Durante años organizaciones ambientalistas y de Derechos Humanos han criticado duramente a Freeport –una gigantesca compañía minera, con base en EE.UU.- debido a sus actividades contaminantes durante la extracción de cobre y oro en Irian Jaya (Indonesia) y en Bougainville y Ok Tedi (Papua Nueva Guinea). La empresa se vio también envuelta en casos de violencia en perjuicio de campesinos Ekari, con la complicidad de las autoridades (ver Boletines del WRM nros. 7 y 8).
Ahora los clientes holandeses del Banco ABN Amro se han sumado a las protestas mediante la firma de una petición que cuestiona las actividades mineras de Freeport en Indonesia, las cuales son parcialmente financiadas por dicha institución financiera. La organización ambientalista Milieudefensie presentó la petición al Gerente del banco, solicitándole que ABN, que es uno de los 40 financiadores de la operación, ejerza su influencia frente a la compañía estadounidense para que trabaje de una manera “limpia y honesta”.
El banco reaccionó positivamente y convocó a Freeport para alcanzar un acuerdo con organizaciones ambientalistas y los pueblos indígenas de la provincia indonesia de Irian Jaya, donde se encuentran las minas, con el fin de que se realice un evaluación independiente del impacto de las operaciones de Freeport. Herman Mulder, Director General para préstamos internacional del ABN, manifestó que durante 1999 la empresa llevará adelante un estudio independiente de los impactos ambientales y sociales de sus actividades de explotación minera.
Fuente: Dow Jones News Service, 17/12/98.