La empresa francesa de automóviles Peugeot "preocupada por el ambiente" decidió hacer algo en relación con el efecto sobre el calentamiento global que tienen los millones de autos que ella produce. Por supuesto que nada radical, como por ejemplo, cambiar hacia nuevos tipos de combustible. En cambio, la empresa decidió tomar por el atajo y plantar árboles para "secuestrar carbono" en el estado de Mato Grosso en Brasil. El proyecto comenzó a ser implementado el año pasado, con la finalidad de convertir 12.000 hectáreas de pasturas "degradadas" en plantaciones. Según Peugeot, el área plantada será capaz de extraer 183.000 toneladas de dióxido de carbono por año de la atmósfera. Y además muy barato: por sólo 12 millones de dólares.
Sin embargo, las consecuencias han sido muy caras para el ambiente y la población local. Cuando una subsidiaria de la ONG francesa "Office Nations des Forets" comenzó las actividades de plantación, provocó lo que puede ser catalogado como el mayor delito ambiental cometido en el estado. Cientos de animales -algunos de ellos pertenecientes a especies en peligro de extinción- fueron encontrados muertos en una de las zonas de plantación. La razón: el uso de 5.000 litros del "inocuo" herbicida glifosato (Round Up) en una superficie de 1.500 hectáreas como preparación previa a la plantación. El desastre alcanzó incluso a dos ríos (el Juruema y el Teles Pires) provocando una masiva mortandad de peces.
Lo peor es que no se trató de un simple accidente. Por el contrario, la moderna tecnología de las plantaciones recomienda el uso de herbicidas para eliminar la competencia de la vegetación, lo que de hecho elimina la mayor parte de la biodiversidad botánica previamente existente. El herbicida que se está usando en todo el mundo con este propósito, sobre cuyos efectos la compañía que lo produce (Monsanto) ha mentido sistemáticamente durante años al señalar que es más inocuo que la sal de mesa, es precisamente el mismo que causó este desastre.
Esta situación es el resultado de un engañoso ambientalismo, vale decir, la implementación de una actividad supuestamente "beneficiosa para el ambiente" -plantar árboles- publicitada como adecuada para secuestrar dióxido de carbono y, por lo tanto, para mitigar el efecto invernadero. Para evitar la difícil decisión de abandonar una economía dependiente del petróleo, parte de la comunidad académica ha inventado esta supuesta solución y la ha dotado de un barniz "científico". Afortunadamente, otra parte de la comunidad académica parece estar honestamente tratando de determinar si las plantaciones son o no son capaces de actuar como sumideros de carbono. Su respuesta ha sido que no (ver artículo en esta sección).
Fuente: Nelson Francisco, "Herbicida pode ter causado desastre ambiental. Centenas de animais selvagens foram encontrados mortos em fazenda de MT", O Estado de S. Paulo, 11/11/1999.