulchi, Nanai, y Orochi a utilizar los bosques. Esto ha resultado en mucho más deforestación y la violación de los derechos de los pueblos indígenas.
En la región de Primorskii, los TTUN se asignaron en papel pero no en la práctica. Después de la elección regional de Primorskii, la nueva autoridad decidió utilizar estos territorios, que tienen principalmente bosques de robles y de pino coreano, para actividades extractivas rentables. Algo similar ocurrió en la región occidental de Siberia. Se decidió asignar territorios ancestrales de los distritos autónomos de Yamalo-Nenetskii y Khanty-Mansiiskii, a empresas comerciales. Estas tierras ancestrales, que aún no están completamente demarcadas, son de gran interés para compañías petroleras y gasíferas.
Aún no se ha reflexionado lo suficiente en la legislación rusa sobre el papel que tienen los pueblos indígenas en la conservación de una amplia variedad de bosques y la biodiversidad. Su papel es escasamente comprendido. En este sentido, se requiere un conjunto de medidas nuevas para mejorar la legislación. Por ejemplo, preparar un programa de educación pública para los TTUN y reconocer el papel de los pueblos indígenas en la conservación de los bosques. También debería haber reglamentaciones para impedir el uso de la tierra para la minería y otras actividades extractivas en los Territorios de Uso Tradicional de la Naturaleza.
Los TTUN también deberían estar incluidos en la Ley Federal sobre “Áreas Naturales Especialmente Protegidas”. Asimismo, la Ley Federal sobre “Pericia Ecológica” (Evaluación de Impacto Ambiental en ruso) debería hacer agregados en relación a la necesidad de contar con experiencia etnológica en zonas habitadas por minorías indígenas. Las anteriores apelaciones de las comunidades indígenas para examinar la aplicación de los TTUN, demuestra su comprensión de los objetivos de conservación de la biodiversidad y su interés de cooperar en el campo de la protección de la naturaleza en los territorios de residencia tradicional y donde realizan sus actividades económicas.
Lamentablemente, los Territorios de Uso Tradicional de la Naturaleza no utilizan su potencial para juntar las actividades para la conservación de los bosques con la protección del estilo de vida tradicional de los pueblos indígenas. Si Rusia mejorara en la práctica la aplicación del concepto de los TTUN, sería un buen ejemplo para otros países en materia de protección de la biodiversidad natural y de las culturas tradicionales de los pueblos indígenas.
Andrey Laletin, Siberian Forests, laletin3@gmail.com