Los Tupinikim y Guaraní de Espírito Santo, Brasil, han estado luchando por años contra la poderosa Aracruz Celulose en la defensa de sus tierras ancestrales, que la compañía comenzó a ocupar en 1967. Luego de haber sufrido intimidación y violencia de parte de la empresa y de los militares y habiendo llevado a cabo acciones directas de ocupación de las tierras que les pertenecen históricamente, en abril de 1998 los Tupinikim y Guaraní fueron forzados a firmar un acuerdo con la compañía, el cual es válido por un período de 20 años. Según los términos del acuerdo, los pueblos indígenas "aceptaron" intercambiar los límites de sus tierras ancestrales -ocupadas por las inmensas plantaciones de Aracruz Celulose- por ayuda financiera a ser aportada por la corporación.
El hecho de que el acuerdo fue impuesto -con la colaboración de las fuerzas de seguridad- llevó a una creciente insatisfacción dentro de las comunidades indígenas (ver Boletines 11 y 13 del WRM). Hace unas semanas, funcionarios de Aracruz se mostraron muy "sorprendidos" cuando fueron informados por los Tupinikim y los Guaraní que estos habían decidido no plantar eucaliptos en sus tierras. La compañía había propuesto tales plantaciones, supuestamente como medio de incrementar el ingreso de los indígenas . . . y el abastecimiento de materia prima barata para la compañía. La razón principal de esta decisión fue que las comunidades se dieron cuenta de que su lucha principal fue y es contra los monocultivos de eucaliptos, que son el símbolo de la invasión de sus tierras por parte de Aracruz y que han resultado en graves impactos sociales y ambientales que han afectado sus vidas y posibilidades de sustento. Como expresó un dirigente Tupinikim en un reciente taller llevado a cabo en Espírito Santo: "Los bosques de eucaliptos son bosques muertos que matan todo". Ellos están por ende decididos a ayudar en la regeneración de los bosques nativos y a no plantar "bosques muertos".
Fuente: CIMI-ES, 14/2/2000.