Durante la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Bali, Indonesia, en diciembre de 2007, varios grupos y movimientos sociales acordaron establecer una coalición llamada Climate Justice Now! (¡Justicia Climática Ahora!) para mejorar el intercambio de información y la cooperación entre sí y con otros grupos con el fin de intensificar las acciones para impedir el cambio climático y poder responder al mismo.
Entre los miembros de la coalición se cuentan Carbon Trade Watch, Transnational Institute, Center for Environmental Concerns, Focus on the Global South, Freedom from Debt Coalition (Filipinas), Amigos de la Tierra Internacional, gender cc - mujeres por la justicia climática, Coalición Mundial por los Bosques, Global Justice Ecology Project, International Forum on Globalization, Kalikasan-Peoples Network for the Environment (Kalikasan-PNE), La Vía Campesina, integrantes del Grupo de Durban por la Justicia Climática, Oilwatch, Coalición de los Pueblos Indígenas del Pacífico por el Medio Ambiente (Aotearoa/Nueva Zelanda), Sustainable Energy and Economy Network, Red Ambiental Indígena, Red del Tercer Mundo, WALHI/ Amigos de la Tierra Indonesia, Movimiento Mundial por los Bosques.
El 14 de diciembre la coalición emitió la siguiente declaración:
“Durante la Conferencia sobre el Clima de la ONU, activistas de organizaciones y movimientos sociales de todo el mundo llevaron la lucha por la justicia social, ecológica y de género a las salas de negociaciones y a las calles de Bali.
Tanto dentro como fuera del centro de convenciones, los activistas reivindicaron políticas y prácticas que protejan los medios de vida y el entorno.
En decenas de actos paralelos, informes, protestas espontáneas y ruedas de prensa se han presentado las falsas soluciones al cambio climático, como la compensación de emisiones, el comercio de emisiones para los bosques, los agrocombustibles, la liberalización comercial y la privatización, defendidas por gobiernos, organismos financieros y empresas multinacionales.
Las comunidades afectadas, pueblos indígenas, mujeres y campesinos exigieron soluciones reales a la crisis climática, soluciones que no han captado la atención de los dirigentes políticos. Entre estas verdaderas soluciones, cabe destacar:
* reducción del consumo.
* importantes transferencias económicas del Norte al Sur "por su responsabilidad histórica y deuda ecológica" para pagar los costes de adaptación y mitigación, transferencias que se obtendrían desviando los presupuestos militares, con nuevos impuestos y con la cancelación de la deuda.
* dejar los combustibles fósiles bajo tierra e invertir en la eficiencia energética y en energías renovables, seguras, limpias y dirigidas por las comunidades.
* una conservación de los recursos que se base en los derechos, que haga valer los derechos territoriales indígenas y promueva la soberanía popular sobre la energía, los bosques, la tierra y el agua.
* agricultura familiar sostenible y soberanía alimentaria de los pueblos.
En las negociaciones, los países ricos e industrializados han ejercido una presión injustificable sobre los gobiernos del Sur para que se comprometan a reducir sus emisiones. Al mismo tiempo se han negado a cumplir con sus obligaciones legales y morales de reducir drásticamente las emisiones y respaldar las iniciativas de los países en desarrollo para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos. De nuevo, se está obligando a la mayoría del mundo a pagar por los excesos de la minoría.
Comparado con los resultados de las negociaciones oficiales, el principal éxito de Bali está en el impulso que se ha generado en torno al movimiento mundial por la justicia climática.
Y seguiremos con nuestra lucha no sólo en las negociaciones, sino también sobre el terreno y en las calles: ¡justicia climática ya!”