Como ha sido el caso de la mayoría de los países del Sur, Costa de Marfil heredó del período colonial el rol de exportador de productos agrícolas tropicales. Aparte del marfil, del cual el país deriva su nombre, antes de su colonización Costa de Marfil tenía menos que ofrecer al comercio que su vecino oriental, Ghana, mejor dotado con oro. Es así que cuando los franceses llegaron a la región en la década de 1880, les resultó sencillo utilizar las grandes extensiones de tierra fértil del denso bosque tropical para la producción agrícola.
La división del trabajo colonial realizada por Francia determinó que a Costa de Marfil le correspondiera ser proveedor de cultivos comerciales para los mercados franceses, por lo que para 1912 las autoridades coloniales ya habían introducido el cultivo del cacao. Ése fue el comienzo de la historia del cacao en el país. Hacia el final la década de 1900, la organización comercial francesa en África Occidental, con empresas como la Compagnie Française d'Afrique Occidentale (la primera compañía de comercio francesa en Costa de Marfil), puso los cimientos para un desarrollo capitalista agrícola, inclusive con estaciones de investigación en el sur para el mejoramiento de variedades de semillas y el tratamiento de enfermedades de las plantas. Este tipo de desarrollo no cambió significativamente después de la independencia del país en 1960.
Cada año, Costa de Marfil produce alrededor del 40 por ciento del cacao mundial para la producción de chocolate. El cacao se cultiva en plantaciones a gran escala y por parte de agricultores individuales, y ha afectado mucho los bosques tropicales del país. Éstos se redujeron de 12 millones de hectáreas a unos 2,6 millones en la actualidad. El área de las plantaciones de cacao, en cambio, ha crecido, pasando de 500.000 hectáreas en 1975 a unos 2 millones de hectáreas hoy, y su contribución a la deforestación del país representa casi el 14%.
Además del impacto directo que tiene sobre los bosques, este tipo de desarrollo agrícola va acompañado de la construcción de carreteras, lo que destruye más kilómetros adicionales de bosque -directamente a causa de la propia carretera e indirectamente al proporcionar acceso a nuevas áreas de bosque para madereo.
El impacto de una devastación de ese tipo cambió el ecosistema y afectó la flora y la fauna, así como las condiciones de vida en las zonas rurales. El uso de agroquímicos ha provocado la contaminación del suelo y el agua. Para empeorar las cosas, el cultivo de diferentes árboles –cacao, coco, caucho, café- implica el uso de un conjunto distinto de productos químicos en las diferentes plantaciones. Estos productos químicos afectan la composición biológica del suelo y tienen un impacto negativo sobre la biodiversidad terrestre y acuática. Con la lluvia, los productos químicos en el suelo drenan hacia los cursos de agua, y como resultado los ríos y arroyos ahora contienen menos peces que antes. Pero lo más grave es la visible desertificación de la parte norte del país, que ha alterado el clima y la estación lluviosa.
Además de destruir la mayor parte de los bosques húmedos del país --y exportar los troncos resultantes-- el modelo agrícola exportador no ha evitado que Costa de Marfil ocupe un lugar muy bajo en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (el Nº 163 de 180 países clasificados); por el contrario, está en las raíces mismas de esta situación.
Artículo basado en información obtenida de: “Cocoa Trade in Cote d'Ivoire (COCOA)”, Trade and Environment Database (TED), http://www.american.edu/TED/cocoa.htm ; “Shade Grown Cacao”, Koffi N'Goran, http://nationalzoo.si.edu/ConservationAndScience/MigratoryBirds/
Research/Cacao/koffi2.cfm