Para los gobiernos y la sociedad civil comprometidos en detener el cambio climático y reducir las emisiones de combustibles fósiles en su fuente, los últimos acontecimientos vinculados al Fondo de Biocarbono deben resultar preocupantes. El enfoque de "dos ventanas" del fondo apunta a reabrir la puerta a los créditos de sumideros de carbono provenientes de proyectos de conservación, incluso pese a que los gobiernos excluyeron explícitamente la posibilidad de que los países industrializados utilizaran los créditos de este tipo de proyectos para cubrir sus metas de reducción de emisiones en el marco del Protocolo de Kioto.
El Fondo de Biocarbono es uno de los fondos que opera el Banco Mundial al servicio del mercado de carbono. Fue anunciado en noviembre de 2002 y su meta es producir e intermediar en créditos de carbono con gobiernos y compañías, destinados a cumplir con sus metas de reducción de emisiones en el marco de Kioto, a través de uso de créditos de sumideros de carbono, en vez de alcanzar una reducción real de emisiones en la fuente.
Recientemente el fondo anunció que operará con dos "ventanas" distintas: "una para las actividades de uso del suelo, cambio en el uso del suelo y actividades forestales (LULUCF) que sean potencialmente elegibles de acuerdo al Protocolo de Kioto; la otra para distintos proyectos de captura de carbono y conservación que produzcan reducciones de emisiones verificadas, potencialmente elegibles en el marco de programas emergentes de manejo del carbono". En otra parte de su sitio web (www.biocarbonfund.org), el Fondo de Biocarbono establece otra de sus intenciones: "proporcionarle [a las Partes] una visión detallada de las actividades que pueden desear considerar para los futuros plazos de compromiso".
De esta forma, los escasos fondos disponibles, que podrían utilizarse en la promoción de proyectos de energía verdaderamente renovable, se dedicarán a actividades cuya contribución en la detención del cambio climático es más que cuestionable. El anuncio del fondo de ofrecer créditos a partir de proyectos de conservación también contraría la decisión adoptada por los gobiernos en las negociaciones sobre el clima de excluir precisamente este tipo de proyecto del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto.
Las declaraciones que figuran en la página web del Fondo de Biocarbono también indican claramente que la participación del Banco Mundial ha ido más allá de actuar simplemente como agente. La decisión de aceptar proyectos de conservación muestra que el Banco está decidido a incidir activamente en las discusiones sobre la elegibilidad de los proyectos de conservación en el Mecanismo de Desarrollo Limpio en el segundo período de compromiso y en los subsiguientes, al promover estos proyectos incluso cuando no son actualmente elegibles en el marco del MDL.
Esto es totalmente inaceptable. Los gobiernos deben actuar inmediatamente para garantizar que el Banco Mundial no predetermine el resultado de las discusiones sobre el papel de los sumideros en el MDL del Protocolo de Kioto después del año 2012.
Por: Jutta Kill, SinksWatch, correo electrónico: jutta@fern.org