ONGs finlandesas e indonesias han denunciado en reiteradas ocasiones que APRIL (Asia Pacific Resources International Holdings Ltd.), compañía con sede central en Singapur y socia de UPM-Kymmene, viola los derechos humanos y provoca severos problemas ambientales en Indonesia. La empresa ha convertido bosques tropicales en monocultivos forestales, que alimentan sus fábricas de pulpa. Las ONGs reclaman que dicho proyecto sea abandonado (ver Boletines del WRM nros. 6 y 8).
Cuatro representantes del grupo de derechos humanos del parlamento finlandés visitaron recientemente la fábrica de pulpa de APRIL en la Provincia de Riau, a efectos de evaluar la situación in situ. Si bien todos los parlamentarios se encontraban en el mismo lugar, no todos vieron lo mismo . . . En tanto los representantes de los Verdes y de los partidos de izquierda concluyeron que el madereo practicado en los bosques tropicales densos era atroz, el diputado de los Conservadores consideró que la causa de la deforestación era la presión demográfica y que las plantaciones de acacia en Indonesia se asemejaban a los campos finlandeses en cuanto a su homogeneidad.
Según UPM-Kymmene, los métodos utilizados por APRIL constituyen la mejor opción para alimentar la planta. UPM recordó también que en la primavera pasada APRIL se había comprometido a llevar adelante un concienzudo programa ambiental.
APRIL todavía está afrontando problemas financieros que le han impedido encontrar la forma de lograr créditos para solventar una segunda máquina para la fabricación de papel en Riau. En tanto la máquina no esté funcionando, su completa alianza con UPM no habrá de cristalizar. Si bien en cierta forma los finlandeses ya han acordado otorgar a APRIL un crédito de alrededor de U$S 500 millones, el préstamo todavía no se materializó, posiblemente debido a las condiciones imperantes en los mercados indonesios.
Este no es el único conflicto generado por APRIL en Indonesia. La compañía posee el 61,3% de las acciones de Inti Indorayon Utama, una fábrica de pulpa ubicada en la Provincia de Sumatra del Norte. Indorayon produce 240.000 toneladas de pulpa y 60.000 toneladas de fibra destinada a la manufactura de pulpa y rayón por parte de APRIL. La empresa fue afectada por la crisis económica de 1997, por lo que decidió clausurar dicha planta. Ello signficaría la pérdida de 7.000 puestos de trabajo, razón por la cual los trabajadores se oponen a la clausura. Al mismo tiempo, los pobladores de Porsea reclaman que la fábrica permanezca cerrada, dado que sus actividades han provocado lluvia ácida, que ha dañado las fuentes de agua y las pesquerías y ha destruido los bosques. Los residentes de Porsea siguen viviendo bajo la intimidación del ejército. Grupos ambientalistas y organizaciones estudiantiles universitarias apoyan la lucha de los campesinos y sostienen que las plantaciones de eucaliptos de los programas de reforestación de Indorayon están acabando con las reservas de agua. Del otro lado, los accionistas de APRIL en Nueva York recientemente se dirigieron al Presidente Habibie, advirtiéndole sobre los “negativos efectos” que la clausura de la fábrica traería en relación con la imagen de confianza que ofrece Indonesia a los inversores extranjeros. El conflicto ha derivado incluso en enfrentamientos directos entre trabajadores y aldeanos. El 22 de noviembre pasado, éstos dieron fuego a troncos apilados y a instalaciones de alojamiento para los trabajadores en Porsea.
El caso de APRIL puede ser considerado un ejemplo de cómo trabajadores y campesinos son tomados como rehenes de una situación creada por el interés económico de los inversores y las decisiones del gobierno central. En tanto ni la población local ni el ambiente fueron tenidos en cuenta cuando se instalaron la fábrica y las plantaciones en la zona, ello trajo consigo degradación ambiental y conflictos sociales, puesto que los trabajadores, que están procurando conservar sus puestos de trabajo, se enfrentan a los aldeanos, que buscan proteger sus medios de vida. Confortablemente instalados en Yakarta o en Nueva York, los accionistas de APRIL se aprovechan de la situación desesperada de los obreros para defender sus intereses.
Fuentes: Otto Miettinen, Amigos de la Tierra/Finlandia, Grupo Forestal, 8/11/98 (basado en: Minna Asikainen, “MPs disagree about environmental impacts of April. Finnish MPs visited mill of UPM's partner”, Helsingin Sanomat, 5/11/98); Tom Bannikoff, “A company copes in post-Suharto Indonesia”, Asiaweek, 8/11/98, Liz Chidley, 23/11/98.