Un grupo de cuarenta activistas de diferentes regiones de Asia y el Pacífico se reunieron recientemente en la ciudad de Baguio (Filipinas) con el fin de tratar el impacto de la actividad minera en la región de Cordillera al norte de ese país, donde habitan los pueblos indígenas Igorot.
El encuentro, que finalizó el 21 de abril ppdo., fue organizado por Amigos de la Tierra - Filipinas y el Instituto de Política Minera de Sidney (Australia). Los participantes acordaron brindarse mutuo apoyo en las luchas por justicia social, ante el inicio de una explosión de nuevos proyectos de minería en todo el Pacífico asiático.
Marvic Leonen, Director de Amigos de la Tierra - Filipinas, que fue uno de los anfitriones y líderes del encuentro, dijo a los concurrentes que bien podríamos esperar lo peor. "Nuestro Gobierno está promulgando leyes casi idénticas a las que rigieron en el período colonial de dominio estadounidense. En esa época nuestro pueblo no podía acceder al control de sus propias tierras. Hoy en día el gobierno ha cedido el 40% del territorio nacional a compañías mineras multinacionales".
Un activista proveniente de Indonesia, que prefirió permanecer en el anonimato, informó que alrededor de 70 nuevas concesiones mineras habían sido otorgadas solamente durante 1996, además de las 233 que se concedieron durante los últimos 30 años. Ello provocó enormes injusticias desde el punto de vista social y ambiental. Por ejemplo, recientemente pudo comprobarse que Río Tinto, una compañía anglo-australiana, está vertiendo cientos de barriles de cianuro tóxico al Río Mahakam en la región de Kalimantan, provocando la muerte de miles de animales de la fauna autóctona (ver Boletín del WRM nro. 8). Participantes de otras islas de Indonesia, como Irian Java, Maluku y Sulawesi, así como de Papua Nueva Guinea narraron experiencias en el mismo sentido.
Jillian Marsh, una activista indígena, manifestó la necesidad de tener bajo la mira a las compañías. Su comunidad fue engañada por una empresa minera de uranio que tiene un proyecto en Beverly, al sur de Australia. “Hemos decidido decir no a la exploración minera, no a la consulta, no a la negociación. La negociación no es más que una excusa para reirse de la gente y estafarla. Estamos siendo engañados, mientras que la compañía, en base a mentiras, está dividiendo a nuestro pueblo”.
Fuente: Drillbits & Tailings. Volumen 3 , Número 8, 21 de abril de 1998.