Al finalizar la UNFF1 (primera sesión del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques) en junio de 2001, las ONG y las Organizaciones de Pueblos Indígenas (OPI) decidieron que la prueba real para el UNFF sería en 2002, cuando el nuevo Foro abordaría temas importantes en vez de cuestiones operativas y de proceso. Llegóel momento y se realizó la UNFF2. Sin embargo, después de dos semanas de escuchar declaraciones retóricas de delegados gubernamentales y los puntos muertos habituales sobre comercio y una Convención sobre Bosques, las organizaciones de la sociedad civil y los pueblos indígenas están totalmente desilusionados y tienen escasas expectativas de que el Foro avance más allá del diálogo estancado y polarizado que obstaculizó el propósito del proceso del anterior Foro Intergubernamental sobre Bosques.
Las ONG y las OPI también se vieron profundamente decepcionadas por el "Diálogo de Todas las Partes Interesadas" que se sostuvo en forma paralela a la reunión. Antes del UNFF2, las ONG se habían ofrecido voluntariamente a promover un proceso verdaderamente participativo y habían solicitado la co-presidencia de un representante de los "Grupos principales" para asegurar que los temas planteados por las ONG y las OPI fueran tratados en el plenario. La sugerencia fue rechazada y la aburrida reunión posterior estimuló muy poco un debate real. El informe resultante del Presidente de Mesa omitiócualquier mención a los temas principales planteados por las ONG y las OPI, tal como lo habían temido. Los compromisos sobre la participación de Grupos principales efectuados en Río han mostrado no tener valor alguno.
Al final de esta sesión, el UNFF no produjo nada nuevo o concreto y su único resultado (el mensaje ministerial a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable) es débil. Las ONG y las OPI opinan que la declaración ministerial simplemente "no es digna de una cumbre mundial". Por otra parte, fue la negociación de ese mensaje la que enredó toda la reunión, con los gobiernos regateando y diluyendo su contenido hasta el día anterior a la Sesión Ministerial. Lamentablemente, el menor denominador común rigió las decisiones, y la declaración no contiene ningún punto importante y se limita a repetir los compromisos gubernamentales adoptados hace diez años en Río. ¿La declaración ni siquiera menciona la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes de la deforestación y la degradación de los bosques!
Además, el mensaje contiene elementos preocupantes que pueden implicar malas noticias para los pueblos que habitan en los bosques. Se resalta la necesidad de aumentar la "aplicación" de las leyes forestales y de áreas protegidas sin ninguna nota de advertencia, a pesar de la preocupación reiteradamente planteada de que a menudo las leyes no reconocen los derechos de los pobladores locales y que en consecuencia, estas declaraciones deben incluir elementos que garanticen que las leyes sean consistentes con el respeto a los derechos humanos de los pobladores locales.
Algunas de las discusiones fueron grotescas. A cierta altura de la reunión, Nueva Zelanda afirmó que talar bosques para establecer plantaciones no se debía interpretar como "deforestación" o "conversión forestal", !y que la afirmación en el documento del Secretario General, que informa que la mitad del número total de plantaciones se estableció a expensas de bosques, no era objetiva! Afortunadamente, la intervención fue rechazada categóricamente por el presidente y por la mayoría de los delegados (las ONG estuvieron a punto de abandonar la reunión hasta que se aseguraron de que esa intervención ridícula y vergonzosa fuera rechazada). Finalmente, el texto aprobado al menos enfatiza que las plantaciones no deben ser establecidas a expensas de los bosques y de la biodiversidad, y que la restauración de los bosques debe tomar en consideración los derechos a la tenencia de la tierra y a los recursos. !Esos son casi los únicos puntos positivos en todo el conjunto de documentos!
Todas las ONG y las OPI están de acuerdo en que la segunda sesión fue un fracaso deprimente porque la discusión careció de centro y los delegados volvieron a caer en el antiguo vicio de negociar texto, en vez de plantear compromisos orientados a acciones prácticas para promover la instrumentación de acuerdos internacionales sobre los bosques y los pueblos que habitan en ellos.
Las ONG y las OPI están tan decepcionadas con el UNFF2 que enfrentan un dilema respecto de futuros compromisos con este Foro retrógrado. Todas las ONG volverán y consultarán con sus organizaciones de base sobre estrategia y la relación costo/beneficio de seguir gastando tiempo y dinero en el UNFF. Si algunas deciden seguir participando, queda claro que lo harán bajo la estricta condición de que las cosas deben cambiar en forma radical.
Es tiempo de que el UNFF despierte y avance al ritmo de los tiempos que corren, si es que quiere tener algo de credibilidad. Este Foro debe tomar conciencia de que su mandato es producir acciones que protejan los amenazados bosques del planeta. Si esto no sucede, entonces será el UNFF el que desaparecerá en el olvido.
Artículo basado en información obtenida de: Informe Preliminar del Programa de Pueblos de los Bosques en la UNFF 2, Nueva York, 15 de marzo de 2002.