Estadísticas correspondientes al año 1997 mostraban que la deforestación en Costa Rica alcanzaba las 16.400 hectáreas anuales, en tanto la tasa de reforestación llegaba a las 12.600 hectáreas. Estas cifras podrían inducirnos a pensar que ese país tiene sólo un balance ligeramente negativo en cuanto a cobertura forestal año a año. Sin embargo es necesario subrayar que la mencionada "reforestación" se basa en monocultivos de especies exóticas -como gmelina, teca y pino- y en el crecimiento del bosque secundario, en tanto los bosques primarios siguen desapareciendo. Recientemente la situación denunciada respecto de la selva de la Península de Osa ha llamado la atención pública internacional debido a la represión de que fueran objeto los ambientalistas que están luchando para protegerla (ver Boletín del WRM nro. 20).
En esta península se encuentran los bosques remanentes del Pacífico costarricense, cuya complejidad y riqueza en biodiversidad -según un estudio publicado recientemente por la Fundación Neotrópica- es semejante a la de la selva amazónica o la de las selvas tropicales de Africa y Asia. En Osa han sido descritas 1.513 especies vegetales, algunas de ellas endémicas y entre las que se cuentan 500 especies forestales. Solamente en el Parque Nacional Corcovado hay 124 especies de mamíferos y 375 especies de aves. Los bosques constituyen el sustento del delicado balance ecosistémico. El madereo está prohibido en los Parques Nacionales Corcovado y Piedras Blancas, pero está permitido en las Reservas Forestales de Golfo Dulce y Manglares de Sierpe-Torraba a través de concesiones especiales otorgadas por el gobierno tras la presentación de un plan de manejo. Organizaciones ambientalistas han denunciado reiteradamente irregularidades registradas en estas áreas. Otro serio problema que afecta a la Península de Osa es la situación de 6.000 pequeños campesinos que, dada su precaria situación económica, están muy expuestos a aceptar ofertas de compañías madereras para la tala de la selva.
En el marco de la campaña para la defensa de los bosques de la Península de Osa, los ambientalistas han reclamado al Ministerio de Medio Ambiente que realice una auditoría de los planes de manejo de las compañías madereras actualmente en ejecución. Asimismo una organización local de Osa está solicitando a las autoridades que suspendan los Permisos nros. 781 y 1.043, dado que el Río Agujitas, que suministra agua a los agricultores locales y a los hoteles de la zona, se vería negativamente afectado por estos proyectos. Por otra parte existe riesgo de erosión de suelos, dado que los bosques a ser cortados ocupan una pendiente pronunciada. Como parte de la campaña que se viene desarrollando a nivel local, se está realizando un monitoreo de los planes en ejecución, prestando especial atención a la detección de eventuales irregularidades.
Fuentes: JUPA (Juventud y Participación), 15/3/99; Nefer Muñoz, IPS, 22/3/99.