La noticia de que el gigante de la pulpa blanqueada de eucalipto Aracruz Celulose había solicitado la certificación del FSC provocó una conmoción en los dos estados brasileños -Bahía y Espírito Santo- donde opera. Como consecuencia, un gran número de organizaciones e individuos preocupados por la expansión de los monocultivos forestales en la región -comprendidos los de Aracruz, los de Bahía Sul y los de Veracel- se unieron para evitar que esa compañía recibiera la aprobación del FSC.
Las actividades conjuntas y coordinadas de las organizaciones involucradas culminaron en un seminario que tuvo lugar en Vitoria, Espírito Santo, los días 15 y 16 de octubre ppdos. Entre los participantes se contaban representantes de organizaciones de pueblos indígenas, ONGs, sindicatos, pescadores, académicos, comunidades afrobrasileñas, periodistas, parlamentarios, etc. En el seminario se analizaron los impactos de las actividades de Aracruz en el marco de los principios y criterios del FSC y se acordó participar activamente del proceso de consulta que se estaba implementando por parte de la firma certificadora SCS. Dado que SCS no ha cumplido con una serie de requerimientos establecidos por el FSC respecto de la participación y la consulta, los participantes del encuentro decidieron enviar una carta pidiendo la postergación de los encuentros de consulta. Dicha carta (disponible en idioma inglés en: http://www.wrm.org.uy/english/plantations/material/Aracruz/report1.htm ), fue enviada el 22 de octubre y hasta el día de hoy (16 de noviembre) no se había recibido ninguna respuesta. Ahora FSC-Brasil informa que el proceso de certificación ha sido por el momento suspendido debido a deficiencias en el proceso denunciadas por organizaciones de la sociedad civil.
Al mismo tiempo el "acuerdo" impuesto por Aracruz a los Tupinikim y Guaraní en Espírito Santo ha empezado a ser cuestionado. El 11 de noviembre ppdo. se realizó una manifestación indígena frente a la fábrica para expresar su disconformidad. Alrededor de 500 indígenas, entre los cuales mujeres, hombres y niños provenientes de los poblados de Caieiras Velhas, Pau Brasil, Irajá, Boa Esperança y Três Palmeiras participaron de la manifestación. La misma contó con el apoyo de representantes de la CUT (Central Unica de Trabajadores), el MST (Movimento dos Sem-Terra) y del PT (Partido de los Trabajadores). Los indígenas rechazaron la acusación de la empresa de que ellos estaban cambiando tierras por dinero y repudiaron la actitud arrogante de la misma, que se negó a recibirlos.
A pesar del enorme poder que ostenta, Aracruz se encuentra en una posición débil. Conociendo su trayectoria en lo que respecta a los pueblos indígenas, la empresa está tratando de conseguir la certificación del FSC sólo para sus plantaciones en Bahía, evitando de esta manera el espinoso tema del despojo de tierras a los pueblos indígenas en el estado vecino de Espírito Santo. Pero aún en Bahía se ha demostrado que los impactos de las plantaciones son tan grandes que es muy improbable que consiga la certificación. La credibilidad del propio FSC está en juego en este proceso de certificación. En caso de que eventualmente Aracruz fuera certificada, la mayoría de las ONGs que participan del FSC seguramente se retirarían, de modo que la organización perdería el apoyo que necesita para seguir teniendo credibilidad.