La empresa fabricante de pasta de papel ENCE posee monocultivos de eucalipto en España y Uruguay certificados por el FSC. Una parte de esas plantaciones, 12.000 hectáreas, repartidas en más de 200 parcelas, se concentran en el Noroeste del estado español (Galicia, Asturias y Cantabria) y son gestionadas por una de sus filiales forestales, NORFOR.
El cultivo de eucalipto es una práctica que se realiza en Galicia de forma masiva desde los años 50 y más desde que ENCE comenzó a fabricar pasta de papel exclusivamente a partir de la madera de este árbol. Hoy se puede comprobar el potencial destructivo que lleva asociado este cultivo, que ha sido uno de los principales agentes causantes de la proliferación de incendios, la erosión y degradación de suelos, el empobrecimiento de las comunidades rurales, los bajos ingresos actuales en la producción silvícola, la pérdida de diversidad y la práctica desaparición en amplias zonas del paisaje ecológico y cultural. El estado de degradación de los montes que se ha alcanzado está llevando a las administraciones a diseñar políticas destinadas al control de esta especie y a su sustitución por otras más rentables y mejor adaptadas.
La actividad forestal de NORFOR se ha caracterizado por el uso de las técnicas de cultivo forestal más intensivistas y duras en lo que se refiere a sus consecuencias sobre los sistemas biológicos que soportan la producción pero, además, la actividad de la empresa tiene consecuencias negativas en el ámbito económico ya que, siendo el principal comprador de madera de eucalipto de Galicia, ejerce como monopolio y ha provocado el derrumbe de los precios. Socialmente, la actividad de la empresa repercute también negativamente, ya que la imposibilidad de obtener otros recursos del monte como consecuencia de las agresivas técnicas de cultivo que implica la utilización incontrolada de grandes cantidades de agrotóxicos como herbicidas, funguicidas e insecticidas, supone la eliminación de gran cantidad de organismos que harían posible la apicultura, la caza, la recolección de setas o la ganadería extensiva.
En septiembre de 2004, tras una auditoría realizada por SGS que se plasma en un delirante resumen público, se le concede la certificación del FSC a NORFOR. A la certificación se le plantean reclamaciones por parte de Greenpeace, WWF y la Asociación Pola Defensa da Ría, de Pontevedra, apoyadas por el conjunto del movimiento ecologista. En las reclamaciones se destaca, con evidencias, el incumplimiento de la mayoría de los principios y criterios del FSC por parte de la empresa, pero la falta de sensibilidad de SGS, NORFOR y el propio FSC resulta absoluta; a pesar de que a SGS no le queda más remedio que admitir el contenido de algunas de las quejas, el certificado se mantuvo.
Por fin, tras tres años de reclamaciones, los Servicios de Acreditación de FSC Internacional (ASI) deciden realizar una auditoría de seguimiento a SGS, la empresa que concedió el certificado; en principio la auditoría se había programado para estudiar los aspectos controvertidos de la certificación y atender así a las reclamaciones que se venían presentando y manteniendo. La auditoría de campo se realiza a finales de mayo de 2007 e incluye un breve encuentro con los grupos ecologistas a principios de junio. En este encuentro los miembros de ASI declaran que han preparado y realizado la auditoría de campo sin haber leído el contenido de las reclamaciones enviadas por la APDR (Asociación pola defensa da Ría). Quedó así claro que los auditores desconocían los hechos y evidencias de las reclamaciones y que lo que se pretendía no era averiguar en qué medida éstas se referían a hechos contrastados de la gestión forestal de NORFOR.
El informe de auditoría resultó, como era de esperar, de pésima calidad y de dudosa honestidad y no recoge más que una mínima parte de los incumplimientos de estándares que incluyen las reclamaciones a la certificación, no analiza los indicadores de los estándares españoles, resuelve Incumplimientos Mayores de los Principios con Solicitudes de Acción Correctivas Menores, minimiza los efectos de las malas prácticas de NORFOR e indica que SGS ha realizado un proceso de auditoría “profesional”. Aun así, ASI decide mantener el reconocimiento a SGS como entidad certificadora y la certificación de la empresa.
La conclusión que se puede extraer es que el FSC, que ha tenido la oportunidad de comprobar los elementos negativos de la gestión forestal de NORFOR, al mantener el certificado ha decidido dar un paso más hacia el fraude. El ASI del FSC no ha querido analizar los aspectos reclamados para evitar tener que cancelar el certificado de la empresa y retirar el reconocimiento a SGS.
Esta falta de interés que demuestra el FSC por comprobar el cumplimiento de los estándares y el gran número de empresas con certificación denunciadas por los movimientos ecologistas y de defensa de los derechos humanos en todo el mundo es indicativo de que los actuales responsables del FSC han apostado a vaciar de contenido el certificado y certificar sin tener en cuenta el cumplimiento de los estándares. Ni siquiera la empresa muestra interés por mejorar su sistema de gestión. Hoy en las parcelas de NORFOR se siguen apreciando los mismos síntomas de degradación de suelos, se ocupan ecosistemas protegidos para realizar monocultivos de eucaliptos, se utilizan masivamente agrotóxicos, se oculta la situación de las parcelas certificadas y se siguen incumpliendo la mayoría de los estándares de certificación.
Ante esta situación es necesario exponer ante la ciudadanía y las administraciones el fraude que se oculta tras muchos productos del FSC, advirtiéndoles que detrás del sello puede haber una mala gestión forestal, lo cual es lo más posible si la madera procede de un monocultivo, y que es posible que el “sello verde” oculte una actividad gravemente dañina a nivel ambiental, económico y social, como ocurre con los productos elaborados a partir de la madera de eucalipto de NORFOR. Los consumidores deben saber que se conceden certificados FSC sin que ello suponga promover una gestión forestal ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable.
Por Benito Andrade, Asociación Pola Defensa Da Ría (APDR), correo electrónico: apdr@apdr.info, www.apdr.info