Costa Rica: no todo lo que brilla es oro

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Teniendo en cuenta los elevados guarismos de sus indicadores de Desarrollo Humano, Costa Rica puede ser considerado un país excepcional en la región centroamericana. Este ha asumido también una posición de liderazgo en los foros ambientales a nivel internacional. En el pasado mes de enero, el Gobierno de Costa Rica ofició de anfitrión del Taller Global sobre Causas Subyacentes de la Deforestación y la Degradación de los Bosques. Sin embargo –como surge del artículo anterior y del presente- no todo lo que brilla . . .

Según lo dispuesto por la Ley Forestal 7575/1996 Costa Rica pagará a los dueños de bosques y de plantaciones forestales por sus “servicios ambientales” en cuanto a conservación de la biodiversidad, regulación hídrica, sumideros de carbono, conservación del paisaje, etc. Los costos serán solventados utilizando una tercera parte de los ingresos resultantes de una tasa del 5% aplicada a los combustibles, y de proyectos de Implementación Conjunta, siendo los fondos administrados por FONAFIFO (Fondo Nacional para el Fomento y la Inversión Forestal. No obstante, hasta el presente se ha destinado al pago de servicios ambientales una suma mucho menor que la prevista.

El estado ha promovido tradicionalmente la “reforestación” exclusivamente en base a monocultivos utilizando un reducido número de especies -en su mayoría exóticas- fundamentalmente gmelina, teca, pochote (Bombacapsis), pino y ciprés. La tasa de forestación entre 1988 y 1995 alcanzó las 10.547 hectáreas anuales. Al mismo tiempo se han talado extensas áreas de bosque primario, para dar lugar a plantaciones forestales, así como de banana y ananá (piña). Son los monocultivos –no los bosques- los que captan la mayor parte de los fondos manejados por FONAFIFO.

ONGs ambientalistas y académicos de Costa Rica están preocupados por la situación. En noviembre de 1998 la Comisión Nacional por la Conservación de la Lapa Verde, integrada por AECO (Asociación Ecologista Costarricense) , denunció la tala de una vasta zona de bosques –incluyendo árboles frutales- en la región norte del país, para ocuparla con monocultivos de gmelina. AECO propone una alternativa, que consiste en la forestación con mezcla de especies. El programa, que está dirigido a pequeños campesinos, será implementado durante este año y recibirá apoyo financiero por servicios ambientales.

Fuentes: Javier Baltodano, AECO-Amigos de la Tierra, Costa Rica, Febrero de 1999; Segura, Olman et al. (ed.), Políticas forestales en Centro América: análisis de las restricciones para el desarrollo del sector forestal, IICA-Holanda, El Salvador, 1997.