Victoria de pueblos locales sobre plantaciones corporativas

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“La ciudad brasilera de Vitória debe su nombre a la “victoria” de los colonizadores portugueses contra los originales habitantes indígenas de dichas tierras. Hoy en día, el mismo nombre tiene un significado totalmente diferente. Los pueblos indígenas Tupinikim y Guaraní han retomado las tierras que les fueron robadas por Aracruz Celulose, la gigantesca empresa productora de celulosa. Otras comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil se han unido a ellos en la lucha contra esta empresa y sus fábricas, y han logrado debilitar su poder. De esta forma, se han transformado en un símbolo de victoria para pueblos de todo el mundo que están luchando contra empresas similares”.

Lo anterior es el primer párrafo de la “Declaración de Vitoria” (véase el texto completo en este boletín), emitida el 24 de noviembre por representantes de organizaciones de África, Asia, América Latina, Europa y Estados Unidos que participaron de la Reunión Internacional sobre Plantaciones organizada por el WRM, FASE-Espírito Santo y Global Justice Ecology Project.

El significado simbólico de la victoria de dos comunidades indígenas “débiles” sobre una empresa “poderosa” fue decisivo al elegir la ciudad de Vitoria para realizar esta reunión, que hizo converger a personas del mundo entero que luchan por los derechos de las comunidades locales contra el poderío de corporaciones similares.

Más importante aun, la reunión se propuso identificar los motivos de ésta y otras victorias, como forma de fortalecer la campaña mundial contra los monocultivos de árboles a gran escala.

Además de aprender de la experiencia de la lucha en Brasil, l@s participantes compartieron las conclusiones de varios estudios del caso de diferentes tipos de plantaciones en Sudáfrica, Uganda, Ecuador, Chile, Camboya e Indonesia (resumidos en los respectivos artículos de este boletín).

En la reunión también se discutieron extensamente las estrategias para enfrentar la nueva amenaza planteada por los árboles genéticamente modificados, que podría terminar resultando en la utilización de esos árboles en las plantaciones industriales (véase el artículo correspondiente). También se trataron otros temas como las plantaciones como sumideros de carbono, las campañas sobre el consumo de papel en el Norte, la certificación y los enfoques alternativos para el uso comunitario de los bosques.

Lo que es incluso más importante, l@s participantes pudieron interactuar directamente con residentes locales que luchan contra las plantaciones, incluyendo una visita de campo a los pueblos indígenas Tupinikim y Guaraní en sus tierras recuperadas y a un campamento del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, en lucha para acceder a tierras actualmente ocupadas por Aracruz Cellulose (véase el artículo sobre Brasil). Tras haber sufrido el horrible hedor de la enorme fábrica de pulpa de Aracruz Celulose, estas visitas nos dieron una esperanza real de que, como declara el Foro Social Mundial, otro mundo es posible. Ese nuevo mundo posible está creciendo en el lugar menos esperado: detrás de las interminables y monótonas filas de eucaliptos de las plantaciones.

Por supuesto que la victoria de los pueblos locales sobre las plantaciones corporativas no es fácil, pero el ejemplo de Vitoria demuestra que es posible. Puede llevar años, como ocurrió en este caso, pero si se tiene la determinación suficiente la victoria puede ser de la gente, como ocurrió en este caso.