Los gobiernos del Sur son en última instancia los responsables de la adopción del modelo de plantaciones y de su implementación a nivel nacional y local. Aún cuando la idea de promover las plantaciones provenga de actores externos (el Banco Mundial, las consultoras, las agencias de ayuda, etc.), son los gobiernos del Sur quienes deben allanar el camino para hacer posible su implementación. La primera medida generalmente consiste en realizar estudios de viabilidad -con dinero proveniente de fondos internacionales o de agencias bilaterales de ayuda- que tienen por finalidad justificar ese desarrollo. Un segundo y crucial elemento es la adopción de una legislación que promueve las plantaciones, la cual básicamente incluye incentivos directos e indirectos para hacer que la actividad sea rentable para las empresas. Estos incentivos, junto a los dados por el bajo precio de la tierra, bajos salarios, normas ambientales débiles, rápido crecimiento de los árboles y un ambiente propicio para las inversiones por parte de empresas nacionales y transnacionales, constituyen los fundamentos para el desarrollo de las plantaciones.
Los Departamentos Forestales son las agencias estatales encargadas de implementar estas políticas, administrando los fondos y controlando las plantaciones a campo. Asimismo, realizan la investigación necesaria como apoyo técnico al modelo. También divulgan información y propaganda para mostrar los "beneficios" del mismo y están en la avanzada para contrarrestar las críticas provenientes de organizaciones ambientales y sociales.
En muchos casos la participación de los gobiernos en el proceso es mucho más brutal. Se moviliza a la policía y al ejército para reprimir a las comunidades locales y los pueblos indígenas cuando éstos se resisten a la migración forzada y a la ocupación de sus tierras por parte de las compañías forestales, o se oponen a la contaminación provocada por las fábricas de pulpa.
Es importante destacar que los gobiernos del Sur no actúan solos. Una serie de otros importantes actores nacionales e internacionales trabajan activamente para convencer al gobierno para que adopte el modelo de plantaciones. En tanto es muy importante reconocer este hecho, es a la vez igualmente importante darse cuenta del triste papel que están haciendo los gobiernos del Sur al respecto, y de que los cambios políticos necesarios para frenar a las plantaciones deberán en última instancia ser aprobados por los propios gobiernos. Hay entonces mucho por hacer para influenciar a los gobiernos a distintos niveles.
SU PARTICIPACION ES VITAL:
- Oponerse en todos los niveles al modelo de plantaciones en gran escala
- Promover cambios en la legislación y la política actuales, que promueven las plantaciones
- Oponerse a la aprobación de normas que promuevan las plantaciones
- Exigir al gobierno que realice evaluaciones de impacto social y ambiental de las plantaciones a nivel de cuenca hidrográfica
- Identificar y promover iniciativas exitosas de manejo forestal comunitario, como alternativas a este tipo de plantaciones