Hemos recibido la siguiente contribución de Leonardo Acurero a través de nuestras amigas venezolanas de AMIGRANSA, en la que se identifican, tras bambalinas, más actores involucrados en el reciente incendio que devastó el estado brasileño de Roraima. Si bien una lluvia providencial ha extinguido el fuego, el peligro de la ocurrencia de incendios similares en el futuro aún persiste.
EL INCENDIO DEL DESARROLLISMO Y LA OCUPACION CUBRE RORAIMA.
El inmenso incendio en el estado limítrofe brasileño de Roraima no tiene su origen en una anormal sequía, puesto que todo este estado se encuentra ubicado geográficamente en una región cuyo período de precipitaciones, casi concuerda con el que rige nuestro territorio en Venezuela y todo el mesoclima de la porción norte de Sudamérica. Por lo tanto, para estos meses de finales y principios de año, toda esta zona es considerada como de altas presiones con ausencia total de lluvias.
Por otra parte el tipo de paisaje, tanto al norte como al sur de la capital de Roraima (Boa Vista), es ocupado por un tipo de bosque mixto tropical premontano de transición hacia un bosque tropical más húmedo, pero de menor elevación, que se encuentra más hacia el sur y oeste del territorio del estado. Esto significa que su pérdida de humedad es mucho más rápida y por ésto es más susceptible a la acción del fuego. Por esta razón, gran parte de esta área ha sido sometida a incendios tan frecuentes casi todos los años, que en la actualidad las zonas ocupadas por sabanas son 5 veces más grandes que el área bajo bosque, sólo confinado a pequeñas unidades dispersas en toda la región.
Las dos actividades principales que promueven cada año estos pavorosos incendios, son la ganadería y la minería.
Estos incendios no sólo son frecuentes cada año por esta misma época en Roraima, sino que han ocupado enormes extensiones en el pasado para facilitar así su ocupación por colonos. Un ejemplo fue la presencia de una bruma oscura que cubrió la atmósfera de nuestro territorio venezolano a mediados de mayo en 1995 y que se reportó primero en Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar y que luego llegó hasta el norte a ciudades como Caracas, Valencia, Barquisimeto, etc. Cuando debían de llegar las lluvias al territorio, los vientos que acostumbradamente traen la humedad desde la selva tropical al sur de Venezuela, sólo traían partículas de carbono en suspensión originadas en un gran incendio por esta misma época en esa zona brasileña. Es por esta razón que en ese caso reciente, se avisa a la prensa internacional después de que este incendio se había iniciado desde hacia ya dos meses.
Roraima es el Estado brasileño en la mira de una inmensa colonización, en un proyecto gubernamental de alta influencia militar, que está trayendo miles de familias completas desde la seca y pobre región del Nordeste, para ocupar incluso tierras indígenas. La principal actividad de motivación de este éxodo antiecológico y destructivo ha sido la minería, de tal manera que hasta Boa Vista ha sido fundada a partir de esta actividad, que por más de 20 años, por ejemplo, ha promovido la invasión de los territorios yanomamis y su genocidio del lado brasileño.
Las críticas que se le han hecho al gobierno brasileño con respecto a su empeño en ocupar a toda costa (incluso por encima de la destrucción de la selva o comunidades indígenas), se basa en los evidentes impactos de destrucción sobre la selva, reportados desde satélites y numerosos ejemplos como estos incendios en esta región unica en el planeta y que son parte de la incompatibilidad de este terrible modelo de desarrollo que se está imponiendo sobre este frágil ecosistema sudamericano de bosque tropical húmedo. Sin embargo, militares participantes del Consejo de Seguridad Nacional que preside el mismo Fernando Henrique Cardozo en Brasil, se han opuesto rotundamente a la participación de técnicos de las Naciones Unidas para combatir el incendio que ya casi ocupaba el 20 % de este estado brasileño, que es 43000 kilómetros cuadrados, incluso más grande que nuestro estado de Amazonas.
Al gobierno brasileño le ha costado intervenir y ocupar este estado por la lejanía de sus centros industrializados en el sureste y los costos que ésto significa. Sin embargo, el actual gobierno venezolano está apoyando y hasta financiando la colonización y ocupación de Roraima en un plan total que incluye electricidad, combustible, materiales de construcción, hasta el asfaltado de la Rodovia 174 que va desde Boa vista hacia Manaus.
Definitivamente, nuestra política exterior no sólo es ciega sino totalmente contraproducente, pues será posiblemente tarde, con la destrucción amazónica y una inmensa invasión por el sur, cuando nos demos cuenta que hemos contribuido erróneamente con la destrucción de nuestra propia vida como nación.
Leonardo Acurero.
Nota :Si alguien desea información adicional sobre esto avísenos.