Durante la década de 1950, cuando el país se encontraba todavía bajo el dominio francés, en Camerún se llevaron a cabo una serie de programas de plantaciones forestales, aduciendo la finalidad de contrarrestar el proceso de destrucción que afectaba a sus ricas selvas. Como consecuencia se instalaron unas 40.000 hectáreas de plantaciones en un lapso de 50 años, 25.000 de las cuales en zonas que habían estado ocupadas por una densa selva y las restantes 15.000 hectáreas en zona de sabana. Para la reforestación de las zonas selváticas se utilizaron especies indígenas, como dibetou, okumé, ilomba e iroko, mientras que en la sabana se usaron nativas y exóticas, entre las cuales eucalipto y acacia.
Si bien la intención de las autoridades era restaurar "el bosque natural" de hecho tales plantaciones no constituyeron una solución, sino que provocaron impactos negativos.
La principal razón de este fracaso es que una plantación de una o dos especies --aunque sean nativas-- no es un bosque, ya que carece de la biodiversidad y complejidad que éste tiene. El bosque es producto de un largo proceso de coevolución entre sus distintos componentes --incluídos los seres humanos-- y de las condiciones ecológicas del sitio. La recuperación de la selva húmeda en la zona tropical resulta ser una tarea muy difícil y con resultados inciertos, dado que las condiciones originales no pueden ser recreadas artificialmente en forma súbita.
La forestación con eucalipto no ha hecho sino empeorar las cosas. Los eucaliptos plantados por la Oficina Nacional para la Regeneración Forestal --¡cómo si se pudiera "regenerar" los bosques plantando eucalipto!-- en los últimos dos años, provocaron acidificación del suelo junto a una drástica caída de la población de peces en los ríos próximos a las plantaciones. Asimismo han aumentado el riesgo de incendios en la sabana y son considerados responsables de la creciente ocurrencia de graves inundaciones.
Dado que en Camerún el estado se declara propietario de todos los árboles, las plantaciones han generado conflictos por tenencia de la tierra entre el gobierno y las comunidades locales. Además han causado otros problemas, como en el caso de la región norteña del Sahel, donde los campesinos se quejan de que los pájaros y otros animales que se refugian en las plantaciones han devastado sus cosechas, provocándoles hambre y miseria. Se teme que si la Convención sobre Cambio Climático acepta a las plantaciones como sumideros de carbono estos proyectos se verán estimulados y se implementarán otros por el estilo, aumentando de esta manera el nivel de impactos negativos sobre la gente y el ambiente.
Para frenar el proceso de deforestación y degradación de los bosques en Camerún deberían abordarse y superarse las verdaderas causas del problema, entre las cuales las actividades depredatorias de las empresas madereras y las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, que promueven la explotación de la madera para aumentar los ingresos del país por concepto de exportaciones (ver Boletín 28 del WRM). Las plantaciones no son la solución --ya que no son bosques-- y no harán sino agravar el problema.
Artículo basado en información obtendida de: "Tree Plantations in Cameroon: A Glance at the Possible Negative Impacts" por CED/Foe Cameroon, En: "Tree Trouble". A compilation of Testimonies on the Negative Impacts of Large-Scale Monoculture Tree Plantations prepared for the Sixth Conference of the Parties of the UNFCCC. Friends of the Earth International-World Rainforest Movement-Fern.