El distrito de Garwula, en el condado de Grand Cape Mount, es una de las zonas afectadas por el contrato de arriendo por 63 años firmado por Sime Darby, el gigante malayo productor de palma aceitera, y el gobierno de Liberia en 2009. Cuando la compañía estableció grandes plantaciones de palma aceitera para exportación, los medios de vida de los residentes se vieron alterados y las mujeres debieron hacer frente a numerosas dificultades.
El informe “Uncertain Futures. The impacts of Sime Darby on communities” (Futuros inciertos. Impactos de Sime Darby sobre las comunidades) (1), producido por el Instituto de Desarrollo Sostenible (SDI) y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM), también mencionado en otro artículo de este boletín, revela en detalle que las plantaciones industriales de palma aceitera afectan a las mujeres de manera diferenciada.
Basado en trabajo de campo, el informe muestra cómo las mujeres del distrito de Garwula solían alimentar a sus familias plantando, en una misma parcela, arroz, maíz, mandioca y una variedad de legumbres, como papas, pepinos y muchas otras. Podían así contar siempre con alimentos porque, mientras crecía el arroz, la familia cosechaba otros productos que crecen en menos tiempo, como maíz, pepino y otros vegetales.
Las mujeres trabajaban junto a sus maridos y demás miembros de la familia, y el excedente se vendía en el mercado local o en la capital, Monrovia. Este método no sólo les permitía disponer de alimentos para su familia sino que también les generaba un pequeño ingreso que les permitía subsistir hasta el momento de las cosechas importantes.
El informe dice que “los meses de diciembre a marzo son mayormente soleados y secos en Liberia. En esa época del año, hay una relativa abundancia de alimentos en la mayoría de las aldeas. Pero sobre todo, también es un momento de valor estratégico para las mujeres, el tiempo ideal para procesar la mandioca y elaborar gari para la venta y el consumo interno. El gari es un derivado de la mandioca parecido a un cereal, que se come en toda Liberia. Es muy fácil de preparar, y puede ser consumido de muchas maneras. Las mujeres de la zona instalan pequeñas empresas de procesamiento y venta de gari. Tienen fama de producir un gari de buena calidad, y los consumidores aprecian sus productos. Ésta era una fuente de ingresos importante, sobre todo para las mujeres”.
No sólo la agricultura ha sido particularmente importante para las mujeres, también lo era el bosque porque, con los productos que allí recolectaban, podían hacer una variedad de objetos, como redes y cestas de pesca, de gran importancia en aldeas que dependen de la pesca como principal fuente de proteínas. La venta del excedente de pescado también aportaba un pequeño ingreso a la familia.
Pero llegó Sime Darby y se apoderó de las chacras y los bosques, e incluso de sitios sagrados, para plantar palma aceitera. Además de perder su soberanía alimentaria, las mujeres perdieron sus fuentes de ingresos, que les daban autonomía y dignidad.
“En nuestro país, nosotras las mujeres ayudamos a nuestros esposos. Si se tienen hijos que van a la escuela, los maridos no pueden cubrir todas las necesidades de la familia. Pero si las mujeres tienen algún negocio, pueden ayudar a sus maridos. Cuando el marido hace la chacra y una planta mandioca, puede hacer gari y luego ir a Monrovia y venderlo. Puede hacer eso y ayudar a mantener a la familia. Una puede comprar su propia ropa y pagar parte de los gastos de escuela de los niños. Ahora que la compañía destruyó todo, tienen que dar dinero a las mujeres para que ellas puedan poner algún negocio.”
Cuando, en noviembre de 2012, bajo el eslogan “Nuestro futuro es ahora”, más de 150 personas de comunidades ubicadas en las zonas de concesiones de palma aceitera de Liberia se reunieron para discutir sobre la expansión de las plantaciones de palma aceitera para exportación y sobre los impactos de dicha expansión sobre sus medios de vida (ver Boletín Nº 185 del WRM), las comunidades del condado de Cape Mount ya afectadas por las plantaciones de palma aceitera de Sime Darby pudieron intercambiar información con comunidades de otros tres condados de la concesión, que aún no se han visto afectadas.
Las mujeres afectadas por Sime Darby pudieron decir lo que pensaban y alertar sobre la expansión de las plantaciones industriales de palma aceitera.
Entrevistada por el WRM, Ethel Wion, presidenta de la Red Unión de Agricultores de Liberia, manifestó:
“Pienso que el acuerdo de concesión [de Sime Darby con el gobierno nigeriano] viola los derechos constitucionales de nuestros ciudadanos, especialmente los de las mujeres cuya ocupación es la agricultura, que viven de la tierra, de la pesca en los ríos, y que consiguen carne en el bosque.
Todas las promesas que figuran en el acuerdo de concesión son irreales. No hay forma de que podamos proteger el bosque si la concesión viene y reclama la tierra. Van a destruir la tierra, van a destruir las aguas, e incluso los animales que viven en el bosque van a ser destruidos.
Dado que el 90% de la población vive de la agricultura, la cantidad de tierra requerida [para la concesión] es demasiada, y la tenencia es demasiado larga, así que pienso que el acuerdo de concesión nos va a afectar enormemente.
Liberia tiene un programa de seguridad alimentaria, dicen que quieren reducir la pobreza. ¿Pero cómo se puede reducir la pobreza si nos sacan la tierra que supuestamente debemos utilizar para producir alimentos y lograr seguridad alimentaria? ¿Cómo conciliar la seguridad alimentaria y la cantidad de tierra que está siendo cedida a la compañía concesionaria?
Algunas de las mujeres están molestas porque, en el pasado, todas ellas vivían de la agricultura, pero ahora encuentran que no están ganando nada. No hay camino hacia el mercado, no hay mercado para lo que ellas producen, y están viviendo de la agricultura de subsistencia, que sólo les da para comer. En algunos casos uno se da cuenta que terminan diciendo “Hay que abandonar la tierra. ¿Qué conseguimos trabajándola?”
Por eso, como representante del comité campesino, pienso que hay que buscar la forma de que las mujeres puedan cultivar alimentos, proveerles mercados, poner a su alcance préstamos y subvenciones, para que puedan hablar por sí mismas, porque cuando se tiene hambre, se pueden cometer errores.
Es hora de asegurar nuestro futuro. Necesitamos nuestra tierra porque sin ella no podremos plantar alimentos; sin alimentos no habrá paz; sin paz volveremos a los 50 años de guerra civil. Nuestros hijos serán usados, golpeados y maltratados, habrá muchos robos en las ciudades, las jóvenes se convertirán en prostitutas. Si no podemos desarrollar a la mayoría de la gente, la nación no se desarrollará. Por eso el comité campesino dice NO. [La palma aceitera industrial] no nos interesa, porque somos agricultores y vivimos de la tierra.”
(1) "Uncertain Futures. The impacts of Sime Darby on communities in Liberia", por Silas Kpanan Ayoung Siakor, setiembre 2012, publicado por el Instituto de Desarrollo Sostenible y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales,http://www.wrm.org.uy/plantations/21_set/2012/Liberia.html