Durante los últimos cinco años la pequeña comunidad de Pang Daeng, en la montañosa provincia de Chiang Mai, al norte de Tailandia, ha sido visitada por gran número de turistas en busca de experiencias exóticas en medio de un pueblo exótico.Sin embargo actualmente los pueblos de las colinas de esta pintoresca aldea prefieren mantener un perfil lo más bajo posible. ¿Por qué?
En la tarde del día 26 de marzo pasado, los residentes de Pang Daeng, que estaban desarrollando su rutina habitual, se sorprendieron al ver un ejército de miembros del cuerpo forestal y de la policía irumpir en su poblado y empezar a arrestar gente. Al no tener nada que temer por no haber cometido delito alguno, los campesinos no opusieron ninguna resistencia a esta acción. Además, los agentes les dijeron que querían llevárselos a la ciudad sólo para realizarles una breve comunicación. Incluso algunos mencionaron haber oído hablar de una donación de frazadas.
Una vez dentro de la estación local de policía los 56 campesinos que habían sido sacados de sus hogares -cuyas edades oscilaban entre los 13 y los 66 años- se dieron cuenta de que estaban acusados de invadir una reserva forestal nacional y de prender fuego a los bosques. De hecho recibieron las frazadas... ¡pero en prisión!
Los campesinos rehusan que se les endilgue cualquier tipo de responsabilidad en este asunto. Naloh Posou, cuyo esposo es uno de los detenidos, afirmó: “Algunas personas adineradas quisieron contratarnos para cortar árboles, pero nosotros no aceptamos. ¿Por qué no atrapan a los peces gordos?” Representantes del sector académico también han denunciado este nuevo caso de detención de miembros de una minoría étnica en Tailandia. “El Real Departamento Forestal posiblemente quiera incluso demostrarle a la opinión pública que tiene preocupaciones ambientales” señaló Sombat Khamboonyueng, investigador de la Red de Estudios Etnicos de la Universidad de Chiang Mai. Y agregó: “Pero tienen que encontrar una excusa para justificar que su proyecto de reforestación de esa zona en un plazo de veinte años está todavía lejos de la meta” El Dr. Chalardchai Ramittanond, antropólogo de la Universidad de Chiang Mai, considera que este incidente “no es más que una estratagema del gobierno para abonar la idea de que los campesinos son los culpables y que no debería permitírseles vivir en los bosques”.
Esta noticia, extraída de un periódico tailandés, nos muestra otro caso de detención arbitraria de personas pacíficas e inocentes, culpadas de haber realizado una ocupación ilegal y dañado los bosques. Entretanto, las autoridades de ese país ignoran las actividades de madereo y de plantaciones, verdaderas responsables de la deforestación que afecta a Tailandia.
Fuente: Vasana Chinvarakorn, Bangkok Post 19/5/1998. Comentarios: Secretariado del WRM