La mayoría de las personas que comen camarón no son conscientes de donde proviene ni saben los impactos que implica su producción. La mayoría del camarón comercial se pesca usando métodos destructivos, o se produce en estanques industriales que constituyen una de las causas principales de destrucción de los manglares.
Según cifras de la FAO, el 50% de las reservas de pesca del mundo ya están casi agotadas. Jacques Diouf, Director general de la FAO, acaba de alertar a los delegados de más de 70 países en una conferencia realizada recientemente en Islandia que los océanos están siendo sobreexplotados y que resulta urgente garantizar su uso sustentable. Según los datos de la FAO, en 1950 la producción total de pescado fue de 19 millones de toneladas. Cincuenta años después, una cantidad apenas mayor (20 millones de toneladas) se desperdició en el proceso de producir un total de 130 millones de toneladas.
Los camaroneros de arrastre están entre los barcos pesqueros más derrochadores del mundo: producen menos del 2 % de la producción mundial de frutos del mar, pero son responsables de un tercio de la captura incidental de peces que luego se desechan. Se destruyen y descartan hasta 14 libras de pescado y otras formas de vida marina por cada libra de camarón que se cosecha. Los barcos camaroneros matan más tortugas que todos los medios humanos combinados en las aguas de EE.UU. que todos los demás sistemas de captura combinados.
Esta destrucción innecesaria no es mucho mejor en el caso de la cría industrial de camarón. Los estanques de acuicultura de camarón están ubicados en las áreas biológicamente más productivas y subvaluadas de la tierra: estuarios costeros, bosques de manglares y humedales, donde el camarón crece naturalmente. La construcción de estanques comienza por la tala de los bosques de manglares y por la excavación de estanques protegidos por un dique. Después son llenados de post-larvas, provenientes en su mayoría de criaderos y viveros con densidades de siembra altas. Para forzar al camarón a alimentarse continuamente, el estanque permanece iluminado toda la noche. Es alimentado con póldoras de proteínas y con complementos alimenticios artificiales. Para evitar enfermedades, se agregan también varios insumos químicos tales como antibióticos, plaguicidas y detergentes. El bombeo de cambio de agua para eliminar residuos y oxigenarla es esencial para adecuarse a la alta densidad de siembra. Esto produce como resultado la acumulación de desechos y la degradación de los ecosistemas circundantes, que conduce a problemas graves e irreversibles.
A corto plazo, la producción industrial intensiva de camarón es altamente rentable para las compañías. Sin embargo, es claramente poco rentable para las comunidades que viven en las zonas donde se establecen los estanques, e implica importantes perdidas ambientales y económicas para los pobladores locales.
Este sistema destructivo y contaminante se puede evitar. La acuicultura no siempre produjo este tipo de daño ambiental. De hecho, la integración del cultivo de peces y de arroz ha sido la columna vertebral de la agricultura tradicional de Asia durante siglos. Este sistema tradicional ofrece un potencial enorme para la seguridad alimentaria local y la nutrición familiar. También permite aprovechar los servicios que brindan los ecosistemas costeros como filtración y purificación del agua, favorecimiento de los ciclos de los nutrientes, eliminación de sustancias contaminantes y protección de la tierra de las tormentas costeras y el clima extremo. Un estudio del manglar de Matang en Malasia revelo que solamente su valor para la protección costera superaba el valor de las granjas camaroneras en un 170 por ciento.
La silvopesca, un concepto de manejo de recursos costeros muy antiguo, podría resultar de gran valor como forma de manejo alternativo. La silvopesca es una forma de acuicultura sustentable con insumos bajos para el cultivo integrado de árboles de manglar con acuicultura de agua salobre. Este enfoque integrado de la conservación y utilización de los recursos de los manglares permite mantener un nivel relativamente alto de integridad en la zona del manglar, al mismo tiempo que capitaliza los beneficios económicos de la acuicultura de agua salobre.
Pero es importante destacar que no estamos ante un problema técnico, y que básicamente hay dos formas de producir camarón. Una se basa en la apropiación y destrucción de zonas de manglares, la contaminación de esas mismas zonas y otras vecinas, y un alto grado de ganancia para las empresas a costa de las tierras y el sustento de las poblaciones locales. El otro enfoque apunta al uso sustentable de los recursos naturales (uno de los cuales es el camarón) en beneficio de las comunidades locales. Si los conceptos de protección ambiental y progreso social tienen algún significado, este segundo sistema va claramente por el camino correcto.
Artículo basado en información obtenida de: ISA Net Report. Prawn to Trade Prawn to Consume
Sustainable Development Alternatives for Mangrove Forests, Mangrove Action Project, http://www.earthisland.org/map/sstal.htm ;
Rocking the boat: Conserving Fisheries and Protecting Jobs by Anne Platt McGinn, Worldwatch Paper 142, junio de 1998, Worldwatch Institute;
Noticias, 2 de octubre de 2001, Biodiversidad en América Latina.